'Trescientos' en la Biblia
Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
Y de esta manera la harás: De trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.
Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.
Y oyó Abram que su hermano estaba prisionero, y armó sus criados, los criados de su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan.
los contados de ellos, de la tribu de Simeón, cincuenta y nueve mil trescientos.
Y su ejército, con los contados de ellos, cincuenta y nueve mil trescientos.
y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel en dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario.
Éstas son las familias de Isacar, por sus contados, sesenta y cuatro mil trescientos.
Y fue el número de los que lamieron las aguas, llevándola con la mano a la boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.
Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y que se vaya toda la demás gente, cada uno a su lugar.
Y tomada provisión para el pueblo en sus manos, y sus trompetas, envió a todos los demás israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.
Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, puso trompetas en las manos de todos ellos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.
Mas los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zerera, y hasta el término de Abel-mehola en Tabat.
Y vino Gedeón al Jordán para pasar, él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo.
Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están a los términos de Arnón, ¿por qué no las habéis reclamado en ese tiempo?
Y les contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
Mas los siervos de David hirieron de los de Benjamín y de los de Abner, a trescientos sesenta hombres, los cuales murieron.
E Isbibenob, que era de los hijos del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido de una espada nueva, trató de matar a David;
Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia, fue el principal de los tres. Y éste alzó su lanza contra trescientos y los mató, y tuvo renombre entre los tres.
sin los principales oficiales de Salomón que estaban sobre la obra, tres mil trescientos, los cuales tenían cargo del pueblo que hacía la obra.
Asimismo trescientos escudos de oro extendido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano.
Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado: apártate de mí, y llevaré todo lo que me impusieres. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.
Y éste es el número de los valientes que David tuvo: Jasobam hijo de Hacmoni, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató.
Y Abisai, hermano de Joab, era cabeza de los tres, el cual blandió su lanza contra trescientos, a los cuales mató; y tuvo renombre entre los tres.
Asimismo trescientos escudos de oro labrado, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.
Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos; todos eran hombres valerosos.
Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de mil millares, y trescientos carros; y vino hasta Maresa.
Y éste es el número de ellos según las casas de sus padres: De Judá, los capitanes de millares; el general Adna, y con él trescientos mil hombres muy valientes;
Juntó luego Amasías a Judá, y con arreglo a las familias les puso jefes de millares y de centenas por todo Judá y Benjamín; y puso en lista a los de veinte años arriba, y fueron hallados en ellos trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.
Y bajo la mano de éstos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos y fuertes para ayudar al rey contra los enemigos.
También sus príncipes dieron con liberalidad al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes para hacer la pascua dos mil seiscientas ovejas, y trescientos bueyes.
Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
Los hijos de Besai, trescientos veintitrés.
Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
además de sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete: y tenían doscientos cantores y cantoras.
de los hijos de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones;
Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
Los hijos de Azgad, dos mil trescientos veintidós.
Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho.
Los hijos de Besai, trescientos veinticuatro.
Los hijos de Harim, trescientos veinte.
Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
La congregación toda junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Y los judíos que estaban en Susán, se juntaron también el catorce del mes de Adar, y mataron en Susán a trescientos hombres; mas en el despojo no metieron su mano.
Yo te he dado los años de su iniquidad por el número de los días, trescientos noventa días; así llevarás la iniquidad de la casa de Israel.
Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, maíz y centeno, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.
Bienaventurado el que espere, y llegue hasta mil trescientos treinta y cinco días.
Porque podía esto haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
¿Por qué no fue este ungüento vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?