'Tributo' en la Biblia
Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; y bajó su hombro para llevar, y sirvió en tributo.
Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra, que salieron a la batalla; uno de cada quinientos, así de las personas como de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas:
Y el tributo para Jehová de las ovejas, fue seiscientas setenta y cinco.
Y de los bueyes, treinta y seis mil: y de ellos el tributo para Jehová, setenta y dos.
Y de los asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para Jehová, sesenta y uno.
Y de las personas, dieciséis mil: y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas.
Y dio Moisés el tributo, por elevada ofrenda a Jehová, a Eleazar el sacerdote, como Jehová lo mandó a Moisés.
Pero cuando los hijos de Israel se hicieron fuertes, pusieron a tributo al cananeo, mas no lo echaron.
Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová guardó a David por dondequiera que él fue.
Y Ahisar era mayordomo; y Adoniram hijo de Abda era sobre el tributo.
a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron exterminar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.
Contra éste subió Salmanasar rey de Asiria; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.
Mas el rey de Asiria halló que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.
Y Faraón Necao le encarceló en Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra un tributo de cien talentos de plata, y uno de oro.
Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren establecidos, ellos no pagarán tributo, ni impuesto, ni rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado.
y que reyes fuertes hubo en Jerusalén, quienes señorearon en todas las provincias que están más allá del río; y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas.
Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar esta casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a aquellos varones, para que no cesen.
Y a vosotros os hacemos saber que a todos los sacerdotes y levitas, cantores, porteros, servidores del templo y ministros de la casa de Dios, ninguno pueda imponerles tributo, impuesto, o renta.
Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas.
Y el rey Asuero impuso tributo sobre la tierra y las costas del mar.
En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus exactores.
Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
Y viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que enseñas el camino de Dios en verdad: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
Y comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos hallado que Éste pervierte la nación; y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que Él mismo es Cristo; un Rey.
Pagad, pues, a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra.