'Donde' en la Biblia
Y entrados, subieron al aposento alto, donde estaban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelote, y Judas hermano de Jacobo.
y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento vehemente que venía con ímpetu, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
A esta palabra Moisés huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.
donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió.
Ananías entonces fue, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Pedro entonces levantándose, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron al cenadero, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas les hacía cuando estaba con ellas.
Y he aquí, luego sobrevinieron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí de Cesarea.
Y considerando esto, llegó a casa de María, la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban juntos orando.
y de allí navegaron a Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían acabado.
Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado.
Y un día de los sábados salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían juntado.
Y pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde estaba la sinagoga de los judíos.
Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y vinimos a ellos a Troas en cinco días, donde estuvimos siete días.
Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban juntos.
Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde conviene que sea juzgado. A los judíos no he hecho injuria alguna, como tú sabes muy bien.
donde habiendo hallado los hermanos, nos rogaron que nos quedáramos con ellos siete días; y luego vinimos a Roma,
de donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron a recibir hasta la plaza de Apio, y Las Tres Tabernas, a los cuales como Pablo vio, dio gracias a Dios, y tomó aliento.