'Mil' en la Biblia
La congregación toda junta era de cuarenta y dos mil trescientos y sesenta,
Sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos y veinte.
Y algunos de los príncipes de las familias dieron para la obra. El Tirsatha dió para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil y doscientas libras de plata.
Y lo que dió el resto del pueblo fué veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Si place al rey, escríbase que sean destruídos; y yo pesaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda, para que sean traídos á los tesoros del rey.
En cuanto á los otros Judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y pusiéronse en defensa de su vida, y tuvieron reposo de sus enemigos, y mataron de sus contrarios setenta y cinco mil; mas en la presa no metieron su mano.
Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales.
Si quisiere contender con él, No le podrá responder á una cosa de mil.
Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.
Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has
Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
Porque mil años delante de tus ojos, Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
Caerán á tu lado mil, Y diez mil á tu diestra: Mas á ti no llegará.
Acordóse para siempre de su alianza; De la palabra que mandó para mil generaciones,
Porque si viviere aquel mil años dos veces, si no ha gozado del bien, cierto todos van á un lugar.
Lo que aun busca mi alma, y no encuentro: un hombre entre mil he hallado; mas mujer de todas éstas nunca hallé.
Tu cuello, como la torre de David, edificada para muestra; Mil escudos están colgados de ella, Todos escudos de valientes.
Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil.
Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, La cual entregó á guardas, Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.
Mi viña, que es mía, está delante de mí: Las mil serán tuyas, oh Salomón, Y doscientas, de los que guardan su fruto.
Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para los espinos y cardos.
Ahora pues yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.
Y salió el ángel de Jehová, é hirió ciento ochenta y cinco mil en el campo de los Asirios: y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
El pequeño será por mil, el menor, por gente fuerte. Yo Jehová á su tiempo haré que esto sea presto.
Este es el pueblo que Nabucodonosor hizo trasportar: En el año séptimo, tres mil veintitrés Judíos:
El año veintitrés de Nabucodonosor, trasportó Nabuzaradán capitán de la guardia, setecientas cuarenta y cinco personas de los Judíos: todas las personas fueron cuatro mil seiscientas.
Y CUANDO partiereis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una suerte para Jehová que le consagréis en la tierra, de longitud de veinticinco mil cañas y diez mil de ancho: esto será santificado en todo su término alrededor.
Y de esta medida medirás en longitud veinticinco mil cañas, y en anchura diez mil, en lo cual estará el santuario, el santuario de santuarios.
Asimismo veinticinco mil de longitud, y diez mil de anchura, lo cual será para los Levitas ministros de la casa, en posesión, con veinte cámaras.
Y para la posesión de la ciudad daréis cinco mil de anchura y veinticinco mil de longitud, delante de lo que se apartó para el santuario: será para toda la casa de Israel.
Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, é hízome pasar por las aguas hasta los tobillos.
Y midió otros mil, é hízome pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, é hízome pasar por las aguas hasta los lomos.
Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado.
Y junto al término de Judá, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, será la suerte que apartaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes es á saber, desde la parte del oriente hasta la parte de
La suerte que apartaréis para Jehová, será de longitud de veinticinco mil cañas, y de diez mil de ancho.
Y allí será la suerte santa de los sacerdotes, de veinticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al mediodía: y el santuario de Jehová estará en medio de ella.
Y la de los Levitas, al lado del término de los sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura: toda la longitud de veinticinco mil, y la anchura de diez mil.
Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la ciudad estará en medio.
Y estas serán sus medidas: á la parte del norte cuatro mil y quinientas cañas, y á la parte del mediodía cuatro mil y quinientas, y á la parte del oriente cuatro mil y quinientas, y á la parte del occidente cuatro mil y quinientas.
Y lo que quedare de longitud delante de la suerte santa, diez mil cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la suerte santa, será para sembrar para los que sirven á la ciudad.
Todo el apartado de veinticinco mil cañas por veinticinco mil en cuadro, apartaréis por suerte para el santuario, y para la posesión de la ciudad.
Y del príncipe será lo que quedare de la una parte y de la otra de la suerte santa, y de la posesión de la ciudad, es á saber, delante de las veinticinco mil cañas de la suerte hasta el término oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil hasta
Y estas son las salidas de la ciudad á la parte del norte, cuatro mil y quinientas cañas por medida.
Y á la parte del oriente cuatro mil y quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra.
Y á la parte del mediodía, cuatro mil y quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Issachâr, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Y á la parte del occidente cuatro mil y quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Nephtalí, otra.
En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será JEHOVA SHAMMA.
EL rey Belsasar hizo un gran banquete á mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.
Y él me dijo: Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será purificado.
Y desde el tiempo que fuere quitado el continuo sacrificio hasta la abominación espantosa, habrá mil doscientos y noventa días.
Bienaventurado el que esperare, y llegare hasta mil trescientos treinta y cinco días.
Porque así ha dicho el Señor Jehová: La ciudad que sacaba mil, quedará con ciento; y la que sacaba ciento, quedará con diez, en la casa de Israel.
¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella grande ciudad donde hay más de ciento y veinte mil personas que no conocen su mano derecha ni su mano izquierda, y muchos animales?
¿Agradaráse Jehová de millares de carneros, ó de diez mil arroyos de aceite? ¿daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?
Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin las mujeres y los niños.
Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin las mujeres y los niños.
¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántos cestos alzasteis?
¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas espuertas tomasteis?
Y comenzando á hacer cuentas, le fué presentado uno que le debía diez mil talentos.
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en la mar; los cuales eran como dos mil; y en la mar se ahogaron.
Y los que comieron eran cinco mil hombres.
Y eran los que comieron, como cuatro mil: y los despidió.
Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas espuertas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Doce.
Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Siete.
Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo á sus discípulos: Hacedlos sentar en ranchos, de cincuenta en cincuenta.
¿O cuál rey, habiendo de ir á hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar: y recostáronse como número de cinco mil varones.
Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron añadidas á ellos aquel día como tres mil personas.
Mas muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fué el número de los varones como cinco mil.
Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.
¿No eres tú aquel Egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?
Mas ¿qué le dice la divina respuesta? He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el evangelio.
Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veinte y tres mil.
Pero en la iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también á los otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
Mas, oh amados, no ignoréis esta una cosa: que un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.
Y oí el número de los señalados: ciento cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil señalados. De la tribu de Rubén, doce mil señalados. De la tribu de Gad, doce mil señalados.
De la tribu de Aser, doce mil señalados. De la tribu de Neftalí, doce mil señalados. De la tribu de Manasés, doce mil señalados.
De la tribu de Simeón, doce mil señalados. De la tribu de Leví, doce mil señalados. De la tribu de Issachâr, doce mil señalados.
De la tribu de Zabulón, doce mil señalados. De la tribu de José, doce mil señalados. De la tribu de Benjamín, doce mil señalados.
Y daré á mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos y sesenta días, vestidos de sacos.
Y en aquella hora fué hecho gran temblor de tierra, y la décima parte de la ciudad cayó, y fueron muertos en el temblor de tierra en número de siete mil hombres: y los demás fueron espantados, y dieron gloria al Dios del cielo.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días.
Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes.
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
Y el lagar fué hollado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos por mil y seiscientos estadios.
Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años;
Y arrojólo al abismo, y le encerró, y selló sobre él, porque no engañe más á las naciones, hasta que mil años sean cumplidos: y después de esto es necesario que sea desatado un poco de tiempo.
Mas los otros muertos no tornaron á vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión,
Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
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