'Mano' en la Biblia
El bieldo está en su mano y limpiará completamente su era; y recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible.
Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y écha{la} de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.
Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu {mano} izquierda lo que hace tu derecha,
Y extendiendo {Jesús} la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.
Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía.
Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial {de la sinagoga} y se postró delante de El, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó.
Y he aquí, {había allí} un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca?
Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¿He aquí mi madre y mis hermanos!
Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno.
Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, {lo} ahogaba, diciendo: ``Paga lo que debes."
Y echándole mano, {lo} arrojaron fuera de la viña y {lo} mataron.
y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron.
Respondiendo El, dijo: El que metió la mano conmigo en el plato, ése me entregará.
Y Jesús le dijo: Amigo, {haz} lo que viniste a hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
Y sucedió que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja.
Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su {mano} derecha; y arrodillándose delante de El, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!
{Jesús} se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.
Movido a compasión, extendiendo {Jesús} la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio.
Otra vez entró {Jesús} en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
Y dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate {y ponte aquí} en medio.
Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana.
Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!).
Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él.
Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo?
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.
Y si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego inextinguible,
Pero ellos, echándole mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.
Y echándole mano, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Entonces ellos le echaron mano y le prendieron.
Y todos los que {las} oían {las} guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él.
salvación DE NUESTROS ENEMIGOS y DE LA MANO DE TODOS LOS QUE NOS ABORRECEN;
concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor
El bieldo está en su mano para limpiar completamente su era y recoger el trigo en su granero; pero quemará la paja en fuego inextinguible.
Extendiendo {Jesús} la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó.
Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Pero El sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ven acá. Y él, levantándose, se le acercó.
Y después de mirarlos a todos a su alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo {así,} y su mano quedó sana.
Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¿Niña, levántate!
Pero Jesús le dijo: Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.
Pero ellos guardaron silencio. Y El, tomándolo {de la mano,} lo sanó y lo despidió.
Pero el padre dijo a sus siervos: ``Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies;
Los escribas y los principales sacerdotes procuraron echarle mano en aquella misma hora, pero temieron al pueblo; porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola.
Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre.
Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
Cuando estaba con vosotros cada día en el templo, no me echasteis mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son vuestros.
El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano.
Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora.
Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.
y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me {las} dio es mayor que todos, y nadie {las} puede arrebatar de la mano del Padre.
Entonces los otros discípulos le decían: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en su costado, no creeré.
Luego dijo* a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza,
Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde.
para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera.
mientras extiendes tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús.
Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios entre el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en una cárcel pública.
¿NO FUE MI MANO LA QUE HIZO TODAS ESTAS COSAS?
Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco.
Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor.
Y así lo hicieron, mandándola a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Por aquel tiempo el rey Herodes echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos.
Cuando Pedro volvió en sí, dijo: Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos.
Y haciéndoles señal con la mano para que guardaran silencio, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y {les} dijo: Informad de estas cosas a Jacobo y a los hermanos. Entonces salió, y se fue a otro lugar.
Ahora, he aquí, la mano del Señor está sobre ti; te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo. Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano.
Pablo se levantó, y haciendo señal con la mano, dijo: Hombres de Israel, y vosotros que teméis a Dios, escuchad:
Entonces todos ellos le echaron mano a Sóstenes, el oficial de la sinagoga, y lo golpeaban frente al tribunal, pero Galión no hacía caso de nada de esto.
Y Dios hacía milagros extraordinarios por mano de Pablo,
Y algunos de la multitud dedujeron {que se trataba de} Alejandro, puesto que los judíos lo habían empujado hacia adelante. Entonces Alejandro, haciendo señal {de silencio} con la mano, quería hacer su defensa ante la asamblea.
Cuando estaban para cumplirse los siete días, los judíos de Asia, al verlo en el templo, comenzaron a incitar a todo el pueblo, y le echaron mano,
Cuando el comandante le concedió el permiso, Pablo, de pie sobre las gradas, hizo señal al pueblo con su mano, y cuando hubo gran silencio, les habló en el idioma hebreo, diciendo:
Pero como yo no veía por causa del resplandor de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano y entré a Damasco.
Y el comandante, tomándolo de la mano, y llevándolo aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que me tienes que informar?
Y Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar en tu favor. Entonces Pablo, extendiendo la mano, comenzó su defensa:
Pero cuando Pablo recogió una brazada de leña y la echó al fuego, una víbora salió huyendo del calor y se le prendió en la mano.
Y los habitantes, al ver el animal colgando de su mano, decían entre sí: Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, Justicia no le ha concedido vivir.
{Pablo,} sin embargo, sacudiendo {la mano,} arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño.
Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy {parte} del cuerpo, no por eso deja de ser {parte} del cuerpo.
Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito.
Entonces, ¿para qué {fue dada} la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a la cual había sido hecha la promesa, {ley} que fue promulgada mediante ángeles por mano de un mediador.
Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propia mano.
Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.
Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano, y ésta es una señal distintiva en todas {mis} cartas; así escribo yo.
Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y {de la que} hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.
acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.
Yo, Pablo, escribo {esto} con mi propia mano; yo {lo} pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes a mí).
NO COMO EL PACTO QUE HICE CON SUS PADRES EL DIA QUE LOS TOME DE LA MANO PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE EGIPTO; PORQUE NO PERMANECIERON EN MI PACTO, Y YO ME DESENTENDI DE ELLOS, DICE EL SEÑOR.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo,
En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol {cuando} brilla con {toda} su fuerza.
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y El puso su mano derecha sobre mí, diciendo: No temas, yo soy el primero y el último,
En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en mi {mano} derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.
Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: ``El que tiene las siete estrellas en su {mano} derecha, el que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto:
Y vi en la {mano} derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vino, y tomó {el libro} de la {mano} derecha del que estaba sentado en el trono.