'Casa' en la Biblia
Y así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, enojaba así a la otra; por lo cual ella lloraba, y no comía.
Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y se volvieron, y vinieron a su casa en Ramá. Y Elcana conoció a Ana su esposa, y Jehová se acordó de ella.
Y después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, y un efa de harina, y un odre de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.
Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.
Y Elí bendijo a Elcana y a su esposa, diciendo: Jehová te dé simiente de esta mujer en lugar de este préstamo que es hecho a Jehová. Y se volvieron a su casa.
Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así dice Jehová: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?
Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y trajese efod delante de mí; y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel.
Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora dice Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.
He aquí vienen días, en que cortaré tu brazo, y el brazo de la casa de tu padre, que no haya viejo en tu casa.
Y verás a un enemigo en mi habitación, en todas las riquezas que Dios dará a Israel; y nunca habrá anciano en tu casa.
Y el varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor; y toda la cría de tu casa morirá en la edad viril.
Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todo los días.
Y será que el que hubiere quedado en tu casa, vendrá a postrarse ante él por una moneda de plata y un bocado de pan, diciéndole: Te ruego que me pongas en algún ministerio, para que coma un bocado de pan.
Aquel día yo cumpliré contra Elí, todas las cosas que he dicho sobre su casa. Cuando comience, también terminaré.
Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos se han envilecido, y él no los ha estorbado.
Por tanto yo he jurado a la casa de Elí, que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.
Y Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y abrió las puertas de la casa de Jehová. Y Samuel temía descubrir la visión a Elí.
Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa.
Y aquellos hombres lo hicieron así; pues tomando dos vacas que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros.
Y vinieron los de Quiriat-jearim, y llevaron el arca de Jehová, y la metieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar su hijo, para que guardase el arca de Jehová.
Y aconteció que desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.
Y habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a Él servid, y Él os librará de mano de los filisteos.
Después regresaba a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí altar a Jehová.
Y llegando Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente.
Y de las asnas que se te perdieron hoy hace tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿para quién es todo el deseo de Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre?
Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová. Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa.
Y Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él unos hombres valerosos, cuyo corazón Dios había tocado.
Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl.
Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto a aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.
Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre.
Otro día aconteció que el espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y profetizaba en medio de su casa. Y David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl una lanza en su mano.
Y el espíritu malo de parte de Jehová vino sobre Saúl; y estando sentado en su casa tenía una lanza en la mano, mientras David tocaba con su mano.
Saúl envió luego mensajeros a casa de David para que lo guardasen, y lo matasen a la mañana. Mas Mical su esposa lo descubrió a David, diciendo: Si no salvas tu vida esta noche, mañana serás muerto.
y no quitarás tu misericordia de mi casa, para siempre; ni cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra.
Así hizo Jonatán un pacto con la casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David.
¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste a mi casa?
Y yéndose David de allí, se escapó a la cueva de Adulam. Y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo oyeron, vinieron allí a él.
Y el rey envió por el sacerdote Ahimelec hijo de Ahitob, y por toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob; y todos vinieron al rey.
Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno además del rey, y que va por mandato tuyo, y es ilustre en tu casa?
¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no impute el rey cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este asunto, grande ni chica.
Y el rey dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.
Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el idumeo de seguro se lo haría saber a Saúl. Yo he ocasionado la muerte de todas las personas de la casa de tu padre.
Y ambos hicieron pacto delante de Jehová: y David se quedó en el bosque, y Jonatán se volvió a su casa.
júrame, pues, ahora por Jehová, que no cortarás mi simiente después de mí, ni raerás mi nombre de la casa de mi padre.
Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres se subieron a la fortaleza.
Y murió Samuel, y se reunió todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David, y se fue al desierto de Parán.
Ahora, pues, entiende y mira lo que has de hacer, porque el mal está del todo resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es tan hijo de Belial, que no hay quien pueda hablarle.
Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa firme a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.
Y Abigail regresó a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba alegre en él, y estaba muy borracho; por lo que ella no le declaró poco ni mucho, hasta que vino el día siguiente.
Y aquella mujer tenía en su casa un ternero grueso, el cual mató luego; y tomó harina y la amasó, y coció de ella panes sin levadura.