'Plazas' en la Biblia
No lo denunciéis en Gat, no deis las nuevas en las plazas de Ascalón; para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
Yo los quebranté como a polvo de la tierra; como a lodo de las plazas los desmenucé, y los disipé.
Y le dijo Ben-adad: Las ciudades que mi padre tomó al tuyo, yo las restituiré; y haz plazas en Damasco para ti, como mi padre las hizo en Samaria; y yo me iré de ti confederado. Y el rey de Israel hizo pacto con él, y lo envió.
Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre las faces de las plazas.
Agravios hay en medio de ella, y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.
nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; nuestros ganados, que paran a millares y diez millares en nuestras plazas;
que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni queja en nuestras plazas.
La sabiduría clama de fuera; en las plazas da su voz;
Rebosan por fuera tus fuentes, en las plazas los ríos de tus aguas.
unas veces de fuera, o bien por las plazas, acechando por todas las esquinas.
Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
Se ceñirán de cilicio en sus plazas; en sus terrados y en sus calles todos aullarán, descendiendo en llanto.
Voces sobre el vino en las plazas; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.
No clamará, ni alzará, ni hará oír su voz en las plazas.
Discurrid por las plazas de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si halláis hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo perdonaré a la ciudad.
¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén?
Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de la plazas de Jerusalén, voz de gozo y voz de alegría, voz de esposo y voz de esposa; porque la tierra será en desierto.
Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para talar los niños de las calles, los jóvenes de las plazas.
Y el SEÑOR me dijo: Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este Pacto, y ponedlas por obra.
Se derramó, por tanto, mi saña y mi furor, y se encendió en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y se tornaron en soledad y en destrucción, como hoy.
¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, y de las maldades de los reyes de Judá, y de las maldades de sus mujeres, y de vuestras maldades propias, y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en tierra de Judá y en las plazas de Jerusalén?
antes pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal.
¿Por ventura no se ha acordado el SEÑOR, y no ha venido a su memoria el sahumerio que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las plazas de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes, y el pueblo de la tierra?
Sobre todas las techumbres de Moab y en sus plazas, todo él será llanto; porque yo quebranté a Moab como a vaso que no agrada, dijo el SEÑOR.
Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de guerra serán talados en aquel día, dijo el SEÑOR.
Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus plazas.
Caf: Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, desfalleciendo el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
Dicen a sus madres: ¿Dónde hay grano y vino?, mientras desfallecen como heridos en las plazas de la ciudad, mientras exhalan su espíritu en el regazo de sus madres.
Arrojarán su plata por las plazas, y su oro lejos; su plata ni su oro, no los podrá librar en el día del furor del SEÑOR; no saciarán su alma, ni llenarán sus vientres, porque será caída por su iniquidad.
te edificaste alto, y te hiciste altar en todas las plazas;
edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, menospreciando el salario,
Con los cascos de sus caballos hollará todas tus plazas; a tu pueblo matará a espada, y las estatuas de tu fortaleza caerán a tierra.
Y enviaré a ella pestilencia y sangre en sus plazas; y caerán muertos en medio de ella; con espada contra ella alrededor; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Por tanto, así dijo el SEÑOR, el Dios de los ejércitos, el Señor: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡ay! Y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que endechar supieren.
Los carros harán locuras en las plazas, discurrirán por las calles; sus rostros como antorchas; correrán como relámpagos.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las plazas de Jerusalén, y cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para tener gloria de los hombres; de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.
Mas ¿a quién compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros,
y las salutaciones en las plazas, y ser llamados por los hombres Rabí, Rabí.
Y dondequiera que El entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.
Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas,
¡Ay de vosotros, fariseos! Que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste;
Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.
Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la gran ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma, y Egipto; donde también nuestro Señor fue colgado en el madero.