'Los' en la Biblia
Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Judá.
Y á cualquiera que hubiere quedado de todos los lugares donde peregrinare, los hombres de su lugar le ayuden con plata, y oro, y hacienda, y con bestias; con dones voluntarios para la casa de Dios, la cuál está en Jerusalem.
Entonces se levantaron los cabezas de las familias de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y Levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir á edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalem.
Y todos los que estaban en sus alrededores confortaron las manos de ellos con vasos de plata y de oro, con hacienda y bestias, y con cosas preciosas, á más de lo que se ofreció voluntariamente.
Y el rey Ciro sacó los vasos de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había traspasado de Jerusalem, y puesto en la casa de sus dioses.
Sacólos pues Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dió por cuenta á Sesbassar príncipe de Judá.
Todos los vasos de oro y de plata, cinco mil y cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbassar con los que subieron del cautiverio de Babilonia á Jerusalem.
Y ESTOS son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que Nabucodonosor rey de Babilonia hizo traspasar á Babilonia, y que volvieron á Jerusalem y á Judá, cada uno á su ciudad:
Los cuales vinieron con Zorobabel, Jesuá, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardochêo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. La cuenta de los varones del pueblo de Israel:
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;
Los hijos de Sephatías, trescientos setenta y dos;
Los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco;
Los hijos de Pahath-moab, de los hijos de Josué y de Joab, dos mil ochocientos y doce;
Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
Los hijos de Zattu, novecientos cuarenta y cinco;
Los hijos de Zachâi, setecientos y sesenta;
Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos;
Los hijos de Bebai, seiscientos veinte y tres;
Los hijos de Azgad, mil doscientos veinte y dos;
Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis;
Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis;
Los hijos de Adin, cuatrocientos cincuenta y cuatro;
Los hijos de Ater, de Ezechîas, noventa y ocho;
Los hijos de Besai, trescientos veinte y tres;
Los hijos de Hasum, doscientos veinte y tres;
Los hijos de Gibbar, noventa y cinco;
Los hijos de Beth-lehem, ciento veinte y tres;
Los varones de Nethopha, cincuenta y seis;
Los varones de Anathoth, ciento veinte y ocho;
Los hijos de Asmeveth, cuarenta y dos;
Los hijos de Chîriath-jearim, Cephira, y Beeroth, setecientos cuarenta y tres;
Los hijos de Rama y Gabaa, seiscientos veinte y uno;
Los varones de Michmas, ciento veinte y dos;
Los varones de Beth-el y Hai, doscientos veinte y tres;
Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis;
Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
Los hijos de Harim, trescientos y veinte;
Los hijos de Lod, Hadid, y Ono, setecientos veinte y cinco;
Los hijos de de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos y treinta;
Los sacerdotes: los hijos de Jedaía, de la casa de Jesuá, novecientos setenta y tres;
Los hijos de Immer, mil cincuenta y dos;
Los hijos de Pashur, mil doscientos cuarenta y siete;
Los hijos de Harim, mil diez y siete.
Los Levitas: los hijos de Jesuá y de Cadmiel, de los hijos de Odovías, setenta y cuatro.
Los cantores: los hijos de Asaph, ciento veinte y ocho.
Los hijos de los porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Accub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; en todos, ciento treinta y nueve.
Los Nethineos: los hijos de Siha, los hijos de Hasupha, los hijos de Thabaoth,
Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Sophereth, los hijos de Peruda;
Los hijos de Sephatías, los hijos de Hatil, los hijos de Phochêreth-hassebaim, los hijos de Ami.
Todos los Nethineos, é hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Y estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Chêrub, Addan, é Immer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel.
Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Abaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzillai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzillai Galaadita, y fué llamado del nombre de ellas.
Sin sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete: y tenían doscientos cantores y cantoras.
Y algunos de los cabezas de los padres, cuando vinieron á la casa de Jehová la cual estaba en Jerusalem, ofrecieron voluntariamente para la casa de Dios, para levantarla en su asiento.
Y habitaron los sacerdotes, y los Levitas, y los del pueblo, y los cantores, y los porteros y los Nethineos, en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.
Y LLEGADO el mes séptimo, y ya los hijos de Israel en las ciudades, juntóse el pueblo como un solo hombre en Jerusalem.
Entonces se levantó Jesuá hijo de Josadec, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Sealthiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.
Y asentaron el altar sobre sus basas, bien que tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos á Jehová, holocaustos á la mañana y á la tarde.
Y dieron dinero á los carpinteros y oficiales; asimismo comida y bebida y aceite á los Sidonios y Tirios, para que trajesen madera de cedro del Líbano á la mar de Joppe, conforme á la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.
Y en el año segundo de su venida á la casa de Dios en Jerusalem, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Sealthiel, y Jesuá hijo de Josadec, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los Levitas, y todos los que habían venido de la cautividad á J
Jesuá también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para dar priesa á los que hacían la obra en la casa de Dios: los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, Levitas.
Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron á los sacerdotes vestidos de sus ropas, con trompetas, y á Levitas hijos de Asaph con címbalos, para que alabasen á Jehová, según ordenanza de David rey de Israel.
Y muchos de los sacerdotes y de los Levitas y de los cabezas de los padres, ancianos que habían visto la casa primera, viendo fundar esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.
Y no podía discernir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro del pueblo: porque clamaba el pueblo con grande júbilo, y oíase el ruido hasta de lejos.
Y OYENDO los enemigos de Judá y de Benjamín, que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,
Llegáronse á Zorobabel, y á los cabezas de los padres, y dijéronles: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos á vuestro Dios, y á él sacrificamos desde los días de Esar-haddón rey de Asiria, que nos hizo subir aquí.
Y dijóles Zorobabel, y Jesuá, y los demás cabezas de los padres de Israel: No nos conviene edificar con vosotros casa á nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos á Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
Mas el pueblo de la tierra debilitaba las manos del pueblo de Judá, y los arredraban de edificar.
Y en el reinado de Assuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los moradores de Judá y de Jerusalem.
Y en días de Artajerjes, Bislam, Mitrídates, Tabeel, y los demás sus compañeros, escribieron á Artajerjes rey de Persia; y la escritura de la carta estaba hecha en siriaco, y declarada en siriaco.
Entonces Rehum canciller, y Simsai secretario, y los demás sus compañeros, los Dineos, y los Apharsathachêos, Thepharleos, Apharseos, los Erchûeos, los Babilonios, Susaschêos, Dieveos, y Elamitas;
Y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnappar trasportó, é hizo habitar en las ciudades de Samaria, y los demás de la otra parte del río, etcétera, escribieron.
Sea notorio al rey, que los Judíos que subieron de tí á nosotros, vinieron á Jerusalem; y edifican la ciudad rebelde y mala, y han erigido los muros; y compuesto los fundamentos.
Ahora, notorio sea al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren establecidos, el tributo, pecho, y rentas no darán, y el catastro de lo reyes será menoscabado.
Para que busque en el libro de las historias de nuestros padres; y hallarás en el libro de las historias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial á los reyes y á las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones;
El rey envió esta respuesta á Rehum canciller, y á Simsai secretario, y á los demás sus compañeros que habitan en Samaria, y á los demás de la parte allá del río: Paz, etc.
Y por mí fué dado mandamiento, y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes, y se rebela, y se forma en ella sedición:
Y mirad bien que no hagáis error en esto: ¿por qué habrá de crecer el daño para perjuicio de los reyes?
Entonces, cuando el traslado de la carta del rey Artajerjes fué leído delante de Rehum, y de Simsai secretario, y sus compañeros, fueron prestamente á Jerusalem á los Judíos, é hiciéronles cesar con poder y fuerza.
Y PROFETIZARON Haggeo profeta, y Zacarías hijo de Iddo, profetas, á los Judíos que estaba en Judá y en Jerusalem yendo en nombre del Dios de Israel á ellos.
Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Sealthiel, y Jesuá hijo de Josadec; y comenzaron á edificar la casa de Dios que estaba en Jerusalem; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.
Entonces les dijimos en orden á esto cuáles eran los nombres de los varones que edificaban este edificio.
Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los Judíos, y no les hicieron cesar hasta que el negocio viniese á Darío: y entonces respondieron por carta sobre esto.
Traslado de la carta que Tatnai, capitán de la parte allá del río, y Sethar-boznai, y sus compañeros los Apharsachêos, que estaban á la parte allá del río, enviaron al rey Darío.
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