39 Versículo de la Biblia sobre la evangelización
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Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Y de esta manera me esforcé á predicar el evangelio, no donde antes Cristo fuese nombrado, por no edificar sobre ajeno fundamento:
Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo.
Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo mismo que fuí también solícito en hacer.
RESTA, hermanos, que oréis por nosotros, que la palabra del Señor corra y sea glorificada así como entre vosotros:
Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo á los que moran en la tierra, y á toda nación y tribu y lengua y pueblo,
Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura.
Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;
Para ser ministro de Jesucristo á los Gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.
El Señor daba palabra: De las evangelizantes había grande ejército.
Pues bien que anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme porque me es impuesta necesidad; y ay de mí si no anunciare el evangelio!
Y ACONTECIO un día, que enseñando él al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegáronse los príncipes de los sacerdotes y los escribas, con los ancianos;
Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado.
Sino, como esta escrito: A los que no fué anunciado de él, verán: Y los que no oyeron, entenderán.
Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.
Antes anuncié primeramente á los que están en Damasco, y Jerusalem, y por toda la tierra de Judea, y á los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen á Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
CUANDO fueres á la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oir que para dar el sacrificio de los necios: porque no saben que hacen mal.
Porque con gran vehemencia convencía públicamente á los Judíos, mostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los Gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dame licencia para que vaya primero, y entierre á mi padre.
Además el provecho de la tierra es para todos: el rey mismo está sujeto á los campos.
Y el mismo Jesús comenzaba á ser como de treinta años, hijo de José, como se creía; que fué hijo de Elí,
Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y soy enviado á hablarte, y á darte estas buenas nuevas.
Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones Israelitas, y los que teméis á Dios, oid:
Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.
Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
Porque á la verdad David, habiendo servido en su edad á la voluntad de Dios, durmió, y fué juntado con sus padres, y vió corrupción.
Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
Y volvían, y tentaban á Dios, Y ponían límite al Santo de Israel.
Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sión, al cual amó.
Por Silvano, el hermano fiel, según yo pienso, os he escrito brevemente, amonestándo os, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
No te des priesa con tu boca, ni tu corazón se apresure á proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus palabras.
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2 Timoteo 4:5Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.