'Aquel' en la Biblia
Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS."
Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: ``Raca" a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: ``Idiota", será reo del infierno de fuego.
Muchos me dirán en aquel día: ``Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"
Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede {hacer} perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
En aquel tiempo, hablando Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños.
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo {se lo} quiera revelar.
Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer.
Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.
A todo el que oye la palabra del reino y no {la} entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino.
Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo;
Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.
Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, {lo vuelve} a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
Por aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús,
Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron {a decirlo} por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían {algún} mal.
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento.
Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento.
En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos?
¿Ay del mundo por {sus} piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.
Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, {lo} ahogaba, diciendo: ``Paga lo que debes."
Y respondiendo {Jesús,} dijo: ¿No habéis leído que aquel que {los} creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA,
Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así.
Pero si aquel siervo {es} malo, {y} dice en su corazón: ``Mi señor tardará";
vendrá el señor de aquel siervo el día que no {lo} espera, y a una hora que no sabe,
El Hijo del Hombre se va, según está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido.
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme? Cada día solía sentarme en el templo para enseñar, y no me prendisteis.
Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los hijos de Israel;
y le dijeron: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: ``Después de tres días resucitaré."
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