'Los' en la Biblia
Que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y preguntéles por los Judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalem.
Y dijéronme: El residuo, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalem derribado, y sus puertas quemadas á fuego.
Y fué que, como yo oí estas palabras, sentéme y lloré, y enlutéme por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
Y dije: Ruégote, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande, y terrible, que guarda el pacto y la misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos;
Esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos contra ti cometido; sí, yo y la cas
En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, y estatutos y juicios, que mandaste á Moisés tu siervo.
Acuérdate ahora de la palabra que ordenaste á Moisés tu siervo, diciendo: Vosotros prevaricaréis, y yo os esparciré por los pueblos:
Mas os volveréis á mí, y guardaréis mis mandamientos, y los pondréis por obra. Si fuere vuestro lanzamiento hasta el cabo de los cielos, de allí os juntaré; y traerlos he al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Ellos pues son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran fortaleza, y con tu mano fuerte.
Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?
Y díjome el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,
Y dije al rey: Si al rey place, y si agrada tu siervo delante de ti, que me envíes á Judá, á la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
Además dije al rey: Si al rey place, dénseme cartas para los gobernadores de la otra parte del río, que me franqueen el paso hasta que llegue á Judá;
Y carta para Asaph, guarda del bosque del rey, á fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y otorgóme lo el rey, según la benéfica mano de Jehová sobre mí.
Y vine luego á los gobernadores de la otra parte del río, y les dí las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de á caballo.
Y oyéndolo Sanballat Horonita, y Tobías, el siervo Ammonita, disgustóles en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.
Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y á la puerta del Muladar; y consideré los muros de Jerusalem que estaban derribados, y sus que puertas estaban consumidas del fuego.
Y no sabían los magistrados dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado á los Judíos y sacerdotes, ni á los nobles y magistrados, ni á los demás que hacían la obra.
Y volvíles respuesta, y díjeles: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos: que vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalem.
Y LEVANTOSE Eliasib el gran sacerdote con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos aparejaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Meah, aparejándola hasta la torre de Hananeel.
Y junto á ella edificaron los varones de Jericó: y luego edificó Zachûr hijo de Imri.
Y los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado: ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.
E inmediato á ellos restauraron los Tecoitas; mas sus grandes no prestaron su cerviz á la obra de su Señor.
Y junto á ellos restauró Uzziel hijo de Harhaía, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparado á Jerusalem hasta el muro ancho.
Malchîas hijo de Harim y Hasub hijo de Pahath-moab, restauraron la otra medida, y la torre de los Hornos.
La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa: ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos en el muro hasta la puerta del Muladar.
Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, príncipe de la mitad de la región de Beth-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.
Tras él restauraron los Levitas, Rehum hijo de Bani; junto á él restauró Asabías, príncipe de la mitad de la región de Ceila en su región.
Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la campiña.
(Y los Nethineos estuvieron en Ophel hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.)
Después de él restauraron los Tecoitas la otra medida, enfrente de la grande torre que sobresale, hasta el muro de Ophel.
Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.
Después de él restauró Malchîas hijo del platero, hasta la casa de los Nethineos y de los tratantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.
Y entre la sala de la esquina hasta la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros, y los tratantes.
Y FUÉ que como oyó Sanballat que nosotros edificábamos el muro, encolerizóse y enojóse en gran manera, é hizo escarnio de los Judíos.
Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles Judíos? ¿hanles de permitir? ¿han de sacrificar? ¿han de acabar en un día? ¿han de resucitar de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Y no cubras su iniquidad, ni su pecado sea raído delante de tu rostro; porque se airaron contra los que edificaban.
Mas acaeció que oyendo Sanballat y Tobías, y los Arabes, y los Ammonitas, y los de Asdod, que los muros de Jerusalem eran reparados, porque ya los portillos comenzaban á cerrarse, encolerizáronse mucho;
Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han enflaquecido, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra.
Sucedió empero, que como vinieron los Judíos que habitaban entre ellos, nos dieron aviso diez veces de todos los lugares de donde volvían á nosotros.
Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos.
Después miré, y levantéme, y dije á los principales y á los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Seños grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres
Mas fué que desde aquel día la mitad de los mancebos trabajaba en la obra, y la otra mitad de ellos tenía lanzas y escudos, y arcos, y corazas; y los príncipes estaban tras toda la casa de Judá.
Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida á sus lomos, y así edificaban y el que tocaba la trompeta estaba junto á mí.
Y dije á los principales, y á los magistrados y al resto del pueblo: La obra es grande y larga, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos los unos de los otros.
ENTONCES fué grande el clamor del pueblo y de sus mujeres contra los Judíos sus hermanos.
Medité lo entonces para conmigo, y reprendí á los principales y á los magistrados, y díjeles: ¿Tomáiscada uno usura de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una grande junta.
Y dijeron: Devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué los sacerdotes, y juramentélos que harían conforme á esto.
Mas los primeros gobernadores que fueron antes de mí, cargaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino sobre cuarenta siclos de plata: á más de esto, sus criados se enseñoreaban sobre el pueblo; pero yo no hice así, á causa del temor de Dio
Además ciento y cincuenta hombres de los Judíos y magistrados, y los que venían á nosotros de las gentes que están en nuestros contornos, estaban á mi mesa.
Y FUÉ que habiendo oído Sanballat, y Tobías, y Gesem el Arabe, y los demás nuestros enemigos, que había yo edificado el muro, y que no quedaba en él portillo, (aunque hasta aquel tiempo no había puesto en las puertas las hojas,)
En la cual estaba escrito: Hase oído entre las gentes, y Gasmu lo dice, que tú y los Judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey;
Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanballat, conforme á estas sus obras, y también de Noadías profetisa, y de los otros profetas que hacían por ponerme miedo.
Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá á Tobías, y las de Tobías venían á ellos.
Y díjeles: No se abran las puertas de Jerusalem hasta que caliente el sol: y aun ellos presentes, cierren las puertas, y atrancad. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalem, cada cual en su guardia, y cada uno delante de su casa.
Y puso Dios en mi corazón que juntase los principales, y los magistrados, y el pueblo, para que fuesen empadronados por el orden de sus linajes: y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito:
Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que hizo pasar Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron á Jerusalem y á Judá cada uno á su ciudad;
Los cuales vinieron con Zorobabel, Jesuá, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardochêo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum, Baana. La cuenta de los varones del pueblo de Israel:
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;
Los hijos de Sephatías, trescientos setenta y dos;
Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos;
Los hijos de Pahath-moab, de los hijos de Jesuá y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho;
Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
Los hijos de Zattu, ochocientos cuarenta y cinco;
Los hijos de Zachâi, setecientos y sesenta;
Los hijos de Binnui, seiscientos cuarenta y ocho;
Los hijos de Bebai, seiscientos veintiocho;
Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos veintidós;
Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete;
Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete;
Los hijos de Addin, seiscientos cincuenta y cinco;
Los hijos de Ater, de Ezechîas, noventa y ocho;
Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho;
Los hijos de Besai, trescientos veinticuatro;
Los hijos de Hariph, ciento doce;
Los hijos de Gabaón, noventa y cinco;
Los varones de Beth-lehem y de Netopha, ciento ochenta y ocho;
Los varones de Anathoth, ciento veintiocho;
Los varones de Beth-azmaveth, cuarenta y dos;
Los varones de Chîriath-jearim, Chephira y Beeroth, setecientos cuarenta y tres;
Los varones de Rama y de Gebaa, seiscientos veintiuno;
Los varones de Michmas, ciento veintidós;
Los varones de Beth-el y de Ai, ciento veintitrés;
Los varones de la otra Nebo, cincuenta y dos;
Los hijos de la otra Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
Los hijos de Harim, trescientos y veinte;
Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
Los hijos de Lod, de Hadid, y Ono, setecientos veintiuno;
Los hijos de Senaa, tres mil novecientos y treinta.
Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesuá, novecientos setenta y tres;
Los hijos de Immer, mil cincuenta y dos;
Los hijos de Pashur, mil doscientos cuarenta y siete;
Los hijos de Harim, mil diez y siete.
Levitas: los hijos de Jesuá, de Cadmiel, de los hijos de Odevía, setenta y cuatro.
Cantores: los hijos de Asaph, ciento cuarenta y ocho.
Porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Accub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho.
Nethineos: los hijos de Siha, los hijos de Hasupha, los hijos de Thabaoth,
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (228)
- LBDA (232)
- NBLH (232)
- RV (224)
- SEV (229)
- RV1909 (219)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (405)
- Éxodo (390)
- Levítico (208)
- Números (569)
- Deuteronomio (251)
- Josué (301)
- Jueces (336)
- Rut (24)
- 1 Samuel (299)
- 2 Samuel (246)
- 1 Reyes (276)
- 2 Reyes (302)
- 1 Crónicas (434)
- 2 Crónicas (419)
- Esdras (195)
- Nehemías (219)
- Ester (81)
- Job (242)
- Salmos (744)
- Proverbios (272)
- Eclesiastés (70)
- Cantares (37)
- Isaías (490)
- Jeremías (537)
- Lamentaciones (34)
- Ezequiel (425)
- Daniel (142)
- Oseas (63)
- Joel (32)
- Amós (57)
- Abdías (8)
- Jonás (7)
- Miqueas (27)
- Nahúm (18)
- Habacuc (16)
- Sofonías (28)
- Hageo (20)
- Zacarías (102)
- Malaquías (33)
- Mateo (372)
- Marcos (213)
- Lucas (353)
- Juan (233)
- Hechos (442)
- Romanos (131)
- 1 Corintios (124)
- 2 Corintios (44)
- Gálatas (49)
- Efesios (51)
- Filipenses (24)
- Colosenses (31)
- 1 Tesalonicenses (31)
- 2 Tesalonicenses (9)
- 1 Timoteo (37)
- 2 Timoteo (27)
- Tito (20)
- Filemón (2)
- Hebreos (115)
- Santiago (21)
- 1 Pedro (35)
- 2 Pedro (26)
- 1 Juan (17)
- 2 Juan (3)
- 3 Juan (7)
- Judas (13)
- Apocalipsis (170)