530 casos

'Palabras' en la Biblia

ERA entonces toda la tierra de una lengua y unas mismas palabras.

Entonces Abimelech se levantó de mañana, y llamó á todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.

Y fué, que como el criado de Abraham oyó sus palabras, inclinóse á tierra á Jehová.

Como Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también á mí, padre mío.

Y fueron dichas á Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor: y ella envió y llamó á Jacob su hijo menor, y díjole: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte.

Y OIA él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta grandeza.

Y parecieron bien sus palabras á Hamor y á Sichêm, hijo de Hamor.

Y respondiéronle sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, ó te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más á causa de sus sueños y de sus palabras.

Entonces le habló ella semejantes palabras, diciendo: El siervo Hebreo que nos trajiste, vino á mí para deshonrarme;

Y sucedió que como oyó su señor las palabras que su mujer le hablara, diciendo: Así me ha tratado tu siervo; encendióse su furor.

Enviad uno de vosotros, y traiga á vuestro hermano; y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad con vosotros: y si no, vive Faraón, que sois espías.

Pero habéis de traerme á vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.

Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿tenéis otro hermano? y declarámosle conforme á estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced venir

Y como él los alcanzó, díjoles estas palabras.

Y él dijo: También ahora sea conforme á vuestras palabras; aquél en quien se hallare, será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa.

Aconteció pues, que como llegamos á mi padre tu siervo, contámosle las palabras de mi señor.

Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo él los carros que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió.

Entonces dijo Moisés á Jehová: ­Ay Señor! yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas á tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.

Tú hablarás á él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.

Entonces contó Moisés á Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.

Y habló Aarón todas las palabras que Jehová había dicho á Moisés, é hizo las señales delante de los ojos del pueblo.

Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan á palabras de mentira.

Entonces vino Moisés, y llamó á los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.

Y todo el pueblo respondió á una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo á Jehová.

Y Jehová dijo á Moisés: He aquí, yo vengo á ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés denunció las palabras del pueblo á Jehová.

Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todos los derechos: y todo el pueblo respondió á una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas las palabras que Jehová ha dicho.

Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.

Y JEHOVA dijo á Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.

Y Jehová dijo á Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme á estas palabras he hecho la alianza contigo y con Israel.

Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches: no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras de la alianza, las diez palabras.

Y salió Moisés, y dijo al pueblo las palabras de Jehová: y juntó los setenta varones de los ancianos del pueblo, é hízolos estar alrededor del tabernáculo.

Y aconteció, que en acabando él de hablar todas estas palabras, rompióse la tierra que estaba debajo de ellos:

Y fueron los ancianos de Moab, y los ancianos de Madián, con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron á Balaam, y le dijeron las palabras de Balac.

Y él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os referiré las palabras, como Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.

Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zippor:

ESTAS son las palabras que habló Moisés á todo Israel de esta parte del Jordán en el desierto, en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Thopel, y Labán, y Haseroth, y Dizahab.

Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y enojóse, y juró diciendo:

Y envié mensajeros desde el desierto de Cademoth á Sehón rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo:

El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oir mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán á sus hijos;

Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego: oisteis la voz de sus palabras, mas á excepción de oir la voz, ninguna figura visteis:

De los cielos te hizo oir su voz, para enseñarte: y sobre la tierra te mostró su gran fuego: y has oído sus palabras de en medio del fuego.

Estas palabras habló Jehová á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dió á mí.

Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y díjome Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo que han dicho.

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:

Y dióme Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme á todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.

Y escribiré en aquellas tablas palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste; y las pondrás en el arca.

Y escribió en las tablas conforme á la primera escritura, las diez palabras que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y diómelas Jehová.

Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.

Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, porque te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto en los ojos de Jehová tu Dios.

No darás oído á las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños: porque Jehová vuestro Dios os prueba, para saber si amáis á Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.

No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.

Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda á temer á Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de aquesta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra:

Mas será, que cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le residenciaré.

Y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hubieres pasado para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho.

Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente.

Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra, para ir tras dioses ajenos para servirles.

Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVA TU DIOS,

ESTAS son las palabras del pacto que Jehová mandó á Moisés concertara con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.

Y sea que, cuando el tal oyere las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande según el pensamiento de mi corazón, para añadir la embriaguez á la sed:

Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman á Jehová vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:

Congregad á mí todos los ancianos de vuestras tribus, y á vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y la tierra.

Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

Y vino Moisés, y recitó todas las palabras de este cántico á oídos del pueblo, él, y Josué hijo de Nun.

Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras á todo Israel;

Y díjoles: Poned vuestro corazón á todas las palabras que yo os protesto hoy, para que las mandéis á vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.

El que dijo á su padre y á su madre: Nunca los vi: Ni conoció á sus hermanos, Ni conoció á sus hijos: Por lo cual ellos guardarán tus palabras, Y observarán tu pacto.

Cualquiera que fuere rebelde á tu mandamiento, y no obedeciere á tus palabras en todas las cosas que le mandares, que muera; solamente que te esfuerces, y seas valiente.

Y Josué dijo á los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.

Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme á todo lo que está escrito en el libro de la ley.

Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras á Moisés, cuando Israel andaba por el desierto: y ahora, he aquí soy hoy día de ochenta y cinco años:

Y oyendo Phinees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y las cabezas de la multitud de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, fueron contentos de ello.

Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra: reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no se ha perdido una palabra de todas la buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros: todas

Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una grande piedra, levantóla allí debajo de un alcornoque que estaba junto al santuario de Jehová.

Y dijo Josué á todo el pueblo: He aquí esta piedra será entre nosotros por testigo, la cual ha oído todas las palabras de Jehová que él ha hablado con nosotros: será, pues, testigo contra vosotros, porque no mintáis contra vuestro Dios.

Y como el ángel de Jehová habló estas palabras á todos los hijos de Israel, el pueblo lloró en alta voz.

Y de allí subió á Penuel, y hablóles las mismas palabras. Y los de Penuel le respondieron como habían respondido los de Succoth.

Y hablaron por él los hermanos de su madre á oídos de todos los de Sichêm todas estas palabras: y el corazón de ellos se inclinó en favor de Abimelech, porque decían: Nuestro hermano es.

Y Zebul asistente de la ciudad, oyendo las palabras de Gaal hijo de Ebed, encendióse su ira;

Entonces Jephté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su cabeza y príncipe; y Jephté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.

Y aconteció que, apretándole ella cada día con sus palabras é importunándole, su alma fué reducida á mortal angustia.

Y dijo Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.

Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y refiriólas en oídos de Jehová.

Y llegando los mensajeros á Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró á voz en grito.

Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que lloran? Y contáronle las palabras de los hombres de Jabes.

Y el espíritu de Dios arrebató á Saúl en oyendo estas palabras, y encendióse en ira en gran manera.

Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes á las palabras de Jehová, la mano de Jehová será contra vosotros como contra vuestros padres.

Y SAMUEL dijo á Saúl: Jehová me envió á que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel: oye pues la voz de las palabras de Jehová.

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