'Vanidad' en la Biblia
Desecharon sus estatutos y el pacto que El había hecho con sus padres, y sus advertencias con las cuales los había amonestado. Y siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y {fueron} en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el SEÑOR les había ordenado que no hicieran como ellas.
Que no confíe en la vanidad, engañándose a sí mismo, pues vanidad será su recompensa.
Hijos de hombres, ¿hasta cuándo {cambiaréis mi} honra en deshonra? ¿{Hasta cuándo} amaréis la vanidad y buscaréis la mentira? (Selah)
Los hombres de baja condición sólo son vanidad, y los de alto rango son mentira; en la balanza suben, todos juntos {pesan menos} que un soplo.
El, pues, hizo terminar sus días en vanidad, y sus años en terror súbito.
Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos.
El que siembra iniquidad segará vanidad, y la vara de su furor perecerá.
Vanidad de vanidades, dice el Predicador, vanidad de vanidades, todo es vanidad.
He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he aquí, todo es vanidad y correr tras el viento.
Entonces me dije: Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete. Y he aquí, también esto era vanidad.
Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho y el trabajo en que me había empeñado, y he aquí, todo era vanidad y correr tras el viento, y sin provecho bajo el sol.
Entonces me dije: Como la suerte del necio, así también será la mía. ¿Para qué, pues, me aprovecha haber sido tan sabio? Y me dije: También esto es vanidad.
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.
¿Y quién sabe si será sabio o necio? Sin embargo, él tendrá dominio sobre todo el fruto de mi trabajo con que me afané obrando sabiamente bajo el sol. También esto es vanidad.
Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal.
Porque durante todos sus días su tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.
Porque a la persona que le agrada, El le ha dado sabiduría, conocimiento y gozo; mas al pecador le ha dado la tarea de recoger y amontonar para dárselo al que agrada a Dios. Esto también es vanidad y correr tras el viento.
Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento {de vida;} el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad.
Y he visto que todo trabajo y toda {obra} hábil que se hace, es {el resultado de} la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.
Entonces yo me volví y observé la vanidad bajo el sol:
Había un {hombre} solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, {y nunca se preguntó:} ¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa.
No tenía fin la multitud de todos los que lo seguían, {y ni} aun los que vendrán después estarán contentos con él; pues también esto es vanidad y correr tras el viento.
El que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no {se saciará de} ganancias. También esto es vanidad.
un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta. Esto es vanidad y penosa aflicción.
Mejor es lo que ven los ojos que lo que el alma desea. También esto es vanidad y correr tras el viento.
Cuando hay muchas palabras, aumenta la vanidad. ¿Cuál es {entonces} la ventaja para el hombre?
Porque como crepitar de espinos bajo la olla, así es la risa del necio. Y también esto es vanidad.
He visto todo durante mi vida de vanidad: hay justo que perece en su justicia, y hay impío que alarga {su vida} en su perversidad.
Y también he visto a los impíos ser sepultados, los que entraban y salían del lugar santo, y que fueron {pronto} olvidados en la ciudad en que así habían actuado. También esto es vanidad.
Hay una vanidad que se hace sobre la tierra: hay justos a quienes les sucede conforme a las obras de los impíos, y hay impíos a quienes les sucede conforme a las obras de los justos. Digo que también esto es vanidad.
Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de tu vida fugaz que El te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad, porque esta es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol.
Ciertamente, si un hombre vive muchos años, que en todos ellos se regocije, pero recuerde que los días de tinieblas serán muchos. Todo lo por venir es vanidad.
Por tanto, aparta de tu corazón la congoja y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, porque la mocedad y la primavera de la vida son vanidad.
Vanidad de vanidades, dice el Predicador, todo es vanidad.
Y yo dije: En vano he trabajado, en vanidad y en nada he gastado mis fuerzas; pero mi derecho está en el SEÑOR, y mi recompensa con mi Dios.
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; pues un leño del bosque es cortado, {lo} trabajan las manos de un artífice con la azuela;
Vanidad son, obra ridícula, en el tiempo de su castigo perecerán.
Entonces el SEÑOR me dijo: Mentira profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he dado órdenes, ni les he hablado; visión falsa, adivinación, vanidad y engaño de sus corazones ellos os profetizan.
¿Oh SEÑOR, fuerza mía y fortaleza mía, refugio mío en el día de angustia! A ti vendrán las naciones desde los términos de la tierra y dirán: Nuestros padres heredaron sólo mentira, vanidad y cosas sin provecho.
Vanidad son, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán.
Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente,
Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error.