'Sión' en la Biblia
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón;
Pero David tomó la fortaleza de Sión, la cual es la ciudad de David.
Entonces Salomón reunió a los ancianos de Israel, y a todas las cabezas de las tribus, y a los príncipes de las familias de los hijos de Israel ante el rey Salomón en Jerusalén, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión.
Ésta es la palabra que Jehová ha hablado contra él: Te ha menospreciado, te ha escarnecido la virgen hija de Sión; ha movido su cabeza detrás de ti la hija de Jerusalén.
Porque saldrá de Jerusalén un remanente, y del monte de Sión los que escaparen: El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Pero David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David.
Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los príncipes de las tribus y a los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que subiesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión. 670
Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
Cantad a Jehová, que habita en Sión; proclamad entre los pueblos sus obras.
Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.
¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te sostenga.
Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.
Se alegrará el monte de Sión; se gozarán las hijas de Judá por tus juicios.
Andad alrededor de Sión, y rodeadla; contad sus torres.
De Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.
Haz bien con tu benevolencia a Sión: Edifica los muros de Jerusalén.
¡Oh, quién diese que la salvación de Israel viniese de Sión! Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
«Al Músico principal: Salmo: Cántico de David» A ti es plácida la alabanza en Sión, oh Dios; y a ti se pagarán los votos.
Porque Dios salvará a Sión, y reedificará las ciudades de Judá; y habitarán allí, y la poseerán.
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, la vara de tu heredad, la cual redimiste; este monte de Sión, donde has habitado.
Y en Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sión.
Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sión, al cual amó.
Irán de fortaleza en fortaleza, verán a Dios en Sión.
Ama Jehová las puertas de Sión, más que todas las moradas de Jacob.
Y de Sión se dirá: Éste y aquél nacieron en ella; y el Altísimo mismo la establecerá.
Oyó Sión, y se alegró; y las hijas de Judá, oh Jehová, se gozaron por tus juicios.
Te levantarás y tendrás misericordia de Sión; porque es tiempo de tener misericordia de ella, pues el plazo ha llegado.
por cuanto Jehová habrá edificado a Sión, y en su gloria será visto;
Para que anuncien en Sión el nombre de Jehová, y su alabanza en Jerusalén,
Jehová enviará desde Sión la vara de tu poder: Domina en medio de tus enemigos.
«Cántico gradual» Los que confían en Jehová son como el monte de Sión que no se mueve; sino que permanece para siempre.
«Cántico gradual» Cuando Jehová hizo volver la cautividad de Sión, éramos como los que sueñan.
Jehová te bendiga desde Sión, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida;
Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sión.
Porque Jehová ha elegido a Sión; la deseó por habitación para sí.
como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.
Jehová, que hizo el cielo y la tierra, te bendiga desde Sión.
Bendito sea Jehová desde Sión, que mora en Jerusalén. Aleluya.
Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sión.
Y los que allí nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos alguno de los cánticos de Sión.
Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sión, por generación y generación. Aleluya.
Alaba a Jehová, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión.
Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sión se gocen en su Rey.
Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón.
Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
Sión con juicio será rescatada, y los convertidos de ella con justicia.
Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y Él nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan con el cuello erguido y ojos coquetos; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies.
Por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sión, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.
Y acontecerá que el que quedare en Sión, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén están escritos entre los vivientes;
cuando el Señor haya lavado las inmundicias de las hijas de Sión, y limpiado la sangre derramada en medio de Jerusalén, con espíritu de juicio y con espíritu de fuego.
Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sión, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel.
He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová, por señales y prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte de Sión.
Pero acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el monte de Sión, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.
Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos dice así: Pueblo mío, morador de Sión, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su bordón, a la manera de Egipto;
Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano contra el monte de la hija de Sión, al collado de Jerusalén.
Regocíjate y canta, oh moradora de Sión: porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
¿Y qué se responderá a los mensajeros de la nación? Que Jehová fundó a Sión, y que en ella se refugiarán los afligidos de su pueblo.
Enviad cordero al gobernador de la tierra, desde Sela del desierto hasta el monte de la hija de Sión.
En aquel tiempo será traído presente a Jehová de los ejércitos, de la nación dispersada y raída, y del pueblo temible desde su principio y después; nación agredida y pisoteada, cuya tierra destruyeron los ríos; al lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, al monte de Sión.
La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine gloriosamente en el monte de Sión, y en Jerusalén, y delante de sus ancianos.
Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo pongo en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, fundamento firme; el que creyere, no se apresurará.
Y será como el que tiene hambre y sueña, y parece que come; mas cuando despierta, su alma está vacía; o como el que tiene sed y sueña, y parece que bebe; mas cuando se despierta, se halla cansado, y su alma sedienta. Así será la multitud de todas las naciones que pelean contra el monte de Sión.
Ciertamente el pueblo morará en Sión, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro del león ruge sobre su presa, y si se reúne contra él cuadrilla de pastores, no se espantará de sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear por el monte de Sión, y por su collado.
Y de miedo pasará su fortaleza y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice Jehová, cuyo fuego está en Sión, y su horno en Jerusalén.
Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sión de juicio y de justicia.
Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sorprendió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.
Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sión.
Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión cantando; y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán.
ésta es la palabra que Jehová habló acerca de él: La virgen, la hija de Sión te ha menospreciado, y ha hecho escarnio de ti; a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalén.
Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y los que escapen del monte de Sión. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Súbete sobre un monte alto, oh Sión, tú que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh Jerusalén, tú que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí vuestro Dios!
Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sión, y a Jerusalén le daré un portador de alegres nuevas.
Haré que se acerque mi justicia, no se alejará; y mi salvación no se detendrá. Y pondré mi salvación en Sión por Israel mi gloria.
Pero Sión dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todos sus lugares desolados, y hará su desierto como el Edén, y su soledad como el huerto de Jehová. Gozo y alegría se hallarán en ella, acciones de gracias y la voz de cánticos.
Ciertamente volverán los redimidos de Jehová, volverán a Sión cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, para yo plantar los cielos y fundar la tierra, y decir a Sión: Pueblo mío eres tú.
Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.
Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suéltate de las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión.
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae buenas nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!
¡Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán cuando Jehová vuelva a traer a Sión.
Y vendrá el Redentor a Sión, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel.
para ordenar a los que hacen duelo en Sión, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para que Él sea glorificado.
Por amor de Sión no callaré, y por amor de Jerusalén no he de parar, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sión: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con Él, y delante de Él su obra.
Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalén una soledad.
¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Dará a luz la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sión estuvo de parto, dio a luz sus hijos.
Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo: y os tomaré uno de una ciudad, y dos de una familia, y os introduciré en Sión;
Alzad bandera en Sión, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y destrucción grande.
Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.
A mujer hermosa y delicada comparé a la hija de Sión.
Arco y lanza empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sión.
He aquí la voz del clamor de la hija de mi pueblo, a causa de los que moran en tierra lejana: ¿No está Jehová en Sión? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me provocaron a ira con sus imágenes de talla y con vanidades extrañas?
Porque voz de endecha fue oída de Sión: ¡Cómo hemos sido destruidos! en gran manera hemos sido confundidos. ¿Por qué dejamos la tierra? ¿Por qué nos han echado de sí nuestras moradas?