'Casa' en la Biblia
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados,
Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y predicar a Jesús {como} el Cristo.
y lo rescató de todas sus aflicciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y {éste} lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios, y fue criado por tres meses en la casa de su padre.
Pero Dios se apartó {de ellos} y los entregó para que sirvieran al ejército del cielo, como está escrito en el libro de los profetas: ¿ACASO FUE A MI A QUIEN OFRECISTEIS VICTIMAS Y SACRIFICIOS EN EL DESIERTO POR CUARENTA AÑOS, CASA DE ISRAEL?
Pero fue Salomón quien le edificó una casa.
EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO DE MIS PIES; ¿QUE CASA ME EDIFICAREIS? --dice el Señor-- ¿O CUAL ES EL LUGAR DE MI REPOSO?
Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel.
Y el Señor le {dijo:} Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo, porque, he aquí, está orando,
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo {judío} y oraba a Dios continuamente.
Este se hospeda con un curtidor {llamado} Simón, cuya casa está junto al mar.
Mientras Pedro estaba perplejo {pensando} en lo que significaría la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, después de haber preguntado por la casa de Simón, aparecieron a la puerta;
Y ellos dijeron: A Cornelio el centurión, un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíos, {le} fue ordenado por un santo ángel que te hiciera venir a su casa para oír tus palabras.
Y Cornelio dijo: A esta misma hora, hace cuatro días, estaba yo orando en mi casa a la hora novena; y he aquí, un hombre con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí,
``Envía, pues, a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón {el} curtidor, junto al mar."
diciendo: Tú entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos.
Y he aquí, en aquel momento se aparecieron tres hombres delante de la casa donde estábamos, los cuales habían sido enviados a mí desde Cesarea.
Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Estos seis hermanos fueron también conmigo y entramos en la casa de {aquel} hombre,
y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo: ``Envía a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro,
quien te dirá palabras por las cuales serás salvo, tú y toda tu casa."
Al darse cuenta {de esto,} fue a la casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchos estaban reunidos y oraban.
Cuando ella y su familia se bautizaron, {nos} rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos {en ella.} Y nos persuadió {a ir.}
Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y {toda} tu casa.
Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Cuando salieron de la cárcel, fueron a {casa de} Lidia, y al ver a los hermanos, los consolaron y partieron.
Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
Y partiendo de allí, se fue a la casa de un {hombre} llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba junto a la sinagoga.
Y Crispo, el oficial de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa, y muchos de los corintios, al oír, creían y eran bautizados.
Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, y los dominó y pudo más que ellos, de manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
cómo no rehuí declarar a vosotros nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa,
Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, nos quedamos con él.