'Pero' en la Biblia
pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré;
Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.
Pero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas.
Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí muerto eres a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.
Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca amaba a Jacob.
Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Y vio Jehová que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Raquel era estéril.
y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
Y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido hacerme daño.
Y tomó Raquel los ídolos, y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán por toda la tienda pero no los halló.
Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
Pero si no nos prestáis oído para circuncidaros, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.
y le tomaron y le echaron en el pozo; pero el pozo estaba vacío, no había agua en él.
Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; pero él no quiso recibir consuelo, y dijo: Porque yo descenderé enlutado a mi hijo hasta la sepultura. Y lo lloró su padre.
Pero Jehová estaba con José, y fue un varón próspero: y estaba en la casa de su señor el egipcio.
Pero Jehová estaba con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.
Y aconteció que a la mañana estaba agitado su espíritu; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios: y les contó Faraón sus sueños, pero no había quien los declarase a Faraón.
José, pues, reconoció a sus hermanos; pero ellos no le reconocieron.
Pero habéis de traerme a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
Pero si no le enviares, no descenderemos: porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.
Pero al ver José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será multitud de naciones.
Y dijo Israel a José: He aquí, yo muero, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres.
Vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.