145 casos

'Pusieron' en la Biblia

Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre los hombros de ambos, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre teniendo vueltos los rostros, para que no vieran la desnudez de su padre.

Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas en la misericordia del SEÑOR que era sobre él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.

Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla.

Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.

Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios.

Y tomaron del hollín del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y vino una sarna que echaba vejigas, así en los hombres como en las bestias.

Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.

Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.

Y Moisés sacó del campamento al pueblo a recibir a Dios; y se pusieron a lo bajo del monte.

Hicieron asimismo los dos engastes y los dos anillos, de oro; y pusieron los dos anillos de oro en los dos extremos del pectoral.

Y pusieron las dos trenzas de oro en aquellos dos anillos en los extremos del pectoral.

Y fijaron los dos extremos de las dos trenzas en los dos engastes, que pusieron sobre las hombreras del efod, en la parte delantera de él.

E hicieron dos anillos de oro, que pusieron en los dos extremos del pectoral, en su orilla, en la parte baja del efod.

Hicieron además dos anillos de oro, los cuales pusieron en las dos orillas del efod, abajo en la parte delantera, delante de su juntura, sobre el cinto especial del efod.

Hicieron también las campanillas de oro puro, las campanillas las pusieron entre las granadas por las orillas del manto alrededor entre las granadas:

Y pusieron en ella un cordón de cárdeno, para colocarla sobre la mitra, por arriba; como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.

Hizo luego traer el novillo del pecado, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo del pecado,

Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero;

Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero;

Y llevaron lo que mandó Moisés delante del tabernáculo del testimonio, y vino toda la congregación, y se pusieron delante del SEÑOR.

y pusieron los sebos sobre los pechos, y él quemó los sebos sobre el altar.

Y los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron perfume, y ofrecieron delante del SEÑOR fuego extraño, que él nunca les mandó.

y lo pusieron bajo guarda, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.

Y tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, y pusieron también en ellos sahumerio, y se pusieron a la puerta del tabernáculo del testimonio con Moisés y Aarón.

Y se apartaron de las tiendas de Coré, de Datán, y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos, y sus chiquitos.

Nebo, Baal-meón, (mudados los nombres), y a Sibma, y pusieron nombres a las ciudades que edificaron.

y los egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.

Y los jóvenes espías entraron, y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera en el campamento de Israel.

Y quemaron a fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa del SEÑOR el oro, la plata, y los vasos de bronce y de hierro.

Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante del SEÑOR.

Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.

Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la pusieron a espada.

Y cuando sacaron estos reyes a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de los hombres de guerra que habían venido con él: Llegad y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron, y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.

Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitaran de los maderos, y los echaran en la cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la boca de la cueva, hasta hoy.

De Laquis pasó Josué, y todo Israel con él, a Eglón; y pusieron campamento contra ella, y la combatieron;

E hirieron a espada todo cuanto en ella había vivo, destruyendo y no dejando cosa que respirara; y a Hazor pusieron a fuego.

Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron por nombre al altar Ed; porque es testimonio entre nosotros que el SEÑOR es Dios.

Y fue Judá a su hermano Simeón, e hirieron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma.

Y los de la casa de José pusieron espías en Bet-el. (La ciudad antes se llamaba Luz.)

Y aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a fornicar en pos de los baales, y se pusieron por dios a Baal-berit.

Y los señores de Siquem le pusieron asechadores en las cumbres de los montes, los cuales robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; de esto fue dado aviso a Abimelec.

Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem con cuatro compañías.

Y así todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza; de manera que todos los de la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres.

Y los filisteos subieron y pusieron campamento en Judá, y se tendieron por Lehi.

Y fue dicho a los de Gaza: Sansón es venido acá. Y lo cercaron, y le pusieron espías toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces le mataremos.

Y aconteció que, cuando el corazón de ellos estuvo alegre, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos haga reír. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de diversión delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

Y ellos tornaron y se fueron; y pusieron los niños, y el ganado y el bagaje, delante de sí.

Levantándose, pues, de mañana los hijos de Israel, pusieron campamento contra Gabaa.

Entonces, levantándose todos los de Israel de su lugar, se pusieron en orden en Baal-tamar; y también las emboscadas de Israel salieron de su lugar, del prado de Gabaa.

Y los varones de Israel volvieron contra los hijos de Benjamín, y los pasaron a espada, a hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fue hallado; asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

Y las vecinas le pusieron nombre diciendo: a Noemí ha nacido un hijo; y le llamaron Obed. Este es padre de Jessé, padre de David.

Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.

Luego pusieron el arca del SEÑOR sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y con las formas de sus hemorroides.

Y los levitas bajaron el arca del SEÑOR, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las alhajas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los varones de Bet-semes sacrificaron holocaustos y mataron víctimas al SEÑOR en aquel día.

y ratones de oro conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco cardinales, en rescate por los de las ciudades fuertes y por los moradores de los campos, hasta la gran piedra sobre la cual pusieron el arca del SEÑOR. Tienen esto en memoria en el campo de Josué, bet-semita hasta hoy.

Se volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David, y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron a aquel lugar por nombre Sela-hama-lecot (peña de las divisiones).

Y pusieron sus armas en la casa de Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán.

Y pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en Gabaa; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.

Metieron, pues, el arca del SEÑOR, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había tendido; y sacrificó David holocaustos y pacíficos delante del SEÑOR.

Y fue dado aviso a David, y juntó a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam; y los Sirios se pusieron en orden contra David, y pelearon con él.

Y aconteció a la vuelta de un año, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y a sus siervos con él, y a todo Israel; y destruyeron a los amonitas, y pusieron cerco a Rabá; mas David se quedó en Jerusalén.

Entonces David se levantó de tierra, y se lavó y se ungió, y mudó sus ropas, y entró a la Casa del SEÑOR, y adoró. Y después vino a su casa, y demandó, y le pusieron pan, y comió.

Entonces pusieron una tienda a Absalón sobre el terrado, y entró Absalón a las concubinas de su padre, en ojos de todo Israel.

Y vinieron y lo cercaron en Abel de Bet-maaca, y pusieron baluarte contra la ciudad; y el pueblo se puso al muro; y todo el pueblo que estaba con Joab trabajaba para derribar la muralla.

En el cuarto año, en el mes de Zif, se pusieron los cimientos de la Casa del SEÑOR.

Y cuando él oyó esta palabra, estando bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: Poned. Y ellos se pusieron contra la ciudad.

Y todos los de Moab, cuando oyeron que los reyes subían a pelear contra ellos, se juntaron desde todos los que ceñían talabarte arriba, y se pusieron en la frontera.

En su tiempo se rebeló Edom de debajo de la mano de Judá, y pusieron rey sobre sí.

Y cuando las letras llegaron a ellos, tomaron a los hijos del rey, y degollaron setenta varones, y pusieron sus cabezas en canastillos, y se las enviaron a Jezreel.

Y le dijo: Ven conmigo, y verás mi celo por el SEÑOR. Lo pusieron, pues, en su carro.

Y los de la guardia se pusieron de pie, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la Casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, cerca del rey alrededor.

Mas cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

y que pusieron en el fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y así los destruyeron.

Y sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por rey en lugar de su padre.

Y pusieron sus armas en el templo de su dios, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

se pusieron ellos en medio del cultivo, y la defendieron, y vencieron a los filisteos; y los salvó el SEÑOR de gran salvación.

Y lo sepultaron en sus sepulcros que él había hecho para sí en la ciudad de David; y lo pusieron en una litera la cual llenaron de aromas y de olores hechos de obra de boticarios, y le hicieron una quema, una quema muy grande.

En los días de éste se rebeló Edom, para no estar bajo el poder de Judá, y pusieron rey sobre sí.

Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el Testimonio, y le hicieron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo: ¡Viva el rey!

Y ellos pusieron las manos en ella, y ella entró en la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, y allí la mataron.

Y juntó a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y juntad dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la Casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el negocio. Mas los levitas no pusieron diligencia.

Y mandó el rey que hicieran un arca, la cual pusieron fuera a la puerta de la Casa del SEÑOR;

Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual era de dieciséis años, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su padre.

E hicieron llegar los machos cabríos del pecado delante del rey y de la multitud, y pusieron sobre ellos sus manos;

Y se pusieron en su orden conforme a su costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas.

Aparejado así el servicio, los sacerdotes se pusieron en sus estancias, y asimismo los levitas en sus órdenes, conforme al mandamiento del rey.

Entonces sus siervos lo quitaron de aquel carro, y lo pusieron en otro segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén, y murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hizo duelo por Josías.

Y en el año segundo de su venida a la Casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuvieran cargo de la obra de la Casa del SEÑOR.

Y los albañiles del templo del SEÑOR echaron los cimientos; y pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas, con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabaran al SEÑOR, según la ordenanza de David rey de Israel.

Y pusieron a los sacerdotes en sus repartimientos, y a los levitas en sus divisiones, sobre la obra de Dios que está en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y pusieron el entendimiento, y entendieron la escritura.

y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos ni a tus testimonios con que les protestabas.

Y los otros judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y tuvieron reposo de sus enemigos, y mataron de sus enemigos setenta y cinco mil; mas en el despojo no metieron su mano.

Oh Dios, vinieron los gentiles a tu heredad; contaminaron el templo de tu santidad; pusieron a Jerusalén en montones.

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