'Sobre' en la Biblia
- 1.Gé 1:2-Gé 38:29
- 2.Gé 39:5-Éx 24:6
- 3.Éx 24:8-Levítico 3:10
- 4.Levítico 3:11-Levítico 15:9
- 5.Levítico 15:17-Números 11:11
- 6.Números 11:25-Deuteronomio 27:6
- 7.Deuteronomio 27:12-Jueces 14:6
- 8.Jueces 14:19-2 Samuel 1:6
- 9.2 Samuel 1:9-1 Reyes 7:19
- 10.1 Reyes 7:20-2 Reyes 8:15
- 11.2 Reyes 8:20-2 Crónicas 2:5
- 12.2 Crónicas 2:11-Nehemías 7:2
- 13.Nehemías 8:4-Job 33:15
- 14.Job 33:19-Salmos 59:1
- 15.Salmos 60:1-Proverbios 8:27
- 16.Proverbios 9:3-Isaías 24:17
- 17.Isaías 24:20-Jeremías 9:25
- 18.Jeremías 10:1-Jeremías 47:5
- 19.Jeremías 48:11-Ezequiel 12:7
- 20.Ezequiel 12:13-Ezequiel 36:2
- 21.Ezequiel 36:10-Daniel 10:10
- 22.Daniel 10:11-Sofonías 1:16
- 23.Sofonías 2:2-Marcos 7:32
- 24.Marcos 8:23-Hechos 5:28
- 25.Hechos 6:3-2 Pedro 2:3
- 26.2 Pedro 2:5-Apocalipsis 22:18
Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel.
Derrama tu enojo sobre las gentes que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, le devoraron, le han consumido, y han asolado su morada.
Pero no obedecieron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.
Por tanto, así dice Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán escapar; y clamarán a mí, y no los oiré.
Olivo verde, hermoso en fruto y en parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de gran palabra hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas.
Y no quedará remanente de ellos; porque yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año de su visitación.
Fue puesta en asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo hombre que lo pusiese en su corazón.
Sobre todos los lugares altos del desierto vinieron destructores; porque la espada de Jehová devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no habrá paz para ninguna carne.
Así me dijo Jehová: Ve, y cómprate un cinto de lino, y cíñelo sobre tus lomos, y no lo metas en agua.
Compré, pues, el cinto conforme a la palabra de Jehová, y lo puse sobre mis lomos.
Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate, y ve al Éufrates, y escóndelo allá en la concavidad de una peña.
Entonces les dirás: Así dice Jehová: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de esta tierra, aun a los reyes que se sientan sobre el trono de David, y a los sacerdotes y profetas, y a todos los moradores de Jerusalén;
¿Qué dirás cuando Él te castigue? Porque tu los enseñaste a ser príncipes y cabeza sobre ti. ¿No te tomarán dolores como a mujer que está de parto?
Tus adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el mismo campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No habrás de ser limpia? ¿Hasta cuándo será?
¿Por qué has de ser como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Mas tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.
Por tanto, así dice Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: No habrá ni espada ni hambre en esta tierra: Con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.
Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, a ellos, a sus esposas, a sus hijos, a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.
Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigos, dice Jehová: Espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra, para devorar y para destruir.
Tú me dejaste, dice Jehová, te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme.
Sus viudas se multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y los hijos; sobre la ciudad hice que de repente cayesen terrores.
Y te haré pasar a tus enemigos en tierra que no conoces: porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá sobre vosotros.
Se hallaron tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; y con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.
Y acontecerá que cuando anunciares a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué habló Jehová sobre nosotros este mal tan grande? ¿O cuál es nuestra maldad, o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?
Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos.
Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asómbrense ellos, y yo no me asombre: trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.
que entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén: y esta ciudad será habitada para siempre.
Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él hacía una obra sobre la rueda.
Óigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.
Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que quien lo oyere, le retiñirán los oídos.
Y pondré a esta ciudad en desolación y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y silbará sobre todas sus plagas.
Y las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados quemaron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.
Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz, para no oír mis palabras.
Pregunta ahora por nosotros a Jehová; porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace guerra contra nosotros: quizá Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre nosotros.
y di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus criados, y tu pueblo que entran por estas puertas.
Porque si en verdad observareis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, y sus siervos, y su pueblo.
Porque así dice Jehová sobre la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como cabeza del Líbano; sin embargo te convertiré en un desierto, como ciudades deshabitadas.
Así dice Jehová: Escribid que este hombre será privado de descendencia, hombre que no prosperará en todos los días de su vida; porque ninguno de su simiente prosperará para sentarse sobre el trono de David, y gobernar sobre Judá.
Por tanto, así dice Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado: he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se asombrarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
Por tanto, como resbaladeros en oscuridad les será su camino; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos, año de su castigo, dice Jehová.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros.
He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; impetuosa tempestad descargará sobre la cabeza de los malos.
Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Carga de Jehová; yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.
y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.
Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra; y los edificaré, y no los destruiré: los plantaré, y no los arrancaré.
Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.
Y será que, cuando fueren cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, dice Jehová, y sobre la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.
Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todas las naciones.
y a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros; y a todos los reinos de la tierra que están sobre la faz de la tierra: y el rey de Sesac beberá después de ellos.
Porque he aquí, que a la ciudad sobre la cual es invocado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos: porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.
Tú pues, profetizarás a ellos todas estas palabras, y les dirás: Jehová rugirá desde lo alto, y desde la morada de su santidad dará su voz; enfurecido rugirá sobre su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra.
Y en aquel día los muertos por Jehová estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no se endecharán, ni se recogerán, ni serán enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.
Mas sabed de cierto que, si me matareis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus moradores: porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.
Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello;
Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise.
Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron sobre muchas tierras y grandes reinos, de guerra, y de aflicción, y de pestilencia.
Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, y le servirán; y aun también le he dado las bestias del campo.
Por tanto, así dice Jehová: He aquí que yo te arrojo de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová.
Porque así dice Jehová: Cuando en Babilonia se cumplieren los setenta años, yo os visitaré, y cumpliré sobre vosotros mi buena palabra, para volveros a este lugar.
Pero así dice Jehová, del rey que está sentado sobre el trono de David, y de todo el pueblo que mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con vosotros en cautiverio;
Preguntad ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer de parto, y se han tornado pálidos todos los rostros.
Así dice Jehová: He aquí yo hago volver la cautividad de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia; y la ciudad será edificada sobre su collado, y el palacio será asentado según su forma.
He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor, tempestad devastadora; descargará dolor sobre la cabeza de los impíos.
¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra; la mujer rodeará al varón.
Y saldrá más adelante el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa.
grande en consejo, y poderoso en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras;
y entraron, y la poseyeron; mas no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto has hecho venir sobre ellos todo este mal.
Y vendrán los caldeos que combaten contra esta ciudad, y le prenderán fuego, y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.
Antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, contaminándola.
Porque así dice Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este grande mal, así traeré sobre ellos todo el bien que les he prometido.
Porque así dice Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel;
podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y con los levitas y sacerdotes, mis ministros.
también desecharé la simiente de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su simiente quien sea señor sobre la simiente de Abraham, de Isaac, y de Jacob. Porque haré volver su cautividad, y tendré de ellos misericordia.
Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la casa sobre la cual es invocado mi nombre:
y los metí en la casa de Jehová, en la cámara de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, varón de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los príncipes, que estaba sobre la cámara de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta.
Ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la poseeréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros peregrináis.
Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado: porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido.
Por tanto, así dice Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche.
Y castigaré a él y a su simiente y a sus siervos por su maldad; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén, y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he dicho y no escucharon.
Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.
Ve, y habla a Ebedmelec etíope, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y se cumplirán en aquel día en presencia tuya.
Y aún no se había vuelto él, cuando le dijo: Vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te pareciere más cómodo ir. Y el capitán de la guardia le dio provisiones y un presente, y le despidió.
Y como oyeron todos los príncipes del ejército que estaba por el campo, ellos y sus hombres, que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra, que no fueron llevados cautivos a Babilonia.
Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir como el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán,
Y se levantó Ismael hijo de Netanías, y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto sobre la tierra.
por causa de los caldeos; porque temían de ellos, por haber herido Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ahicam, al cual el rey de Babilonia había puesto sobre la tierra.
Será pues, que todos los hombres que tornaren sus rostros para entrarse en Egipto, para peregrinar allí, morirán a espada, de hambre, y de pestilencia: no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos.
Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre vosotros, cuando entrareis en Egipto; y seréis por juramento y por espanto, y por maldición y por afrenta; y no veréis más este lugar.
Jehová habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No entréis en Egipto: sabed por cierto que os aviso hoy.
y diles: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo enviaré y tomaré a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y extenderá su pabellón sobre ellas.
Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá: y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas, y ni hay en ellas morador;
Porque habéis quemado incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley, ni en sus estatutos, ni en sus testimonios; por tanto ha venido sobre vosotros este mal, como en este día.
He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto, serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.
Y esto tendréis por señal, dice Jehová, de que en este lugar os visito, para que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal sobre vosotros.
¿Y tú buscas para ti grandes cosas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, dice Jehová, y a ti te daré tu vida por despojo en todos los lugares adonde vayas.
Multiplicó los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero, y dijeron: Levántate y volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, de delante de la espada vencedora.
También sus soldados en medio de ella son como becerros engordados; porque también ellos se volvieron atrás, a una todos huyeron, no resistieron; porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su visitación.
Sobre Gaza vino mesadura, Ascalón fue cortada, y el resto de su valle; ¿hasta cuándo te sajarás?
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