'Ni' en la Biblia
Todas las cosas son fatigosas, El hombre no puede expresar{las.} No se sacia el ojo de ver, Ni se cansa el oído de oír.
No hay memoria de las cosas primeras Ni tampoco de las postreras que sucederán; No habrá memoria de ellas Entre los que vendrán después.
Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué, ni privé a mi corazón de ningún placer, porque mi corazón gozaba de todo mi trabajo. Esta fue la recompensa de toda mi labor.
Porque no hay memoria duradera del sabio {ni} del necio, ya que todos serán olvidados {en} los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!"
Porque durante todos sus días su tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.
Había un {hombre} solo, sin sucesor, Que no tenía hijo ni hermano, Sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, {Y nunca se preguntó:} `` ¿Para quién trabajo yo Y privo a mi vida del placer?" También esto es vanidad y tarea penosa.
No tenía fin la multitud de todos los que lo seguían, {y ni} aun los que vendrán después estarán contentos con él; pues también esto es vanidad y correr tras el viento.
No te des prisa en hablar, Ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; Por tanto sean pocas tus palabras.
No seas demasiado justo, Ni seas sabio en exceso. ¿Por qué has de destruirte?
No seas demasiado impío, Ni seas necio. ¿Por qué has de morir antes de tu tiempo?
No hay hombre que tenga potestad para refrenar el viento con el viento, Ni potestad sobre el día de la muerte. No se da licencia en tiempo de guerra, Ni la impiedad salvará a los que la practican.
Pero no le irá bien al impío, ni alargará sus días como una sombra, porque no teme ante la presencia de Dios.
Cuando apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a ver la tarea que ha sido hecha sobre la tierra (aunque uno no durmiera ni de día ni de noche),
Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios. Los hombres no saben ni de amor ni de odio, aunque todo está delante de ellos.
Porque los que viven saben que han de morir, Pero los muertos no saben nada, Ni tienen ya ninguna recompensa, Porque su recuerdo está olvidado.
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz{lo} según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol (región de los muertos) adonde vas.
Vi además que bajo el sol No es de los ligeros la carrera, Ni de los valientes la batalla; Y que tampoco de los sabios es el pan, Ni de los entendidos las riquezas, Ni de los hábiles el favor, Sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos.
Ni aun en tu recámara maldigas al rey, Ni en tus alcobas maldigas al rico, Porque un ave de los cielos llevará el rumor, Y un ser alado hará conocer el asunto.