'Podía' en la Biblia
Y cuando Él llegó a la otra ribera, a la región de los gergesenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
Porque este ungüento podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
Pero él, en cuanto salió, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que Jesús ya no podía entrar abiertamente a la ciudad, sino que se estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a Él de todas partes.
que tenía su morada entre los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas.
Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos, y nadie le podía domar.
Y Herodías le aborrecía, y deseaba matarle, pero no podía;
Porque podía esto haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
Ésta ha hecho lo que podía; y se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Y cuando salió, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el templo, pues les hablaba por señas, y permanecía mudo.
Y he aquí, había una mujer que tenía un espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
y procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.
Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía Éste, que abrió los ojos al ciego, hacer también que éste no muriera?
Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza.
Y como yo no podía ver a causa de la gloria de aquella luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
El cual en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.
Porque no os habéis acercado al monte que se podía tocar, que ardía con fuego, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Después de estas cosas miré, y he aquí una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos;
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron redimidos de entre los de la tierra.
Y el templo se llenó con el humo de la gloria de Dios, y de su poder; y nadie podía entrar en el templo, hasta que fuesen consumadas las siete plagas de los siete ángeles.