'Gran' en la Biblia
Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y abundante gracia había sobre todos ellos.
Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y expiró. Y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron.
Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.
Y crecía la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; y una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe.
Y arrodillándose, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Y Saulo consentía en su muerte. Y en aquel tiempo fue hecha una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
Y unos varones piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran lamentación por él.
A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Éste es el gran poder de Dios.
Entonces él se levantó, y fue. Y he aquí un etíope, eunuco, hombre de gran autoridad bajo Candace reina de los etíopes, el cual estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
y le vino una gran hambre, y quiso comer; pero mientras ellos preparaban, le sobrevino un éxtasis;
y vio el cielo abierto, y un vaso que descendía hacia él, como un gran lienzo atado de los cuatro cabos, y era bajado a la tierra;
Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión; un vaso, como un gran lienzo, que descendía, que por los cuatro cabos era bajado del cielo, y venía hasta mí.
Y la mano del Señor estaba con ellos; y gran número creyó y se convirtió al Señor.
Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que había de haber una gran hambre en toda la tierra; lo cual sucedió en tiempo de Claudio César.
Y aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud así de judíos, como de griegos.
dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.
Ellos, pues, siendo encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.
Y repentinamente hubo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún daño, pues todos estamos aquí.
Y algunos de ellos creyeron y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran multitud, y mujeres nobles no pocas.
Porque con gran vehemencia convencía públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos deshaga, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea despreciado, y venga a ser destruida su majestad, la cual adora toda Asia y el mundo.
Entonces el escribano, cuando hubo apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios ¿qué hombre hay que no sepa que la ciudad de los efesios es adoradora de la gran diosa Diana, y de la imagen caída de Júpiter?
Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose sobre el cuello de Pablo, le besaban,
Y cuando él se lo permitió, Pablo estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo, y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:
Y aconteció que cuando hacía mi jornada, y llegaba cerca de Damasco, como a mediodía, repentinamente resplandeció del cielo una gran luz que me rodeó;
Y se levantó un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no peleemos contra Dios.
Y como hubo gran disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, ordenó a los soldados que bajaran y lo arrebataran de en medio de ellos y lo llevaran a la fortaleza.
Y cuando éste fue llamado, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Debido a ti gozamos de gran quietud, y muchas cosas son bien gobernadas en la nación por tu providencia;
Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos,
Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.
Y habiendo dicho esto, los judíos salieron, teniendo gran discusión entre sí.