52 Versículo de la Biblia sobre la mente

Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente,

Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz:

¿Quién enseñó al espíritu de Jehová, ó le aconsejo enseñándole?

Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:

Y como á ellos no les pareció tener á Dios en su noticia, Dios los entregó á una mente depravada, para hacer lo que no conviene,

Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras;

Porque si loqueamos, es para Dios; y si estamos en seso, es para vosotros.

Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.

Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu.

Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿ó quién fué su consejero?

Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión.

Su corazón sea mudado de corazón de hombre, y séale dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.

Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.

Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.

Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dió al entendimiento la inteligencia?

A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado

Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Yo Jehová, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar á cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Así ha dicho el Señor Jehová: Y será en aquel día, que subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento;

Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.

DEL hombre son las disposiciones del corazón: Mas de Jehová la respuesta de la lengua.

Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.

Y viendo Jesús sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.

¿Qué pues? Oraré con el espíritu, mas oraré también con entendimiento; cantaré con el espíritu, mas cantaré también con entendimiento.

Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón:

Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.

Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Empero los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el día de hoy les queda el mismo velo no descubierto en la lección del antiguo testamento, el cual por Cristo es quitado.

El corazón del hombre piensa su camino: Mas Jehová endereza sus pasos.

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Abominación son á Jehová los pensamientos del malo: Mas las expresiones de los limpios son limpias.

Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará: aunque diga el sabio que la sabe, no por eso podrá alcanzarla.

Pruébame, oh Jehová, y sondéame: Examina mis riñones y mi corazón.

Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi entendimiento es sin fruto.

Empero en aquello á que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa.

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Es pues ésta la parábola: La simiente es la palabra de Dios.

Resta, hermanos, que tengáis gozo, seáis perfectos, tengáis consolación, sintáis una misma cosa, tengáis paz; y el Dios de paz y de caridad será con vosotros.