96 casos

'Setenta' en la Biblia

Y Cainán vivió setenta años, y engendró a Mahalaleel.

El total de los días de Lamec fue de setecientos setenta y siete años, y murió.

Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.

Entonces Abram se fue tal como el SEÑOR le había dicho; y Lot fue con él. Y Abram {tenía} setenta y cinco años cuando partió de Harán.

Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, eran dos: todas las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto, {eran} setenta.

Y se requerían cuarenta días para ello, porque este es el tiempo requerido para el embalsamamiento. Y los egipcios lo lloraron setenta días.

Todas las personas que descendieron de Jacob fueron setenta almas. Pero José estaba {ya} en Egipto.

Llegaron a Elim, donde {había} doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.

Entonces {Dios} dijo a Moisés: Sube hacia el SEÑOR, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, y adoraréis desde lejos.

Y subió Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel;

Y la plata de los que fueron contados de la congregación, {fue} cien talentos y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario;

Y de los mil setecientos setenta y cinco {siclos} hizo ganchos para las columnas y revistió sus capiteles y les hizo molduras.

Y el bronce de la ofrenda mecida fue setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos.

los enumerados de la tribu de Judá {fueron} setenta y cuatro mil seiscientos.

y su ejército, los enumerados, setenta y cuatro mil seiscientos.

y todos los primogénitos varones conforme al número de sus nombres de un mes arriba, los enumerados, eran veintidós mil doscientos setenta y tres.

Y como precio de rescate por los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los hijos de Israel que exceden a los levitas,

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y él presentó {como} su ofrenda una fuente de plata {de} ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

Y su ofrenda {fue} una fuente de plata de ciento treinta {siclos} de peso, un tazón de plata de setenta siclos, conforme al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal;

cada fuente de plata {pesaba} ciento treinta {siclos,} y cada tazón setenta {siclos;} toda la plata de los utensilios {era} dos mil cuatrocientos {siclos,} conforme al siclo del santuario;

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo.

Salió Moisés y dijo al pueblo las palabras del SEÑOR. Reunió después a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los colocó alrededor de la tienda.

Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y {lo} colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacer{lo más.}

Estas son las familias de Judá según los que fueron contados en ellas: setenta y seis mil quinientos.

Y el botín que quedó del despojo que los hombres de guerra habían tomado fue de seiscientas setenta y cinco mil ovejas,

y {las cabezas} de ganado, treinta y seis mil, de las cuales el tributo al SEÑOR fue de setenta y dos;

Partieron de Mara y llegaron a Elim; y en Elim había doce fuentes de agua y setenta palmeras; y acamparon allí.

{Cuando} tus padres descendieron a Egipto {eran} setenta personas, y ahora el SEÑOR tu Dios te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.

Y Adoni-bezec dijo: Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían {migajas} debajo de mi mesa; como yo he hecho, así me ha pagado Dios. Lo llevaron a Jerusalén, y allí murió.

Y capturó a un joven de Sucot y lo interrogó. Entonces {el joven} le dio por escrito {los nombres de} los príncipes de Sucot y de sus ancianos, setenta y siete hombres.

Y tuvo Gedeón setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.

Hablad ahora a oídos de todos los habitantes de Siquem: `` ¿Qué es mejor para vosotros, que todos los hijos de Jerobaal, setenta hombres, reinen sobre vosotros, o que reine sobre vosotros un solo hombre?" Además, acordaos que yo soy hueso vuestro y carne vuestra.

Y le dieron setenta {piezas} de plata de la casa de Baal-berit, con las cuales Abimelec tomó a sueldo hombres indignos y temerarios que lo siguieron.

Luego fue a la casa de su padre en Ofra y mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta hombres, sobre una piedra. Pero Jotam, el hijo menor de Jerobaal, se libró porque se escondió.

pero vosotros os habéis rebelado hoy contra la casa de mi padre y habéis matado a sus hijos, setenta hombres, sobre una piedra, y habéis hecho rey sobre los habitantes de Siquem a Abimelec, el hijo de su sierva, porque es vuestro pariente);

para que viniera la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y recayera la sangre de ellos sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los habitantes de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.

Así pagó Dios a Abimelec por la maldad que había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos.

Y tuvo cuarenta hijos y treinta nietos que cabalgaban en setenta asnos. Y juzgó a Israel ocho años.

{El Señor} hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR. De todo el pueblo hirió a cincuenta mil setenta hombres, y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.

Y el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta Beerseba murieron setenta mil hombres del pueblo.

Salomón tenía setenta mil {hombres} que llevaban las cargas, y ochenta mil canteros en las montañas,

Acab tenía setenta hijos en Samaria. Y Jehú escribió cartas y {las} envió a Samaria, a los príncipes de Jezreel, a los ancianos y a los ayos {de los hijos} de Acab, diciendo:

Entonces por segunda vez les escribió una carta, diciendo: Si estáis de mi parte y escucháis mi voz, tomad las cabezas de los hombres, de los hijos de vuestro señor, y venid a mí a Jezreel mañana a estas horas. Y los hijos del rey, setenta personas, {estaban} con los principales de la ciudad, {que} los criaban.

Y sucedió que cuando la carta llegó a ellos, tomaron a los hijos del rey, y {los} mataron, setenta personas, y pusieron sus cabezas en canastas y se {las} enviaron a Jezreel.

Y Joab dio a David el total del censo de {todo} el pueblo. Y en todo Israel había un millón cien mil hombres que sacaban espada; y en Judá {había} cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.

Y el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel.

Y designó Salomón setenta mil hombres para llevar cargas, ochenta mil para labrar {piedra} en los montes y tres mil seiscientos para dirigirlos.

Puso setenta mil de ellos a llevar cargas, ochenta mil a labrar {piedras} en los montes y tres mil seiscientos {como} capataces para hacer trabajar al pueblo.

El número de los holocaustos que la asamblea trajo fue de setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos; todos estos fueron para el holocausto al SEÑOR.

para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubiera gozado de sus días de reposo. Todos los días de su desolación reposó hasta que se cumplieron los setenta años.

los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;

los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco;

Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;

Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

de los hijos de Elam, Jesaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones;

y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con ellos setenta varones.

Los desterrados que habían venido de la cautividad ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos como ofrenda por el pecado; todo como holocausto al SEÑOR.

los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;

Los sacerdotes: los hijos de Jedaías de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;

Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

Y los porteros, Acub, Talmón y sus parientes, que guardaban las puertas, {eran} ciento setenta y dos.

Y los demás judíos que {se hallaban} en las provincias del rey se reunieron para defender sus vidas y librarse de sus enemigos; y mataron a setenta y cinco mil de los que los odiaban, pero no echaron mano a los bienes.

Y acontecerá en aquel día que Tiro será olvidada por setenta años, como los días de un rey. Al cabo de los setenta años le sucederá a Tiro como {en} la canción de la ramera:

Y sucederá al cabo de los setenta años que el SEÑOR visitará a Tiro. Entonces ella regresará a su paga de ramera, y se prostituirá con todos los reinos sobre la faz de la tierra.

``Toda esta tierra será desolación {y} horror, y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.

``Después que se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su iniquidad --declara el SEÑOR-- y a la tierra de los caldeos la haré una desolación eterna.

Pues así dice el SEÑOR: ``Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar.

Y de pie frente a ellos, estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías, hijo de Safán, de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso subía.

El edificio que {estaba} enfrente de la zona separada, hacia el lado occidental, {tenía} setenta codos de ancho; y el muro del edificio {tenía} cinco codos de ancho, todo alrededor, y su longitud {era} de noventa codos.

en el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del SEÑOR que fue {revelada} al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años.

Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el {lugar} santísimo.

Entonces respondió el ángel del SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR de los ejércitos, ¿hasta cuándo seguirás sin compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales has estado indignado estos setenta años?

Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes, y di: ``Cuando ayunabais y os lamentabais en el quinto y el séptimo {mes} durante estos setenta años, ¿ayunabais en verdad por mí?

Y José, enviando {mensaje,} mandó llamar a Jacob su padre y a toda su parentela, {en total} setenta y cinco personas.

Y llamando a dos de los centuriones, dijo: Preparad doscientos soldados para la hora tercera de la noche, con setenta jinetes y doscientos lanceros, para que vayan a Cesarea.

En total éramos en la nave doscientas setenta y seis personas.

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