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'Señor' en la Biblia

Y Salomón hijo de David fue confirmado en su reino; y el SEÑOR su Dios estaba con él, y le magnificó grandemente.

Y fue Salomón, y con él toda la congregación, al lugar alto que había en Gabaón; porque allí estaba el tabernáculo del testimonio de Dios, que Moisés siervo del SEÑOR había hecho en el desierto.

Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo del SEÑOR, al cual Salomón y la congregación fueron a buscar.

Subió, pues, Salomón allá delante del SEÑOR, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo del testimonio, y sacrificó sobre él mil holocaustos.

sea pues ahora firme, oh SEÑOR Dios, tu palabra con mi padre David; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.

Determinó, pues, Salomón edificar Casa al nombre del SEÑOR, y otra casa para su reino.

He aquí yo tengo que edificar Casa al nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para holocaustos de la mañana y la tarde; y para los sábados, nuevas lunas, y fiestas solemnes del SEÑOR nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.

Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito, y lo envió a Salomón: Porque el SEÑOR amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.

Y además decía Hiram: Bendito sea el SEÑOR el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David hijo sabio, conocedor, cuerdo y entendido, que edifique Casa al SEÑOR, y casa para su reino.

hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe obrar en oro, plata, bronce, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y cárdeno, en lino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, e inventar toda suerte de diseño que se le propusiere, con tus sabios, y con los sabios de mi señor David tu padre.

Ahora pues, enviará mi señor a sus siervos el trigo, y la cebada, el aceite, y el vino, que ha dicho;

Entonces Salomón comenzó a edificar la casa del SEÑOR en Jerusalén en el monte Moriah, donde {el S{EÑOR}} se había aparecido a su padre David, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.

y calderos, y palas, y garfios; y todos sus vasos hizo Hiram su padre al rey Salomón para la Casa del SEÑOR, de bronce purísimo.

Acabada toda la obra que hizo Salomón para la Casa del SEÑOR, metió Salomón en ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los vasos, en los tesoros de la Casa de Dios.

Entonces Salomón juntó en Jerusalén a los ancianos de Israel, y todas las cabezas de las tribus, príncipes de las familias de los hijos de Israel, para que trajeran el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es Sion.

Y los sacerdotes metieron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el oráculo de la Casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines.

En el arca no había sino las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, con las cuales el SEÑOR había cortado un pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.

Y tocaban las trompetas, y cantaban con la voz todos a una como un varón alabando y confesando al SEÑOR, cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos, e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre. Y la Casa fue llena de una nube, la Casa del SEÑOR.

Y no podían los sacerdotes estar para ministrar por causa de la nube; porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa de Dios.

Entonces dijo Salomón: El SEÑOR ha dicho que él habitaría en la oscuridad.

Y él dijo: Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, el cual con su mano ha cumplido lo que habló por su boca a David mi padre, diciendo:

Y David mi padre tuvo en el corazón edificar Casa al Nombre del SEÑOR Dios de Israel.

Mas el SEÑOR dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón edificar Casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón;

Y el SEÑOR ha cumplido su palabra que dijo, y me levanté yo por David mi padre, y me senté en el trono de Israel, como el SEÑOR había dicho, y he edificado Casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.

Y en ella he puesto el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que concertó con los hijos de Israel.

Se puso luego Salomón delante del altar del SEÑOR, delante de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos.

SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón;

Ahora, pues, SEÑOR Dios de Israel, guarda a David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, a condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado.

Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, sea firme tu palabra que dijiste a tu siervo David.

Mas tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh SEÑOR Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti;

Oh SEÑOR Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu fortaleza; sean, oh SEÑOR Dios, vestidos de salvación tus sacerdotes, y gocen de bien tus misericordiosos.

SEÑOR Dios, no hagas volver el rostro de tu ungido; acuérdate de las misericordias de David tu siervo.

Y cuando Salomón acabó de orar, el fuego descendió de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria del SEÑOR llenó la Casa.

Y no podían entrar los sacerdotes en la Casa del SEÑOR, porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa del SEÑOR.

Y cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre la Casa, cayeron en tierra en el solado sobre sus rostros, y adoraron, confesando al SEÑOR diciendo: Que es bueno, que su misericordia es para siempre.

Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante del SEÑOR.

Y los sacerdotes estaban sobre sus guardas; y los levitas con los instrumentos de música del SEÑOR, los cuales había hecho el rey David para confesar al SEÑOR, porque su misericordia es para siempre; cuando David confesaba por mano de ellos. Asimismo los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba en pie.

También santificó Salomón el medio del atrio que estaba delante de la Casa del SEÑOR, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos, y los sebos de los pacíficos; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho, no podían caber los holocaustos, y el presente, y los sebos.

Y a los veintitrés del mes séptimo envió al pueblo a sus estancias, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que el SEÑOR había hecho a David, y a Salomón, y a su pueblo Israel.

Acabó, pues, Salomón la Casa del SEÑOR, y la casa del rey; y todo lo que Salomón tuvo en voluntad de hacer en la Casa del SEÑOR y en su casa, fue prosperado.

Y apareció el SEÑOR a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por una Casa de sacrificio.

Y esta Casa que es tan ilustre, será espanto a todo el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así el SEÑOR a esta tierra y a esta Casa?

Y le será respondido: Por cuanto dejaron al SEÑOR Dios de sus padres, el cual los sacó de la tierra de Egipto, y echaron mano de dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por eso él ha traído todo este mal sobre ellos.

Y aconteció que al cabo de veinte años que Salomón había edificado la Casa del SEÑOR y su casa,

Y pasó Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él le había edificado; porque dijo entre sí: Mi mujer no morará en la casa de David rey de Israel, porque son lugares sagrados por haber entrado a ellas el arca del SEÑOR.

Entonces ofreció Salomón holocaustos al SEÑOR sobre el altar del SEÑOR, que había él edificado delante del pórtico,

Porque toda la obra de Salomón estaba apercibida desde el día en que la Casa del SEÑOR fue fundada hasta que fue acabada. Así fue perfeccionada la Casa del SEÑOR.

y las viandas de su mesa, y el asiento de sus siervos, y la atención de sus ministros, y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y sus holocaustos que sacrificaba en la Casa del SEÑOR, no quedó más espíritu en ella.

El SEÑOR tu Dios sea bendito, el cual se ha agradado en ti para ponerte sobre su trono por rey del SEÑOR tu Dios; por cuanto tu Dios ha amado a Israel para afirmarlo perpetuamente, y te puso por rey sobre ellos para que hagas juicio y justicia.

E hizo el rey de la madera de brasil gradas en la Casa del SEÑOR, y en las casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca en tierra de Judá se había visto madera semejante.

Y no escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para cumplir el SEÑOR su palabra que había hablado, por Ahías, el Silonita, a Jeroboam hijo de Nabat.

Mas vino palabra del SEÑOR a Semeías varón de Dios, diciendo:

Así ha dicho el SEÑOR: No subáis ni peleéis contra vuestros hermanos; vuélvase casa uno a su casa, porque yo he hecho este negocio. Y ellos oyeron la palabra del SEÑOR, y se volvieron, y no fueron contra Jeroboam.

Porque los levitas dejaban sus ejidos y sus posesiones, y venían a Judá y a Jerusalén; pues Jeroboam y sus hijos los expulsaron para que no ejercieran el sacerdocio del SEÑOR.

Tras de aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar al SEÑOR Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para sacrificar al SEÑOR, el Dios de sus padres.

Y cuando Roboam hubo confirmado el reino, cuando se fortaleció, dejó la ley del SEÑOR, y con él todo Israel.

Y en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén (por cuanto se habían rebelado contra el SEÑOR),

Entonces vino Semeías profeta a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho el SEÑOR: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac.

Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es el SEÑOR.

Y como vio el SEÑOR que se habían humillado, vino palabra del SEÑOR a Semeías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvare en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por la mano de Sisac.

Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los paveses de oro que Salomón había hecho.

Y cuando el rey iba a la Casa del SEÑOR, venían los de la guardia, y los traían, y después los volvían a dejar en la cámara de la guardia.

Y cuando él se humilló, la ira del SEÑOR se apartó de él, para no destruirlo del todo; y también en Judá las cosas fueron bien.

Fortificado, pues, Roboam, reinó en Jerusalén; y era Roboam de cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió el SEÑOR de todas las tribus de Israel, para poner en ella su Nombre. Y el nombre de su madre fue Naama, una amonita.

¿No sabéis vosotros, que el SEÑOR Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos en alianza de sal?

Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor;

Y ahora vosotros consultáis para fortificaros contra el reino del SEÑOR que está en mano de los hijos de David; porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses.

¿No echasteis vosotros a los sacerdotes del SEÑOR, a los hijos de Aarón, y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los que no son dioses?

Mas en cuanto a nosotros, el SEÑOR es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que ministran al SEÑOR son los hijos de Aarón, y los levitas son los que están en la obra;

los cuales queman al SEÑOR los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con sus lámparas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza del SEÑOR nuestro Dios; mas vosotros le habéis dejado.

Y he aquí Dios está con nosotros por capitán, y sus sacerdotes con las trompetas para que suenen alarma contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra el SEÑOR Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien.

Entonces cuando miró Judá, he aquí que tenía batalla por delante y a las espaldas; por lo que clamaron al SEÑOR, y los sacerdotes tocaron las trompetas,

Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo; mas los hijos de Judá se fortificaron, porque se apoyaban en el SEÑOR Dios de sus padres.

Y nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días de Abías; y le hirió el SEÑOR, y murió.

E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios.

y mandó a Judá que buscaran al SEÑOR, el Dios de sus padres, y cumplieran la ley y los mandamientos.

Y edificó ciudades fuertes en Judá, por cuanto hubo reposo en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos; porque el SEÑOR le había dado reposo.

Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios, le hemos buscado, y él nos ha dado reposo de todas partes. Edificaron pues, y fueron prosperados.

Y clamó Asa al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no tienes tú más con el grande que con el que ninguna fuerza tiene, para dar ayuda. Ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre venimos contra este ejército. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.

Y el SEÑOR deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.

Y Asa, y el pueblo que con él estaba, los siguió hasta Gerar; y cayeron los etíopes hasta no quedar en ellos hombre con vida; porque fueron deshechos delante del SEÑOR y de su ejército. Y les tomaron muy grande despojo.

E hirieron todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror del SEÑOR era sobre ellos; y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran despojo.

y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa, y todo Judá y Benjamín: El SEÑOR estará con vosotros, si vosotros estáis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.

mas cuando con su tribulación se convirtieron al SEÑOR Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.

Y cuando oyó Asa las palabras y profecía de Obed, el profeta, fue confortado, y quitó las abominaciones de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de todas las ciudades que él había tomado en el monte de Efraín; y reparó el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico del SEÑOR.

E hizo juntar a todo Judá y Benjamín, y con ellos los extranjeros de Efraín, de Manasés, y de Simeón; porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que el SEÑOR su Dios estaba con él.

Y en aquel mismo día sacrificaron al SEÑOR, de los despojos que habían traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas.

Y entraron en pacto de que buscarían al SEÑOR el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma;

y que cualquiera que no buscara al SEÑOR el Dios de Israel, moriría, grande o pequeño, hombre o mujer.

De este juramento todos los de Judá se alegraron; porque con todo su corazón lo juraban, y con toda su voluntad le buscaban; y fue hallado de ellos; y les dio el SEÑOR reposo por todas partes.

Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la Casa del SEÑOR y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:

En aquel tiempo vino Hanani vidente ante Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en el SEÑOR tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.

Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y muchísima gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en el SEÑOR, él los entregó en tus manos.

Y el año treinta y nueve de su reinado enfermó Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.

El SEÑOR, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia.

Y se animó su corazón en los caminos del SEÑOR, y quitó los lugares altos y los bosques de Judá.

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