'Por' en la Biblia
Tus ungüentos tienen olor agradable, tu nombre es {como} ungüento purificado; por eso te aman las doncellas.
Dime, amado de mi alma: ¿Dónde apacientas {tu rebaño}? ¿Dónde {lo} haces descansar al mediodía? ¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo junto a los rebaños de tus compañeros?
Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.
¿Una voz! ¡Mi amado! He aquí, él viene, saltando por los montes, brincando por los collados.
Mi amado es semejante a una gacela o a un cervatillo. He aquí, se detiene detrás de nuestro muro, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías.
En mi lecho, por las noches, he buscado al que ama mi alma; lo busqué, mas no lo hallé.
``Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma." Lo busqué, mas no lo hallé.
Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.
Hizo sus columnas de plata, su respaldo de oro {y} su asiento de púrpura, su interior tapizado con amor por las hijas de Jerusalén.
Mi amado metió su mano por la abertura {de la puerta,} y se estremecieron por él mis entrañas.
Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te contemplemos. ¿Por qué habéis de contemplar a la Sulamita, como en la danza de los dos coros?
y tu paladar como el mejor vino! Entra suavemente {el vino} en mi amado, {como} fluye por los labios de los que se duermen.
¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo del manzano te desperté; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto, {y} te dio a luz.
Las muchas aguas no pueden extinguir el amor, ni los ríos lo anegarán; si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor, de cierto lo menospreciarían.
Tenemos una hermana pequeña, y todavía no tiene pechos; ¿qué haremos por nuestra hermana el día en que sea pedida?
Salomón tenía una viña en Baal-hamón, confió la viña a los guardas; cada uno debía traer por su fruto mil {siclos} de plata.