'Ha' en la Biblia
Y Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros ha estado, quien vosotros no conocéis;
éste es el que ha de venir tras mí, el cual es antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato.
Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
El que recibe su testimonio, éste ha puesto su sello que Dios es Verdadero.
Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre.
Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se ha de ir éste que no le hallemos? ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los griegos, y a enseñar a los griegos?
Otros decían: Este es el Cristo. Algunos sin embargo decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?
Los servidores respondieron: Nunca ha hablado nadie así como este hombre.
¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los fariseos?
¿Nuestra ley juzga por ventura a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho?
le dicen: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando;
Y enderezándose Jesús, y no viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: ¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
Decían entonces los judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?
Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre.
Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. El, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira .
Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
¿Por qué no se ha vendido este ungüento por trescientos denarios, y se dio a los pobres?
Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto;
Entonces Jesús les respondió, diciendo: La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser clarificado.
Y el pueblo que estaba presente, y la había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: un ángel le ha hablado.
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.
Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.
Jesús le dice: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto (también) al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, las han visto, y me aborrecen a mí y a mi Padre.
Antes, porque os he hablado estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque es venida su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la apretura, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo que beber?
Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Volviéndose Pedro, ve a aquel discípulo al cual amaba Jesús, que les seguía, el que también se había recostado a su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?