'Dejó' en la Biblia
Pero Jesús respondió, y le dijo: Deja ahora; porque nos es preciso cumplir así toda justicia. Entonces le dejó.
Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían.
Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su esposa a su hermano;
Entonces vino Él, y tomándola de la mano la levantó; y al instante le dejó la fiebre, y ella les servía.
Y la tomó el segundo, y murió, y tampoco él dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera.
Porque el Hijo del Hombre es como el hombre que partió lejos, el cual dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Y acercándose a ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó; y al instante ella se levantó y les servía.
Y había allí un hato de muchos puercos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y los dejó.
Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la muchacha.
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
Entonces les preguntó a qué hora había comenzado a mejorar. Y le dijeron: Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.
La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre.
El cual en las edades pasadas dejó a todas las gentes andar en sus propios caminos;
si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.
Y llegó a Éfeso, y los dejó allí. Mas él entrando en la sinagoga disputaba con los judíos,
Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.
Mas también si te casas, no pecaste; y si la virgen se casa, no pecó; pero aflicción de carne tendrán los tales; pero yo os dejo.
Por lo cual si quisiera gloriarme, no sería insensato; porque diría verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.
Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a Él; mas aún no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
Por fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.