'Langosta' en la Biblia
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para {traer} la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado.
Y el SEÑOR cambió {el viento} a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto.
``De ellos podéis comer éstos: la langosta según sus especies, la langosta destructora según sus especies, el grillo según sus especies y el saltamontes según sus especies.
Sacarás mucha semilla al campo, pero recogerás poco, porque la langosta la devorará.
Todos tus árboles y el fruto de tu suelo los consumirá la langosta.
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón {o} añublo, langosta {o} saltamontes, si su enemigo los sitia en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga, cualquier enfermedad {que haya},
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón o añublo, langosta o saltamontes, si sus enemigos los sitian en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga o cualquier enfermedad {que haya},
Si cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre mi pueblo,
¿Le haces saltar como la langosta? Terrible es su formidable resoplido;
Entregó también sus cosechas al saltamontes, y el fruto de su trabajo a la langosta.
Voy pasando como sombra que se alarga; soy sacudido como la langosta.
{cuando} también teman a la altura y a los terrores en el camino, y florezca el almendro, se arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna mientras los del duelo andan por la calle.
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Entonces os compensaré por los años que ha comido la langosta, el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que envié contra vosotros.
Allí te consumirá el fuego, te destruirá la espada, te devorará como el pulgón. Multiplícate como el pulgón, multiplícate como la langosta.
Tus oficiales son como la langosta, tus jefes como nubes de langostas posados sobre las tapias en un día de frío; sale el sol, y se van, y no se sabe donde están.