151 casos

'Piedras' en la Biblia

y se encontró con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel lugar y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.

Y dijo Jacob a sus hermanos: Coged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano; y comieron allí sobre aquel majano.

Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares tu pico sobre él, tú lo ensuciarás.

piedras de onix, y piedras de engastes, para el efod, y para el pectoral.

Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel:

De obra de grabador en piedra a modo de grabaduras de sello, harás grabar aquellas dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro.

Y pondrás aquellas dos piedras sobre los hombros del efod, serán piedras de memoria a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante del SEÑOR en sus dos hombros por memoria.

y lo llenarás de pedrería con cuatro órdenes de piedras. El orden: un rubí, una esmeralda, y una crisólita, será el primer orden;

Y serán aquellas piedras según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una según su nombre, serán a las doce tribus.

y piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod, y para el pectoral.

Y los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral;

Y labraron las piedras de ónice montadas en engastes de oro, grabadas de grabadura de sello con los nombres de los hijos de Israel.

Y las puso sobre las hombreras del efod, por piedras de memoria a los hijos de Israel; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Y engastaron en él cuatro órdenes de piedras. El orden era un rubí, una esmeralda, y una crisólita; este el primer orden.

Las piedras eran conforme a los nombres de los hijos de Israel, doce conforme a los nombres de ellos; como grabaduras de sello, cada una conforme a su nombre según las doce tribus.

entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad, en un lugar inmundo;

y tomarán otras piedras, y las pondrán en el lugar de las piedras quitadas ; y tomarán otra tierra, y encostrarán la casa.

Y si la plaga volviere a reverdecer en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras, y descostrar la casa, y después que fue encostrada,

Entonces derribará la casa, sus piedras, y sus maderos, y toda la mezcla de la casa; y lo sacará fuera todo de la ciudad a un lugar inmundo.

Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan en Israel, que diere de su simiente a Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará con piedras.

Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron al blasfemo fuera del real, y lo apedrearon con piedras. Y los hijos de Israel hicieron según que el SEÑOR había mandado a Moisés.

Entonces toda la multitud habló de apedrearlos con piedras. Mas la gloria del SEÑOR se mostró en el tabernáculo del testimonio a todos los hijos de Israel.

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo con piedras toda la congregación fuera del campamento.

Entonces la congregación lo sacó fuera del campamento, y lo apedrearon con piedras, y murió; como el SEÑOR mandó a Moisés.

tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y de sus montes sacarás bronce.

Y has de apedrearlo con piedras, y morirá; por cuanto procuró echarte del SEÑOR tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;

entonces sacarás al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, a la puerta de la ciudad, hombre o mujer, y los apedrearás con piedras, y así morirán.

entonces los sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y los apedrearéis con piedras, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque forzó a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.

Y será que , el día que pasaréis el Jordán a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, te has de levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal;

Será, pues , cuando hubieres pasado el Jordán, que levantaréis estas piedras que yo os mando hoy, en el monte de Ebal, y las revocarás con cal;

y edificarás allí altar al SEÑOR tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas herramienta de hierro.

De piedras enteras edificarás el altar del SEÑOR tu Dios; y ofrecerás sobre él holocaustos al SEÑOR tu Dios;

Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente.

y mandadles, diciendo: Tomaos de aquí del medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con vosotros, y las asentaréis en el alojamiento donde habéis de tener la noche.

para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué os significan estas piedras?

Les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron partidas delante del arca del pacto del SEÑOR cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se partieron; y estas piedras serán por memoria a los hijos de Israel para siempre.

Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó; que levantaron doce piedras del medio del Jordán, como el SEÑOR lo había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las pasaron consigo al alojamiento, y las asentaron allí.

Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy.

Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán.

Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué os significan estas piedras?

y dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete el SEÑOR en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron a fuego, después de apedrearlos con piedras;

y levantaron sobre ellos un gran montón de piedras, hasta hoy. Y el SEÑOR se tornó de la ira de su furor. Y por esto fue llamado aquel lugar el Valle de Acor, hasta hoy.

Mas al rey de Hai lo colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.

como Moisés, siervo del SEÑOR, lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés; un altar de piedras enteras, sobre las cuales nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, y sacrificaron ofrendas pacíficas.

También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.

Y cuando iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, el SEÑOR echó sobre ellos del cielo grandes piedras hasta Azeca, y murieron; muchos más murieron de las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel habían muerto a cuchillo.

Entonces Josué dijo: Rodad grandes piedras a la boca de la cueva, y poned hombres junto a ella que los guarden;

Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la boca de la cueva, hasta hoy.

tomó su cayado en su mano, y se tomó cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y con su honda en su mano se fue hacia el filisteo.

Y tomó la corona de su rey de su cabeza, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y trajo muy grande despojo de la ciudad.

y echando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo, y todos los hombres valientes estaban a su diestra y a su siniestra.

Y como David y los suyos iban por el camino, Semei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.

Tomando después a Absalón, le echaron en un gran foso en el bosque, y levantaron sobre él un montón muy grande de piedras; y todo Israel huyó, cada uno a sus estancias.

Y mandó el rey que trajesen grandes piedras, piedras de precio, para los cimientos de la Casa, y piedras labradas.

Y la Casa cuando se edificó, la fabricaron de piedras perfectas que traían ya acabadas de labrar ; de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la Casa, ni ningún otro instrumento de hierro.

Y labró el atrio interior de tres órdenes de piedras labradas, y de un órden de vigas de cedro.

Todas aquellas obras fueron de piedras de precio, cortadas y aserradas con sierras según las medidas, así por dentro como por fuera, desde el cimiento hasta las vigas, y asimismo por fuera hasta el gran atrio.

El cimiento era de piedras de precio, de piedras grandes, de piedras de diez codos, y de piedras de ocho codos.

De allí arriba eran también piedras de precio, labradas conforme a sus medidas, y obra de cedro.

Y en el gran atrio alrededor había tres órdenes de piedras labradas, y un orden de vigas de cedro; y así el atrio interior de la Casa del SEÑOR, y el atrio de la Casa.

Y vino a Jerusalén con muy grande ejército, con camellos cargados de especias, y oro en grande abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le propuso todo lo que tenía en su corazón.

Y dio la reina al rey ciento veinte talentos de oro, y muchísima especiería, y piedras preciosas; nunca vino después tan grande copia de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón.

La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de brasil, y piedras preciosas.

Y el rey hizo que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras, y cedros como los cabrahigos que están por los campos en abundancia.

Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra del SEÑOR, diciendo: Israel será tu nombre;

edificó con las piedras un altar en el nombre del SEÑOR; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de simiente.

Entonces cayó fuego del SEÑOR, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la zanja.

Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres de Belial atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo sacaron fuera de la ciudad, y lo apedrearon con piedras, y murió.

Y heriréis a toda ciudad fortalecida y a toda villa escogida, y talaréis todo buen árbol, y cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras toda tierra fértil.

Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; taparon también todas las fuentes de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareset solamente dejaron sus piedras; porque los honderos la cercaron, y la hirieron.

Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos en tirar piedras con honda , y saetas con arco, de los hermanos de Saúl de Benjamín.

Y David tomó la corona de su rey de encima de su cabeza, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y Además de esto sacó de la ciudad un muy gran despojo.

Después mandó David que se juntasen los extranjeros que estaban en la tierra de Israel, e hizo de ellos canteros, que labrasen piedras para edificar la Casa de Dios.

Yo empero con todas mis fuerzas he preparado para la Casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y bronce para las de bronce, y hierro para las de hierro, y madera para las de madera, y piedras de ónice, y piedras preciosas, y piedras negras, y piedras de diversos colores, y toda suerte de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.

Y cado uno dio las piedras preciosas con que se halló para el tesoro de la casa del SEÑOR, en mano de Jehiel gersonita.

Y puso el rey plata y oro en Jerusalén como piedras, y madera de cedro como cabrahigos que nacen en los campos en abundancia.

Cubrió también la casa de piedras preciosas por excelencia; y el oro era oro de Parvaim.

Y oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón, vino a Jerusalén para tentar a Salomón con preguntas oscuras, con un muy grande ejército, con camellos cargados de aroma, y oro en abundancia, y piedras preciosas. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que tenía en su corazón.

Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran copia de especiería, y piedras preciosas; nunca hubo tal especiería como la que dio la reina de Sabá al rey Salomón.

También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de brasil, y piedras preciosas.

Y puso el rey plata en Jerusalén como piedras, y cedros como los cabrahigos que nacen por las campiñas en abundancia.

Mas ellos hicieron conspiración contra él, y le cubrieron de piedras por mandato del rey, en el patio de la Casa del SEÑOR.

E hizo en Jerusalén máquinas por industria de ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes, para arrojar saetas y grandes piedras, y su fama se extendió lejos, porque se ayudó maravillosamente, hasta hacerse fuerte.

Y tuvo Ezequías riquezas y gloria mucha en gran manera; y se hizo tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de especias, de escudos, y de todos vasos de desear.

Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Les han de permitir? ¿Han de sacrificar? ¿Han de acabar en tiempo? ¿Han de resucitar de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?

pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, y las bestias del campo te serán pacíficas.

las piedras son quebrantadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra, de tal manera haces perder al hombre la esperanza.

y tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir.

Lugar que sus piedras serán zafiro, y tendrá polvos de oro.

De coral ni de perlas no se hará mención; la sabiduría es mejor que las piedras preciosas.

Habitaban en las barrancas de los arroyos, en las cavernas de la tierra, y en las piedras.

Saeta no le hace huir; las piedras de honda se le tornan aristas.

Porque tus siervos amaron sus piedras, y del polvo de ella tuvieron compasión.

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