'Oh' en la Biblia
¡Oh que fuera aquella noche solitaria, que no viniera canción alguna en ella!
¡Oh, que pudiesen pesar justamente mi sufrimiento, y lo pusiesen en balanza junto con mi calamidad!
Pequé, ¿qué te hago yo, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto como blanco tuyo, de modo que soy una carga para mí mismo?
Mas ¡oh quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contra ti,
¡Oh que callarais del todo! Y os sería sabiduría.
¡Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
¡Oh tierra! no cubras mi sangre, y no haya lugar a mi clamor.
¡Oh que alguien intercediera por el hombre ante Dios, como el hombre intercede por su prójimo!
Oh tú, que te despedazas con tu furor, ¿Será abandonada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas?
Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí, porque la mano de Dios me ha tocado.
¡Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, y viene sobre ellos su quebranto, y Dios en su ira les reparte dolores!