'Mano' en la Biblia
Levántate, oh SEÑOR Dios, alza tu mano, no te olvides de los humildes.
de los hombres con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de mundo, cuya parte es en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu despensa: sacian a sus hijos, y dejan el resto a su familia.
Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.
Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios de verdad.
y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en anchura.
En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. (Selah.)
Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.
No venga pie de soberbia contra mí; y mano de impíos no me mueva.
Cuando cayere, no será postrado; porque el SEÑOR sustenta su mano.
Porque tus saetas descendieron en mí, y sobre mí ha descendido tu mano.
Quita de sobre mí tu plaga; de la guerra de tu mano soy consumido.
Tú con tu mano echaste los gentiles, y los plantaste a ellos; afligiste los pueblos, y los arrojaste.
Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.
Con todo, yo siempre estuve contigo; trabaste de mi mano derecha.
¿Por qué retraes tu mano, y tu diestra? ¿Por qué la escondes dentro de tu seno?
Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.
Condujiste a tu pueblo como ovejas, por mano de Moisés y de Aarón.
No se acordaron de su mano, del día que los redimió de angustia;
Los metió después en los términos de su santidad, en este monte que ganó su mano derecha.
y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.
Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que corroboraste para ti.
En una nada derribara yo sus enemigos, y volviera mi mano sobre sus adversarios.
Librad al pobre y al menesteroso; libradlo de mano de los impíos.
librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.
Tuyo es el brazo con valentía; fuerte es tu mano, ensalzada tu diestra.
Que mi mano será firme con él, mi brazo también lo fortificará.
Asimismo pondré su mano en el mar, y en los ríos su diestra.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.
Porque él es nuestro Dios; y nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,
Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; él guarda las almas de sus misericordiosos; de mano de los impíos los libra.
Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien.
Y los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario.
Por lo que alzó su mano a ellos, para postrarlos en el desierto,
Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano.
Y entiendan que esta es tu mano; que tú, el SEÑOR, has hecho esto .
De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.
Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido.
El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha.
He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
Como saetas en mano del valiente, así son los hijos mancebos.
de la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.
con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia.
Si anduviere yo por medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y tu diestra me salvará.
Rostro y envés tú me formaste, y sobre mí pusiste tu mano.
aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociese; no tuve refugio, no había quién volviese por mi vida.
Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;
Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.
Pe Abres tu mano, y sacias el deseo de todo viviente.