'Mi' en la Biblia
Juan dio* testimonio de El y clamó, diciendo: Este era del que yo decía: ``El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo."
{El es} el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.
Este es aquel de quien yo dije: ``Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo."
Y Jesús le dijo*: Mujer, ¿qué {nos va} a ti y a mí {en esto}? Todavía no ha llegado mi hora.
y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio.
Entonces la mujer samaritana le dijo*: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.)
Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.
El oficial del rey le dijo*: Señor, baja antes de que mi hijo muera.
Pero El les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo.
En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.
Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Si yo {solo} doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que el testimonio que da de mí es verdadero.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que {el de} Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia.
Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis.
Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.
Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moisés el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo.
Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera.
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.
Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.
Escrito está en los profetas: ``Y TODOS SERAN ENSEÑADOS POR DIOS." Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Y decía: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre.
Entonces Jesús les dijo*: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo es siempre oportuno.
El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.
Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido.
Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió.
Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o {si} hablo de mí mismo.
Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
Y en el último día, el gran {día} de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."
Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy.
Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.
Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.
Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.
Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó.
Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos;
Sé que sois descendientes de Abraham; y sin embargo, procuráis matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.
Yo hablo lo que he visto con {mi} Padre; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de {vuestro} padre.
Pero ahora procuráis matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Esto no lo hizo Abraham.
Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Dios y vine {de El}, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino que El me envió.
¿Por qué no entendéis lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra.
Jesús respondió: Yo no tengo ningún demonio, sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí.
Pero yo no busco mi gloria; hay Uno que {la} busca, y juzga.
En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte.
Los judíos le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y tú dices: ``Si alguno guarda mi palabra no probará jamás la muerte."
Jesús respondió: Si yo mismo me glorifico, mi gloria no es nada; es mi Padre el que me glorifica, de quien vosotros decís: ``El es nuestro Dios."
Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y {lo} vio y se alegró.
Respondió el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y {sin embargo,} a mí me abrió los ojos.
Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso.
Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.
Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño {con} un solo pastor.
Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo.
Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;
y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me {las} dio es mayor que todos, y nadie {las} puede arrebatar de la mano del Padre.
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá,
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?
Cuando María llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura.
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis.
Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará.
Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: ``Padre, sálvame de esta hora"? Pero para esto he llegado a esta hora.
Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
Jesús exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento {sobre} lo que he de decir y lo que he de hablar.
Entonces llegó* a Simón Pedro. Este le dijo*: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?
No hablo de todos vosotros; yo conozco a los que he escogido; pero {es} para que se cumpla la Escritura: ``EL QUE COME MI PAN HA LEVANTADO CONTRA MI SU CALCAÑAR."
En verdad, en verdad os digo: el que recibe al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Pedro le dijo*: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti!
Jesús {le} respondió*: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces.
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no {fuera así,} os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros.
Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto.
Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y {todavía} no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ``Muéstranos al Padre"?
¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras.
Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.
Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo {lo} haré.
En ese día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
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