'Pensamientos' en la Biblia
Y vio el SEÑOR que la malicia de los hombres era mucha sobre la tierra, y que todo el intento de los pensamientos del corazón de ellos ciertamente era malo todo el tiempo.
Príncipes también de Isacar fueron con Débora; y también Isacar, como Barac se puso a pie en el valle. De las divisiones de Rubén son grandes los pensamientos del corazón.
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo cojearéis vosotros entre dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele de corazón perfecto, y de ánimo voluntario; porque el SEÑOR escudriña los corazones de todos, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si le dejares, él te desechará para siempre.
SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad en los pensamientos del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti.
Que frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada.
Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, y todos mis pensamientos han sido como sombra.
Mis días se pasaron, y mis pensamientos fueron arrancados, los designios de mi corazón.
Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
Con arrogancia el malo persigue al pobre; sean tomados en los pensamientos que pensaron.
El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios. No está Dios en todos sus pensamientos.
El consejo del SEÑOR permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Aumentado has tú, oh SEÑOR Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar, anunciar, ni hablar; no pueden ser narrados.
Todos los días me contristan mis negocios; contra mí son todos sus pensamientos para mal.
¡Cuán grandes son tus obras, oh SEÑOR! Muy profundos son tus pensamientos.
El SEÑOR conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.
SAMEC Los pensamientos vanos aborrezco; y tu ley he amado.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos.
Así que ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán multiplicadas son sus cuentas!
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos;
Saldrá su espíritu, se volverá en su tierra; en aquel día perecerán todos sus pensamientos.
el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal,
El bueno alcanzará favor del SEÑOR; mas él condenará al hombre de malos pensamientos.
Los pensamientos de los justos son rectitud; mas las astucias de los impíos, engaño.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.
Abominación son al SEÑOR los pensamientos del malo; mas el hablar de los limpios es limpio.
Encomienda al SEÑOR tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo del SEÑOR permanecerá.
Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con sabios consejos se hace la guerra.
Los pensamientos del solícito ciertamente van a abundancia; mas los de todo presuroso, indefectiblemente a pobreza.
Al que piensa mal hacer le llamarán hombre de malos pensamientos.
Cierto los avaros malas medidas tienen; él maquina pensamientos para enredar a los simples con palabras cautelosas; y para hablar en juicio contra el pobre.
Deje el impío su camino; y el varón inicuo, sus pensamientos; y vuélvase al SEÑOR, el cual tendrá de él misericordia; y al Dios nuestro, el cual será grande en perdonar.
Porque mis pensamientos no son como vuestros pensamientos; ni vuestros caminos, como mis caminos, dijo el SEÑOR.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento son sus caminos.
Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;
Porque yo entiendo sus obras y sus pensamientos. Tiempo vendrá para juntar todos los gentiles y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.
Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad?
Oye, tierra. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon a mis palabras, y aborrecieron mi ley.
No se apartará el furor del SEÑOR, hasta tanto que haya hecho, y hasta tanto que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en lo postrero de los días lo entenderéis con entendimiento.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
No se volverá la ira del enojo del SEÑOR, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.
Por tanto, oíd el consejo del SEÑOR, que ha acordado sobre Edom; y sus pensamientos, que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente los más pequeños del hato los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
Por tanto, oíd el consejo del SEÑOR, que ha acordado sobre Babilonia, y sus pensamientos que ha formado sobre la tierra de los caldeos. Ciertamente a los más pequeños del hato los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
Resh: Tú has visto toda su venganza; todos sus pensamientos contra mí.
Tú, oh rey, en tu cama, te subieron tus pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
Y a mí me ha sido revelado este misterio, no por sabiduría que en mí haya, más que en todos los vivientes, sino para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieras los pensamientos de tu corazón.
Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltasar, estuvo callando casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban. El rey entonces habló, y dijo: Beltasar, el sueño ni su declaración te espanten. Respondió Beltasar, y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su declaración para los que mal te quieren.
Entonces el rey se demudó de su color, y sus pensamientos lo turbaron, y se desataron las ceñiduras de sus lomos, y sus rodillas se batían la una con la otra.
La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete. Habló la reina, y dijo: Rey, para siempre vive, no te asombren tus pensamientos, ni tus colores se demuden;
Hasta aquí fue el fin de la palabra. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron mucho, y mi rostro se me mudó; mas la palabra la guardé en mi corazón.
No pondrán sus pensamientos en volverse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen al SEÑOR.
Mas ellos no conocieron los pensamientos del SEÑOR, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era.
Y viendo Jesús sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis malas cosas en vuestros corazones?
Y Jesús, como sabía los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Porque del corazón salen los malos pensamientos: muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, maledicencias.
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones.
Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones?
Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie.
Mas Jesús, viendo los pensamientos del corazón de ellos, tomó un niño, y le puso junto a sí,
Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí mismo, no permanecerá.
Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones?
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas, y los tuétanos; y que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
¿vosotros no juzgáis en vosotros mismos, y sois hechos jueces de pensamientos malos?
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