'Las' en la Biblia
Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tuvo mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.
hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe obrar en oro, plata, bronce, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y cárdeno, en lino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, e inventar toda suerte de diseño que se le propusiere, con tus sabios, y con los sabios de mi señor David tu padre.
Estas son las medidas de que Salomón fundó el edificio de la Casa de Dios. La primera medida fue, la longitud de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.
Así cubrió la Casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes, y sus entradas, con oro; y esculpió querubines en las paredes.
Y el peso de los clavos tuvo cincuenta siclos de oro. Recubrió también de oro las salas.
El largo de las alas de los querubines era de veinte codos; porque un ala era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
Así las alas de estos querubines estaban extendidas por veinte codos; y ellos estaban en pie con los rostros hacia la Casa.
Hizo también unas cadenas como en el oráculo, y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas.
Y asentó las columnas delante del templo, la una a la mano derecha, y la otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín, \'
Además hizo diez mesas y las puso en el templo, cinco a la mano derecha, y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro.
A más de esto hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubrió las puertas de ellas de bronce.
Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas;
cuatrocientas granadas en las dos redecillas, dos órdenes de granadas en cada redecilla, para que cubrieran las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas.
Hizo también las basas, sobre las cuales asentó las fuentes;
Así hizo Salomón todos los vasos para la Casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición;
asimismo los candeleros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendieran delante del oráculo conforme a la ordenanza.
Y las flores, las lámparas, y las despabiladeras se hicieron de oro, de oro perfecto;
también las tenazas, los tazones, los cucharros, y los incensarios, de oro puro. En cuanto a la entrada de la Casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las puertas de la Casa del templo, de oro.
Acabada toda la obra que hizo Salomón para la Casa del SEÑOR, metió Salomón en ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los vasos, en los tesoros de la Casa de Dios.
Entonces Salomón juntó en Jerusalén a los ancianos de Israel, y todas las cabezas de las tribus, príncipes de las familias de los hijos de Israel, para que trajeran el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es Sion.
Y los sacerdotes metieron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el oráculo de la Casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines.
Y los querubines extendían las dos alas sobre el asiento del arca, y cubrían los querubines por encima así el arca como sus barras.
E hicieron salir fuera las barras, de modo que se vieran las cabezas de las barras del arca delante del oráculo, mas no se veían desde fuera; y allí estuvieron hasta hoy.
En el arca no había sino las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, con las cuales el SEÑOR había cortado un pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.
Y tocaban las trompetas, y cantaban con la voz todos a una como un varón alabando y confesando al SEÑOR, cuando alzaban la voz con trompetas y címbalos, e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre. Y la Casa fue llena de una nube, la Casa del SEÑOR.
Desde el día que saqué mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviera mi Nombre, ni he escogido varón que fuera príncipe sobre mi pueblo Israel.
tú oirás desde los cielos, desde la habitación de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu Nombre es invocado sobre esta Casa que he edificado yo.
SEÑOR Dios, no hagas volver el rostro de tu ungido; acuérdate de las misericordias de David tu siervo.
Y cuando Salomón acabó de orar, el fuego descendió de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria del SEÑOR llenó la Casa.
Y tú, si anduvieres delante de mí, como anduvo David tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis derechos,
reedificó Salomón las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos de Israel.
Y edificó a Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de municiones que edificó en el desierto.
y a Baalat, y a todas las villas de munición que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros y las de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, y en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.
para que ofrecieran cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los sábados, las nuevas lunas, y fiestas tres veces al año, a saber, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas, y en la fiesta de los tabernáculos.
y las viandas de su mesa, y el asiento de sus siervos, y la atención de sus ministros, y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y sus holocaustos que sacrificaba en la Casa del SEÑOR, no quedó más espíritu en ella.
mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú añades sobre la fama que yo había oído.
E hizo el rey de la madera de brasil gradas en la Casa del SEÑOR, y en las casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca en tierra de Judá se había visto madera semejante.
Había también allí doce leones sobre las seis gradas de un lado y al otro. Jamás fue hecho otro semejante en reino alguno.
Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, simios, y pavos.
Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para los caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.
Y puso el rey plata en Jerusalén como piedras, y cedros como los cabrahigos que nacen por las campiñas en abundancia.
Sacaban también caballos para Salomón, de Egipto y de todas las tierras.
Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no está todo escrito en los libros de Natán profeta, y en la profecía de Ahías, el silonita, y en las visiones del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?
Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá.
Fortificó también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, provisiones, vino, y aceite;
y en todas las ciudades, escudos y lanzas. Las fortificó, pues, en gran manera, y Judá y Benjamín estuvieron de parte de él.
Tras de aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar al SEÑOR Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para sacrificar al SEÑOR, el Dios de sus padres.
Y le hizo instruir, y esparció todos sus hijos por todas las tierras de Judá y de Benjamín, y por todas las ciudades fuertes, y les dio provisiones en abundancia, y fue dado a muchas mujeres.
Y tomó las ciudades fuertes de Judá, y llegó hasta Jerusalén.
Pero serán sus siervos; para que sepan qué es servirme a mí, y servir a los reinos de las naciones.
Y cuando él se humilló, la ira del SEÑOR se apartó de él, para no destruirlo del todo; y también en Judá las cosas fueron bien.
Fortificado, pues, Roboam, reinó en Jerusalén; y era Roboam de cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió el SEÑOR de todas las tribus de Israel, para poner en ella su Nombre. Y el nombre de su madre fue Naama, una amonita.
Y las cosas de Roboam, primeras y postreras, ¿no están escritas en los libros de Semeías profeta y de Iddo, el vidente, en la cuenta de los linajes? Y entre Roboam y Jeroboam hubo perpetua guerra.
Y he aquí Dios está con nosotros por capitán, y sus sacerdotes con las trompetas para que suenen alarma contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra el SEÑOR Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien.
Entonces cuando miró Judá, he aquí que tenía batalla por delante y a las espaldas; por lo que clamaron al SEÑOR, y los sacerdotes tocaron las trompetas,
Porque quitó los altares de los dioses ajenos, y los lugares altos; quebró las imágenes, y taló los bosques;
Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los lugares altos y las imágenes, y el reino tuvo reposo delante de él.
E hirieron todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror del SEÑOR era sobre ellos; y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran despojo.
Asimismo dieron sobre las cabañas de los ganados, y trajeron muchas ovejas y camellos, y volvieron a Jerusalén.
En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba, ni para el que salía, sino muchas destrucciones sobre todos los habitantes de las tierras.
Y cuando oyó Asa las palabras y profecía de Obed, el profeta, fue confortado, y quitó las abominaciones de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de todas las ciudades que él había tomado en el monte de Efraín; y reparó el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico del SEÑOR.
Y juraron al SEÑOR con gran voz y gritos, al son de las trompetas y de los shofarot.
Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos a las ciudades de Israel; e hirieron a Ijón, Dan, y Abel-maim, y todos los tesoros de las ciudades de Neftalí.
Y puso ejército en todas las ciudades fuertes de Judá, y colocó gente de guarnición, en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado.
sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel.
Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñaran en las ciudades de Judá;
Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley del SEÑOR, y recorrieron por todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.
Y cayó el pavor del SEÑOR sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá; de manera que no osaron hacer guerra contra Josafat.
Y tuvo muchas obras en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén.
Y éste es el número de ellos según las casas de sus padres: En Judá, príncipes de los millares; el príncipe Adna, y con él trescientos mil hombres valientes de valor;
Estos eran siervos del rey, sin los que el rey había puesto en las ciudades de guarnición por toda Judea.
Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló, diciendo: He aquí las palabras de todos los profetas a una boca anuncian al rey el bien; yo te ruego ahora que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.
Mas disparando uno el arco con toda su capacidad, hirió al rey de Israel entre las junturas de su cota. El entonces dijo al carretero: Vuelve tu mano, y sácame del campo, porque estoy herido.
Y puso en la tierra jueces en todas las ciudades fuertes de Judá, por todas las ciudades.
Y puso también Josafat en Jerusalén algunos de los levitas y sacerdotes, y de las cabezas de los padres de Israel, para el juicio del SEÑOR y para las causas. Y volvieron a Jerusalén.
Y se congregaron los de Judá para consultar al SEÑOR: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a consultar al SEÑOR.
Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual es hecha mención en el libro de los reyes de Israel.
y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus entrañas, hasta que las entrañas se te salgan a causa de la enfermedad de cada día.
Después de todo esto el SEÑOR lo hirió en las entrañas con una enfermedad incurable.
Y aconteció que, pasando un día tras otro, al fin, al cabo de dos años, las entrañas se le salieron por la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no le hizo quema su pueblo, como las había hecho a sus padres.
Y se volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramá, peleando con Hazael rey de Siria. Y descendió Azarías hijo de Joram, rey de Judá, a visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque allí estaba enfermo.
Y Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y lo hurtó de entre los hijos del rey, que mataban, y le guardó a él y a su ama en la cámara de las camas. Así, pues, lo escondió Josabet, hija del rey Joram, mujer de Joiada el sacerdote (porque ella era hermana de Ocozías), de delante de Atalía, y no le mataron.
los cuales rodeando Judá, juntaron a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a las cabezas de los padres de Israel, y vinieron a Jerusalén.
Lo que habéis de hacer es: la tercera parte de vosotros, los que entran el sábado, estarán de porteros a las puertas con los sacerdotes y los levitas;
Y los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada uno los suyos, los que entraban el sábado, y los que salían el sábado; porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías.
Dio también el sacerdote Joiada a los centuriones las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la Casa de Dios;
y mirando, vio al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompetas junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra hacía alegrías, y sonaban las trompetas, y cantaban con instrumentos de música los que sabían alabar. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Conjuración, conjuración!
Y ellos pusieron las manos en ella, y ella entró en la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, y allí la mataron.
Puso también porteros a las puertas de la Casa del SEÑOR, para que por ninguna vía entrara ningún inmundo.
Y juntó a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y juntad dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la Casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el negocio. Mas los levitas no pusieron diligencia.
Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la Casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas para la Casa del SEÑOR.
Y desampararon la Casa del SEÑOR Dios de sus padres, y sirvieron a los bosques y a las imágenes esculpidas; y la ira vino sobre Judá y Jerusalén por su culpa.
De sus hijos, y de la multiplicación que hizo de las rentas, y de la reparación de la Casa del SEÑOR, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.
Juntó luego Amasías a Judá, y les puso tribunos y centuriones según las casas de sus padres por todo Judá y Benjamín; y los tomó por lista a todos los de veinte años para arriba; y fueron hallados en ellos trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.
Pero los del escuadrón que Amasías había despedido, para que no fueran con él a la guerra, se derramaron sobre las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, e hirieron de ellos tres mil, y tomaron un gran despojo.
Entonces Joás rey de Israel envió a decir a Amasías rey de Judá: El cardo que estaba en el Líbano, envió al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: Da tu hija a mi hijo por mujer. Y he aquí que las bestias fieras que estaban en el Líbano, pasaron, y hollaron el cardo.
E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre.
Edificó también Uzías torres en Jerusalén, junto a la puerta del ángulo, y junto a la puerta del valle, y junto a las esquinas; y las fortificó.
Asimismo edificó torres en el desierto, y abrió muchas cisternas; porque tuvo muchos ganados, así en los valles como en las vegas; y viñas, y labranzas, así en los montes como en los llanos fértiles; porque era amigo de la agricultura.
Todo el número de las cabezas de los padres, y de los valientes de gran valor, era dos mil seiscientos.