'La' en la Biblia
Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en la llanura frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Haserot y Dizahab.
Volveos, e id al monte del amorreo, y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, en los valles, en el sur, en la costa del mar, en la tierra del cananeo y el Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.
Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su simiente después de ellos.
Mira, Jehová tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube y poséela, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.
Y os acercasteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.
Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.
Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.
y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y destruirnos.
Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo:
Ciertamente ninguno de los hombres de esta mala generación, verá la buena tierra que juré daría a vuestros padres,
excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que ha pisado, y a sus hijos; porque él ha seguido fielmente a Jehová.
Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá: anímale; porque él la hará heredar a Israel.
Y vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis serían por presa, y vuestros hijos que en aquel tiempo no sabían entre el bien y mal, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la poseerán.
No os metáis con ellos; que no os daré de su tierra ni aun el ancho de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos; Él conoce tu caminar por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo; nada te ha faltado.
Y pasamos de nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y volvimos, y pasamos camino del desierto de Moab.
Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron de delante de sí, y moraron en lugar de ellos; como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio Jehová.)
Y el tiempo que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fue de treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.
Y también la mano de Jehová fue contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.
y cuando te acerques a los hijos de Amón; no los molestes, ni te metas con ellos; pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón; porque a los hijos de Lot la he dado por heredad.
Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda.
La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie;
como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y desde la ciudad que está junto al arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder.
Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegaste, ni a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.
Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.
También tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón.
Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.
Porque sólo Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón?; la longitud de ella de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre.
Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas.
Y el resto de Galaad y todo Basán, del reino de Og, lo di a la media tribu de Manasés; toda la tierra de Argob, todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.
Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gesur y Maacati; y la llamó de su nombre Basán-havot-jair, hasta hoy.
También la llanura, con el Jordán como límite, desde Cineret hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, hasta las vertientes abajo del Pisga al oriente.
Y os mandé en aquel tiempo, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis; pasaréis armados delante de vuestros hermanos los hijos de Israel, todos los valientes.
hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán: entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.
Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras, y conforme a tus proezas?
Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur, y al oriente, y mírala con tus propios ojos; porque tú no cruzarás este Jordán.
Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él pasará delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que tú verás.
Ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, para que los ejecutéis y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.
No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.
Mirad, yo os he enseñado estatutos y derechos tal como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla.
El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán a sus hijos;
Y Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.
A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo a enseñaros los estatutos y derechos, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis para poseerla.
figura de algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,
figura de ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.
No sea que alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.
Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad.
Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y os corrompiereis, e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo;
Yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis totalmente destruidos.
Pues pregunta ahora acerca de los tiempos pasados que fueron antes de ti, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra; y desde un extremo del cielo hasta el otro, si se ha hecho cosa tan grande como ésta, o se ha oído algo como esto.
¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido?
Desde el cielo te hizo oír su voz, para enseñarte; sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.
Reconoce pues, hoy, y reconsidera en tu corazón que Jehová, Él es Dios arriba en el cielo, y abajo sobre la tierra; no hay otro.
Y guarda sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
A Beser en el desierto, en tierra de la llanura, de los rubenitas; y a Ramot en Galaad, de los gaditas; y a Golán en Basán, de los de Manasés.
Ésta, pues, es la ley que Moisés propuso delante de los hijos de Israel.
a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al cual hirió Moisés con los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto:
Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol:
Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón;
y toda la llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, hasta las vertientes de las aguas abajo del Pisga.
(Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte), diciendo:
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
No codiciarás la esposa de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.
Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz: y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.
Y aconteció que cuando oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, os acercasteis a mí, todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;
Ahora pues, ¿por qué moriremos? Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.
Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y viva?
Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo que han dicho.
Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy para poseerla.
Andad en todo camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis, y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para poseerla:
Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha prometido Jehová el Dios de tus padres, en la tierra que fluye leche y miel.
Y será, cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
guárdate que no te olvides de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; no sea que se encienda el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.
Y harás lo recto y bueno en ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;
y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres;
Y nos mandó Jehová que ejecutásemos todos estos estatutos, y que temiésemos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para preservarnos la vida, como hasta hoy.
Cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas naciones, al heteo, al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú;
Porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios: Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
mas porque Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;
Y será que, si obedeciereis a estos decretos, y los guardares y los pusieres por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres;
y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto, y tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano fuerte y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.
Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis, y poseáis la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;
tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y cortarás bronce de sus montes.
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
y se multipliquen tus vacas y tus ovejas, y se te multiplique la plata y el oro, y todo lo que tuvieres se te aumente,
que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y Él te sacó agua de la roca del pedernal;
que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
y digas en tu corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza.
Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
No discurras en tu corazón cuando Jehová tu Dios los habrá echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha metido Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las echa de delante de ti.