'Del' en la Biblia
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
llenos del fruto de justicia que {es} por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.
Y quiero que sepáis, hermanos, que las circunstancias {en que me he visto,} han redundado en el mayor progreso del evangelio,
éstos {lo hacen} por amor, sabiendo que he sido designado para la defensa del evangelio;
Porque sé que esto resultará en mi liberación mediante vuestras oraciones y la suministración del Espíritu de Jesucristo,
Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros estáis firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio;
Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión,
haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
Pues a nadie {más} tengo del mismo sentir mío {y} que esté sinceramente interesado en vuestro bienestar.
Pero vosotros conocéis sus probados méritos, que sirvió conmigo en la propagación del evangelio como un hijo {sirve} a su padre.
circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
prosigo hacia la meta para {obtener} el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.
En verdad, fiel compañero, también te ruego que ayudes a estas {mujeres} que han compartido mis luchas en {la causa} del evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Y vosotros mismos también sabéis, filipenses, que al comienzo {de la predicación} del evangelio, después que partí de Macedonia, ninguna iglesia compartió conmigo en cuestión de dar y recibir, sino vosotros solos;
Todos los santos os saludan, especialmente los de la casa del César.
La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.