'Hay' en la Biblia
Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay esperanza, no; porque amo a los extraños y tras ellos he de ir.
Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si podéis hallar algún hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo la perdonaré.
y los profetas serán como el viento, y no hay en ellos palabra; así se hará a ellos.
Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
Por tanto oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que hay entre ellos.
No salgas al campo, ni andes por el camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes.
Escuché y oí; pero no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.
Y curaron el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides, contra las cuales no hay encantamiento; y os morderán, dice Jehová.
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo?
¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, que no hay quien pase?
Habla: Así dice Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.
No hay nadie como tú, oh Jehová; grande eres tú, y grande es tu nombre en fortaleza.
¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti corresponde; porque entre todos los sabios de las naciones, y en todos sus reinos, no hay nadie como tú.
Todo hombre se embrutece en su entendimiento; avergüéncese de su ídolo todo fundidor; porque mentira es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.
Mi tienda es destruida, y todas mis cuerdas están rotas; mis hijos se han ido de mí, y perecieron. No hay ya quien levante mi tienda, ni quien ponga mis cortinas.
¿Hay entre las vanidades de las naciones quien haga llover? ¿Y darán los cielos lluvias? ¿No eres tú, oh Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos; pues tú hiciste todas estas cosas.
Oh Jehová, fortaleza mía, y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción; a ti vendrán gentes desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; mas de él será librado.
No hay quien defienda tu causa para que seas sanado; no hay para ti medicina eficaz.
Esperanza también hay para tu fin, dice Jehová, y los hijos volverán a su término.
¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, y no hay nada que sea difícil para ti;
el rey Sedequías envió, y le sacó; y le preguntó el rey escondidamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.
Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho al profeta Jeremías, al cual echaron en la mazmorra; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad.
Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá: y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas, y ni hay en ellas morador;
Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto: por demás multiplicarás medicinas; no hay cura para ti.
De Edom. Así dice Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Ha perecido el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?
Estruendo de guerra hay en la tierra, y de destrucción grande.