'Le' en la Biblia
Mas los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel; como el SEÑOR le mandó a Moisés.
Haz venir a la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le ministren;
Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel.
Y Moisés los contó conforme a la palabra del SEÑOR, como le fue mandado.
Y contó Moisés, como el SEÑOR le mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel.
y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extenderán encima el paño todo de cárdeno, y le pondrán sus varas.
Y extenderán sobre ella el paño de carmesí colorado, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones; y le pondrán sus varas.
Y sobre el altar de oro extenderán el paño cárdeno, y le cubrirán con la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sus varas.
y pondrán sobre él todos los vasos con los cuales se ministren: las paletas, los garfios, los braseros, y los tazones, todos los vasos del altar; y extenderán sobre él la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sobre las varas.
Como lo mandó el SEÑOR por mano de Moisés fueron contados, cada uno según su ministerio, y según su cargo; los cuales contó Moisés, como le fue mandado.
Le dará, pues, a beber las aguas; y será, que si fuere inmunda y hubiere hecho traición contra su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella en amargura, y su vientre se hinchará, y fallará su muslo; y la tal mujer será por maldición en medio de su pueblo.
Esta es la ley del Nazareo que hiciere voto de su ofrenda al SEÑOR por su nazareato, a más de lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su nazareato.
Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo del testimonio, para hablar con El, oía la voz del que le hablaba de encima del asiento de la reconciliación que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con él.
Y Aarón lo hizo así; que encendió contra la faz del candelero sus lámparas, como el SEÑOR le mandó a Moisés.
y le dijeron aquellos hombres: Nosotros somos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda al SEÑOR a su tiempo determinado entre los hijos de Israel?
Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi natural.
Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú sabes como debemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos.
Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y el furor del SEÑOR se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés.
Entonces el SEÑOR descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo dio a los setenta varones ancianos; y fue que, al reposar sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.
Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Quisiera que todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR diera su espíritu sobre ellos.
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras: si tuviereis profeta del SEÑOR, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se le reunió María.
Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun, le puso Moisés el nombre de Josué.
Pero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad;
Y el sacerdote reconciliará a la persona que habrá errado por ignorancia, cuando pecare por yerro delante del SEÑOR, la reconciliará, y le será perdonado.
Y los que le hallaron recogiendo leña lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;
y lo pusieron bajo guarda, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
Y Moisés habló a los hijos de Israel, y todos los príncipes de ellos le dieron varas; cada príncipe por las casas de sus padres una vara, por todas doce varas; y la vara de Aarón estaba entre las varas de ellos.
Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que le tocare, será inmunda hasta la tarde.
Entonces Moisés tomó la vara de delante del SEÑOR, como él le mandó.
Y Edom le respondió: No pasarás por mi país, de otra manera, saldré contra ti armado.
Y Moisés hizo como el SEÑOR le mandó; y subieron al monte de Hor a ojos de toda la congregación.
Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le lloraron treinta días todas las familias de Israel.
E Israel le hirió a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque el término de los hijos de Amón era fuerte.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: No le tengas miedo, que en tu mano lo he dado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.
E hirieron a él, y a sus hijos, y a todo su pueblo, sin que le quedara uno, y poseyeron su tierra.
Y fueron los ancianos de Moab, y los ancianos de Madián, con las encantaciones en su mano, y llegaron a Balaam, y le dijeron las palabras de Balac.
Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Quiénes son estos varones que están contigo?
Los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieren a llamarte estos varones, levántate y ve con ellos; pero harás lo que yo te dijere.
Y el ángel del SEÑOR le dijo: ¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido por tu adversario, porque tu camino es perverso delante de mí.
Y Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.
Y se encontró Dios con Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.
Y el SEÑOR puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a Balac, y has de hablar así.
Y el SEÑOR se encontró con Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y así has de decir.
Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho el SEÑOR?
Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.
Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus palmas le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido resueltamente ya tres veces.
Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:
A las más numerosas darás mayor heredad, y a las menos numerosas menor; y a cada una se le dará su heredad conforme a sus contados.
Y la mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, la cual le nació a Leví en Egipto: ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María su hermana.
y lE pondrás delante de Eleazar el sacerdote, y delante de toda la congregación; y le darás mandamientos en presencia de ellos.
Y pondrás de tu resplandor sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le oiga.
Y Moisés hizo como el SEÑOR le había mandado; que tomó a Josué, y le puso delante de Eleazar el sacerdote, y de toda la congregación;
y puso sobre él sus manos, y le dio mandamientos, como el SEÑOR había mandado por mano de Moisés.
Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus ataduras, con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y el SEÑOR la perdonará, por cuanto su padre la vedó.
si su marido oyó, y calló a ello, y no le vedó; entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, será firme.
Y pelearon contra Madián, como el SEÑOR le mandó a Moisés, y mataron a todo varón.
Y dio Moisés el tributo, por elevada ofrenda al SEÑOR, a Eleazar el sacerdote, como el SEÑOR le mandó a Moisés.
Y heredaréis la tierra por suertes por vuestras familias; a la familia de muchos daréis mucho por su heredad, y a la familia de pocos daréis poco por su heredad; donde le saliere la suerte, allí la tendrá; por las tribus de vuestros padres heredaréis.
Y si con piedra de mano, de que pueda morir, le hiriere, y muriere, homicida es; el homicida morirá.
Y si con instrumento de palo de mano, de que pueda morir, le hiriere, y muriere, homicida es; el homicida morirá.
Mas si casualmente le empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas,