'Era' en la Biblia
Y estuvo allí en el desierto cuarenta días (y cuarenta noches) y era tentado de Satanás; y estaba con las bestias fieras; y los ángeles le servían.
Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era traído por cuatro.
Los que apacentaban los puercos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido.
Luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que era sana de aquel azote.
Y luego la muchacha se levantó, y andaba; porque era de doce años. Y se espantaron de grande espanto.
Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre era hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.
Cuando ya era el día muy entrado, sus discípulos llegaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y el día ya muy entrado;
Y los vio fatigados remando, porque el viento les era contrario; y cerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar, y quería precederlos.
Y viéndole ellos, que andaba sobre el mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces;
Y la mujer era griega, sirofenicia de nación; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio.
Y acercándose los fariseos, le preguntaron, si era lícito al marido repudiar a su mujer, tentándolo.
Y oyendo que era Jesús el Nazareno, comenzó a dar voces y decir: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.
El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme.
Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.
Y dos días después era la Pascua y los días de los panes sin levadura; y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas cómo le prenderían por engaño, y le matarían.
Y luego, aún hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.
Y era la hora de las tres cuando le colgaron del madero.
Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDIOS.
Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
Y cuando fue la tarde, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado,
Y María Magdalena, y María madre de José, miraban dónde era puesto.
Cuando miraron, ven la piedra removida; que era muy grande.