'David' en la Biblia
- 1.Rut 4:17-1 Samuel 20:39
- 2.1 Samuel 20:41-1 Samuel 27:9
- 3.1 Samuel 27:10-2 Samuel 6:8
- 4.2 Samuel 6:9-2 Samuel 16:11
- 5.2 Samuel 16:13-1 Reyes 8:24
- 6.1 Reyes 8:25-1 Crónicas 14:3
- 7.1 Crónicas 14:8-1 Crónicas 28:1
- 8.1 Crónicas 28:2-Salmos 13:1
- 9.Salmos 14:1-Jeremías 33:17
- 10.Jeremías 33:21-Apocalipsis 22:16
Cuando el muchacho se fue, David se levantó del lado del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Y se besaron el uno al otro y lloraron juntos, pero David {lloró} más.
Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado el uno al otro en el nombre del SEÑOR, diciendo: ``El SEÑOR esté entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre." {David} se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.
Entonces llegó David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y Ahimelec vino tembloroso al encuentro de David, y le dijo: ¿Por qué estás solo y {no hay} nadie contigo?
Y David respondió al sacerdote Ahimelec: El rey me ha encomendado cierto asunto y me ha dicho: ``Que no sepa nadie acerca del asunto por el cual te envío y que te he encomendado; y yo he citado a los jóvenes a cierto lugar."
Respondió el sacerdote a David, y dijo: No hay pan común a mano, pero hay pan consagrado; siempre que los jóvenes se hayan abstenido de mujer.
Y David respondió al sacerdote, y le dijo: Ciertamente las mujeres nos han sido vedadas; como anteriormente, cuando he salido {en campaña,} los cuerpos de los jóvenes se han mantenido puros, aunque haya sido un viaje profano; ¿cuánto más puros estarán sus cuerpos hoy?
Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Pues no traje ni espada ni armas conmigo, porque el asunto del rey era urgente.
Entonces el sacerdote dijo: He aquí, la espada de Goliat el filisteo, a quien mataste en el valle de Ela, está envuelta en un paño detrás del efod; si {quieres} llevártela, tóma{la,} porque aquí no hay otra sino ésa. Y David dijo: Como ésa no hay otra; dámela.
David se levantó y huyó aquel día de Saúl, y fue a {donde estaba} Aquis, rey de Gat.
Pero los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No cantaban de él en las danzas, diciendo: ``Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles"?
David tomó en serio estas palabras y temió grandemente a Aquis, rey de Gat.
David se fue de allí y se refugió en la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre {lo} supieron, descendieron a él allá.
De allí fue David a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Permite que mi padre y mi madre vengan {y se queden} con vosotros hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí.
Los dejó, pues, con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio.
Y el profeta Gad dijo a David: No te quedes en el refugio; vete y entra en la tierra de Judá. Y David se fue y entró en el bosque de Haret.
Entonces oyó Saúl que David y los hombres que {estaban} con él habían sido descubiertos. Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo un tamarisco, en el alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban de pie alrededor de él.
Respondió Ahimelec al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y se le honra en tu casa?
Y el rey dijo a los guardias que le asistían: Volveos y dad muerte a los sacerdotes del SEÑOR, porque la mano de ellos también está con David, y porque sabían que él estaba huyendo y no me lo revelaron. Pero los siervos del rey no quisieron levantar la mano para atacar a los sacerdotes del SEÑOR.
Pero un hijo de Ahimelec, hijo de Ahitob, llamado Abiatar, escapó y huyó tras David.
Y Abiatar avisó a David que Saúl había matado a los sacerdotes del SEÑOR.
Entonces David dijo a Abiatar: Yo sabía aquel día, cuando Doeg edomita {estaba} allí, que de seguro se {lo} haría saber a Saúl. He causado {la muerte} de todas las personas en la casa de tu padre.
Y dieron aviso a David, diciendo: He aquí, los filisteos están atacando a Keila, y están saqueando las eras.
Entonces consultó David al SEÑOR, diciendo: ¿Debo ir a atacar a estos filisteos? Y el SEÑOR dijo a David: Ve, ataca a los filisteos y libra a Keila.
Pero los hombres de David le dijeron: He aquí, estamos con temor aquí en Judá. ¿Cuánto más si vamos a Keila contra las filas de los filisteos?
De nuevo David consultó al SEÑOR; y el SEÑOR le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues entregaré a los filisteos en tu mano.
Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los filisteos; y él se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad. Así libró David a los habitantes de Keila.
Y sucedió que cuando Abiatar, hijo de Ahimelec, huyó a {donde estaba} David en Keila, descendió {con} un efod en la mano.
Cuando se avisó a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado entrando en una ciudad con doble puerta y barras.
Y convocó Saúl a todo el pueblo a la guerra, para descender a Keila a fin de cercar a David y sus hombres.
Y David supo que Saúl tramaba el mal contra él; así que le dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod.
Entonces David dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, tu siervo ciertamente ha oído que Saúl procura venir a Keila para destruir la ciudad por causa mía.
Entonces David dijo: ¿Me entregarán los hombres de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y el SEÑOR dijo: {Os} entregarán.
Se levantó, pues, David con sus hombres, como seiscientos, y salieron de Keila y anduvieron de un lugar a otro. Cuando a Saúl le informaron que David se había escapado de Keila, cesó de perseguirlo.
David se quedó en el desierto en los refugios, y permaneció en la región montañosa en el desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano.
Y se dio cuenta David que Saúl había salido para quitarle la vida; y David {se encontraba} en el desierto de Zif, en Hores.
Y Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue a {donde estaba} David en Hores, y le fortaleció en Dios.
Hicieron los dos un pacto delante del SEÑOR; y David permaneció en Hores mientras Jonatán se fue a su casa.
Entonces subieron los de Zif a Saúl en Guibeá diciendo: ¿No está David escondido entre nosotros en los refugios en Hores, en la colina de Haquila que está al sur de Jesimón?
Ellos se levantaron y fueron a Zif delante de Saúl. Y David y sus hombres {estaban} en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.
Saúl fue con sus hombres a buscar{lo,} pero le avisaron a David, y {éste} bajó a la peña y permaneció en el desierto de Maón. Cuando Saúl {lo} supo, persiguió a David en el desierto de Maón.
Saúl iba por un lado del monte y David y sus hombres por el otro lado del monte; y David se apresuraba para huir de Saúl, pues Saúl y sus hombres estaban rodeando a David y a sus hombres para apresarlos.
Regresó entonces Saúl, {dejando} de perseguir a David, y fue al encuentro de los filisteos; por eso llamaron a aquel lugar la Peña de Escape.
Y subió David de allí, y permaneció en los refugios de En-gadi.
Y aconteció que cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí, David está en el desierto de En-gadi.
Entonces Saúl tomó de todo Israel tres mil hombres escogidos, y fue en busca de David y de sus hombres por los peñascos de las cabras monteses.
Llegó a unos rediles de ovejas en el camino, donde {había} una cueva, y Saúl entró {en ella} para hacer sus necesidades. Y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
Y los hombres de David le dijeron: Mira, {este es} el día del que te habló el SEÑOR: ``He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca." Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl.
Aconteció después de esto que la conciencia de David le remordía, porque había cortado la orilla {del manto} de Saúl.
David contuvo a sus hombres con {estas} palabras y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl se levantó, {salió} de la cueva, y siguió {su} camino.
Después {de esto} David se levantó, salió de la cueva y dio voces tras Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra y se postró.
Y dijo David a Saúl: ¿Por qué escuchas las palabras de los hombres, que dicen: ``Mira que David procura tu mal"?
Y sucedió que cuando David acabó de decir a Saúl estas palabras, Saúl dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Entonces Saúl alzó su voz y lloró.
Y dijo a David: Eres más justo que yo, porque tú me has tratado bien mientras que yo te he tratado con maldad.
Y David se {lo} juró a Saúl. Y Saúl se fue a su casa, pero David y sus hombres subieron al refugio.
Murió Samuel, y se reunió todo Israel y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Después David se levantó y descendió al desierto de Parán.
Y oyó David en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas.
Entonces David envió diez jóvenes, y les dijo: Subid a Carmel, visitad a Nabal y saludadle en mi nombre;
``Pregunta a tus mozos, y ellos te {lo} dirán. Por tanto, permite que {mis} mozos hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David."
Cuando llegaron los jóvenes de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David; entonces esperaron.
Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: ¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor.
Entonces los jóvenes de David se volvieron por su camino, y regresaron; y llegaron y le comunicaron todas estas palabras.
Y David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y cada hombre se ciñó su espada. David también se ciñó su espada, y unos cuatrocientos hombres subieron tras David, mientras que doscientos se quedaron con el bagaje.
Mas uno de los mozos avisó a Abigail, mujer de Nabal, diciendo: He aquí, David envió mensajeros desde el desierto a saludar a nuestro señor, y él los desdeñó.
Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos.
Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este {hombre} tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien.
Así haga Dios a los enemigos de David, y aun más, si al {llegar} la mañana he dejado {tan sólo} un varón de los suyos.
Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra.
Entonces David dijo a Abigail: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarme,
Recibió David de su mano lo que ella había traído y le dijo: Sube en paz a tu casa. Mira, te he escuchado y te he concedido tu petición.
Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea el SEÑOR, que ha defendido la causa de mi afrenta de manos de Nabal, y ha preservado a su siervo del mal. El SEÑOR también ha devuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Entonces David envió a hablar con Abigail, para tomarla para sí por mujer.
Y los siervos de David fueron a {casa de} Abigail en Carmel, y le hablaron diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte para sí por mujer.
Abigail se levantó apresuradamente, montó en un asno, y con sus cinco doncellas que la atendían siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.
David había tomado también a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron mujeres suyas.
Pues Saúl había dado a su hija Mical, mujer de David, a Palti, hijo de Lais, que {era} de Galim.
Entonces vinieron los zifeos a Saúl en Guibeá, diciendo: ¿No está David escondido en la colina de Haquila, {que está} frente a Jesimón?
Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, teniendo consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
Y acampó Saúl en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón, junto al camino, y David permanecía en el desierto. Cuando vio que Saúl venía tras él al desierto,
David envió espías, y supo que Saúl en verdad se acercaba.
Se levantó David y vino al lugar donde Saúl había acampado. Y vio David el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, el comandante de su ejército; Saúl dormía en medio del campamento y el pueblo estaba acampado alrededor de él.
Entonces habló David a Ahimelec hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a {donde está} Saúl en el campamento? Y Abisai dijo: Yo descenderé contigo.
Y David y Abisai llegaron de noche al campamento, y he aquí, Saúl estaba durmiendo en medio del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y la gente estaban acostados alrededor de él.
Entonces Abisai dijo a David: Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano; ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez.
Pero David dijo a Abisai: No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar impune?
Dijo también David: Vive el SEÑOR, que ciertamente el SEÑOR lo herirá, o llegará el día en que muera, o descenderá a la batalla y perecerá.
Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de {junto a} la cabecera de Saúl, y se fueron; pero nadie {lo} vio ni {lo} supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del SEÑOR había caído sobre ellos.
David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a {cierta} distancia, {con} un gran espacio entre ellos.
Y David dio voces al pueblo y a Abner, hijo de Ner, diciendo: ¿No responderás, Abner? Entonces respondió Abner y dijo: ¿Quién eres tú que llamas al rey?
Y David dijo a Abner: ¿No eres tú un hombre? ¿Quién es como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido a tu señor el rey? Porque uno del pueblo vino para matar a tu señor el rey.
Entonces Saúl reconoció la voz de David y dijo: ¿Es ésta tu voz, David, hijo mío? Y David respondió: Mi voz es, mi señor el rey.
Y Saúl dijo: He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque no volveré a hacerte daño pues mi vida fue muy estimada en tus ojos hoy. He aquí, he actuado neciamente y he cometido un grave error.
Respondió David, y dijo: He aquí la lanza del rey. Que pase acá uno de los jóvenes y la recoja.
Y Saúl dijo a David: Bendito seas, David, hijo mío; ciertamente harás {grandes cosas} y prevalecerás. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.
Entonces David se dijo: Ahora bien, voy a perecer algún día por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir a la tierra de los filisteos. Saúl se cansará, {y no} me buscará más en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano.
Se levantó, pues, David y se pasó con los seiscientos hombres que {estaban} con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat.
Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada cual con los de su casa; David con sus dos mujeres Ahinoam jezreelita, y Abigail la de Carmel, viuda de Nabal.
Y le dieron la noticia a Saúl que David había huido a Gat, y no lo buscó más.
Y David dijo a Aquis: Si he hallado ahora gracia ante tus ojos, que me den un lugar en una de las aldeas en el campo para que habite allí; pues, ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real?
El número de los días que David habitó en el territorio de los filisteos fue un año y cuatro meses.
Y subieron David y sus hombres e hicieron incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde tiempos antiguos, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto.
David atacaba el territorio, y no dejaba con vida hombre ni mujer, y se llevaba las ovejas, el ganado, los asnos, los camellos y la ropa. Entonces regresaba y venía a Aquis.
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