'Donde' en la Biblia
No hay habla, ni lenguaje, donde su voz no sea oída.
Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar donde tu gloria habita.
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
como con una espada en mis huesos? Mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
«Salmo de Asaf» El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que acampó contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
«Salmo de David, estando en el desierto de Judá» Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde agua no hay;
Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo sentar pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, la vara de tu heredad, la cual redimiste; este monte de Sión, donde has habitado.
Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, la venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.
Por testimonio en José lo ha constituido, cuando salió por la tierra de Egipto; donde oí lenguaje que no entendía.
Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, en tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, que juraste a David por tu verdad?
donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras.
Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde morar.
Y hace que allí habiten los hambrientos, para que dispongan ciudad donde morar;
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová.
¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?
«Cántico gradual» Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿O a dónde huiré de tu presencia?
Caigan sobre ellos carbones encendidos; sean arrojados en el fuego, en abismos profundos de donde no puedan salir.