'La' en la Biblia
Si tú no lo sabes, ¿oh la más hermosa de las mujeres!, sal tras las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
Mientras el rey estaba a la mesa, mi perfume esparció su fragancia.
Bolsita de mirra es mi amado para mí, que reposa toda la noche entre mis pechos.
Yo soy la rosa de Sarón, el lirio de los valles.
El me ha traído a la sala del banquete, y su estandarte sobre mí es el amor.
``Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia {y} se ha ido.
``Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra.
``La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido {su} fragancia. Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo."
Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de la senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante.
Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, vuelve, amado mío, y sé semejante a una gacela o a un cervatillo sobre los montes de Beter.
``Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma." Lo busqué, mas no lo hallé.
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, {y les dije:} `` ¿Habéis visto al que ama mi alma?"
Apenas los había pasado cuando hallé al que ama mi alma; lo agarré y no quise soltarlo, hasta que lo introduje en la casa de mi madre y en la alcoba de la que me concibió.
He aquí, es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los valientes de Israel.
Todos ellos manejan la espada, son diestros en la guerra, cada uno tiene la espada a su lado, contra los peligros de la noche.
Salid, hijas de Sion, y contemplad al rey Salomón con la corona con la cual su madre lo coronó el día de sus bodas, el día de la alegría de su corazón.
Tu cuello, como la torre de David edificada con hileras de piedras; miles de escudos cuelgan de ella, todos escudos de los valientes.
Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra y al collado del incienso.
{Ven} conmigo desde el Líbano, esposa {mía}, ven conmigo desde el Líbano. Baja desde la cumbre del Amaná, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de leones, desde los montes de leopardos.
¿Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa {mía!} ¿Cuánto mejores tus amores que el vino, y la fragancia de tus ungüentos que todos los bálsamos!
Miel virgen destilan tus labios, esposa {mía,} miel y leche hay debajo de tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano.
Yo dormía, pero mi corazón velaba, ¿Una voz! ¡Mi amado toca {a la puerta!} ``Abreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía, pues mi cabeza está empapada de rocío, mis cabellos {empapados} de la humedad de la noche."
Me he quitado la ropa, ¿cómo he de vestirme {de nuevo}? He lavado mis pies, ¿cómo los volveré a ensuciar?
Mi amado metió su mano por la abertura {de la puerta,} y se estremecieron por él mis entrañas.
Yo me levanté para abrir a mi amado; y mis manos destilaron mirra, y mis dedos mirra líquida, sobre los pestillos de la cerradura.
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, me golpearon {y} me hirieron; me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas.
¿Qué clase de amado es tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Qué clase de amado es tu amado, que así nos conjuras?
¿Adónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Adónde se ha dirigido tu amado, para que lo busquemos contigo?
{pero} sin igual es mi paloma, mi perfecta, es la {hija} única de su madre, la preferida de la que la dio a luz. Las doncellas la vieron y la llamaron bienaventurada, {también} las reinas y las concubinas, y la alabaron, {diciendo:}
`` ¿Quién es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna llena, refulgente como el sol, imponente como {escuadrones} abanderados?"
Descendí al huerto de los nogales para ver el verdor del valle, para ver si la vid había retoñado, si los granados habían florecido.
Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te contemplemos. ¿Por qué habéis de contemplar a la Sulamita, como en la danza de los dos coros?
Tu cuello, como torre de marfil, tus ojos, {como} los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; tu nariz, {como} la torre del Líbano que mira hacia Damasco.
Tu cabeza te corona como el Carmelo, y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura; {el} rey está preso en {tus} trenzas.
Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos, a {sus} racimos.
Yo dije: ``Subiré a la palmera, asiré sus frutos. ¿Sean tus pechos como racimos de la vid, el perfume de tu aliento como manzanas,
Ven, amado mío, salgamos al campo, pasemos la noche en las aldeas.
Levantémonos temprano {y vayamos} a las viñas; veamos si la vid ha brotado, {si} se han abierto {sus} flores, {y si} han florecido los granados. Allí te entregaré mi amor.
Te llevaría {y} te introduciría en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del zumo de mis granadas.
Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus destellos, destellos de fuego, la llama {misma} del SEÑOR.
Si ella es una muralla, edificaremos sobre ella un baluarte de plata; pero si es una puerta, la reforzaremos con tablas de cedro.
Yo soy una muralla, y mis pechos como torres, entonces fui a sus ojos como quien halla la paz.
Salomón tenía una viña en Baal-hamón, confió la viña a los guardas; cada uno debía traer por su fruto mil {siclos} de plata.
Oh tú, que moras en los huertos, {mis} compañeros están atentos a tu voz; déjame que la oiga.