'Mi' en la Biblia
Y dijo Dios : Ponle por nombre Lo-ammi; porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios .
Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que ni se puede medir ni contar. Y será, que donde se les decía: Vosotros no sois mi pueblo, les sea dicho: Hijos del Dios Viviente.
Pleitead con vuestra madre, pleitead; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; quite, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;
Porque su madre fornicó; la que los engendró fue avergonzada; porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.
Y seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré, y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.
Por tanto yo tornaré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez.
Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
Y haré talar su vid y su higuera, de la que ha dicho: Mi salario me son, que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo.
Y visitaré sobre ella los tiempos de los baales, a los cuales incensaba, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes olvidada de mí, dice el SEÑOR.
Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: pueblo mío tú; y él dirá: Dios mío.
La compré entonces para mí por quince dineros de plata, y un homer y medio de cebada;
y le dije: Tú estarás para mí muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; también estaré yo para ti.
Mi pueblo fue talado, porque le faltó sabiduría. Porque tú desechaste la sabiduría, yo te echaré del sacerdocio; y pues que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Conforme a su grandeza así pecaron contra mí; yo pues, también cambiaré su honra en afrenta.
Comen del pecado de mi pueblo, y en su maldad levantan su alma.
Mi pueblo a su madero pregunta, y su palo le responde, porque espíritu de fornicaciones lo engañó, y fornicaron debajo de sus dioses.
Efraín será asolado el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer mi verdad.
Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan mojones; derramaré sobre ellos como agua mi ira.
Andaré, y tornaré a mi lugar, hasta que conozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán a mí.
Por esta causa los corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; para que tu justicia sea como luz que sale.
Mas ellos, traspasaron el pacto como de hombre; allí se rebelaron contra mí.
También, Judá, puso en ti una planta, habiendo yo vuelto la cautividad de mi pueblo.
Y no dicen en su corazón que tengo en la memoria toda su maldad; ahora los rodearán sus obras; delante de mi presencia están.
Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien clame a mí.
Cuando fueren, extenderé sobre ellos mi red; los haré caer como aves del cielo; los castigaré conforme a lo que se ha oído en sus congregaciones.
¡Ay de ellos! Porque se apartaron de mí; destrucción sobre ellos, porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron contra mí mentiras.
Y no clamaron a mí con su corazón cuando aullaron sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron; se rebelaron contra mí.
Y yo los ceñí, esforcé sus brazos, y contra mí pensaron mal.
Pon a tu boca trompeta. Vendrá como águila contra la Casa del SEÑOR, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.
A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido.
Ellos reinaron, mas no por mí; hicieron señorío, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser talados.
Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejar; se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron ser absueltos.
Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosas ajenas.
El atalaya de Efraín para con mi Dios es a saber el profeta, es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la Casa de su Dios.
Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión: por la malicia de sus obras los echaré de mi Casa; nunca más los amaré; todos sus príncipes son desleales.
Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre los gentiles.
Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Entre tanto, está mi pueblo adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman a lo Alto, ninguno absolutamente quiere ensalzarme.
¿Cómo tengo de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, ni ponerte como a Zeboim? Mi corazón se revuelve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.
No ejecutaré el furor de mi ira, no volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre; el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.
Y dijo Efraín: Ciertamente yo he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará en mí iniquidad, ni pecado en todos mis trabajos.
Mas yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; por tanto no conocerás Dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.
En sus pastos se hartaron, se saciaron, y se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.
Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.
Te di rey en mi furor, y lo quité en mi ira.
Yo medicinaré su rebelión, los amaré de voluntad; porque mi furor se apartó de ellos.
Efraín entonces dirá : ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto.