'Menos' en la Biblia

Y Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud.

Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?

diciendo: ¡Oh si hubieses conocido, aun tú, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos.

tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.

Si bien el alimento no nos hace más aceptos a Dios; pues ni porque comamos, seremos más; ni porque no comamos, seremos menos.

y los miembros del cuerpo que estimamos menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, son tratados con mucho más decoro.

como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más; y el que poco, no tuvo menos.

De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis; pues yo debía de ser alabado por vosotros; porque en nada soy menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.

Porque ¿qué hay en que hayáis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme este agravio.

Y yo de buena gana gastaré y seré desgastado por vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos,

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿No os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que seáis reprobados?

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo;

Así que le envío con mayor diligencia, para que al verle otra vez, os regocijéis, y yo esté con menos tristeza.

Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos; sino sírvanles mejor, por cuanto son fieles y amados, y partícipes de los bienes. Esto enseña y exhorta.

Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla desde el cielo.