'Subió' en la Biblia
Y subió contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y atado con dos cadenas lo llevó a Babilonia.
Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra su pueblo, y que no hubo remedio.
Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.
Subió humo en su nariz, y de su boca fuego quemante; carbones se encendieron de él.
Subió Dios con júbilo, el SEÑOR con voz de trompeta.
Por tanto oyó el SEÑOR, y se enojó; se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
Y habrá camino para el remanente de su pueblo, lo que quedó de Assur, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.
Subió a Bayit y a Dibón, altares, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella se mesará, y toda barba será raída.
Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Sennaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.
Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió delante del SEÑOR.
Y edificaron los altos de Tofet, que es en el valle de Ben-Hinom, para quemar en fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.
Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; oscureciéronse en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.
Pero, sucedió, empero, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, y entrémonos en Jerusalén, de delante del ejército de los caldeos y de delante del ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
Porque subió contra ella gente del aquilón, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá quien en ella more, ni hombre ni animal: se movieron, se fueron.
Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus ondas fue cubierta.
Y miré, y he aquí nervios sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; mas no había en ellos espíritu.
Después vino a la puerta que daba cara hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió él un poste de la puerta, de una caña en anchura, y el otro poste, de otra caña en ancho.
Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.
Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, mira el camino, fortifica los lomos, fortalece mucho la fuerza.
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Y viendo la multitud, subió en el monte; y sentándose, se llegaron a él sus discípulos.
Y despedida la multitud, subió en el monte, apartado, a orar; y cuando llegó la tarde del día, estaba allí solo.
Entonces, despedida la multitud, subió en un barco; y vino a los términos de Magdala.
Y tan pronto subió del agua, Juan vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma, que descendía (y reposaba) sobre él.
Y subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.
Otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, que subió y creció; y llevó uno a treinta, y otro a sesenta, y otro a ciento.
Y subió a ellos en el barco, y el viento reposó; y ellos en gran manera estaban fuera de sí, y se maravillaban;
Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
Y aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro y a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Y corriendo delante, se subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Y estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén.
Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Después de estas cosas, había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
Subió pues Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió al día de la Fiesta, no manifiestamente, sino como en cubierto.
Y al medio de la Fiesta subió Jesús al Templo, y enseñaba.
Subió Simón Pedro, y trajo la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y siendo tantos, la red no se rompió.
Porque David no subió a los cielos; pero él dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Y como se le cumplió el tiempo de cuarenta años, subió en su corazón visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
Y al día siguiente, yendo ellos su camino, y llegando cerca de la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar, cerca de la hora sexta;
Cuando Pedro subió a Jerusalén, contendían contra él los que eran de la circuncisión,
Y habiendo arribado a Cesarea subió a Jerusalén ; y después de saludar a la Iglesia, descendió a Antioquía.
Festo pues, entrado en la provincia, tres días después subió de Cesarea a Jerusalén.
(Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero en las partes más bajas de la tierra?
El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)
Y el humo del incienso de las oraciones de los santos subió de la mano del ángel delante de Dios.
Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.
Y otra vez dijeron: Alelu-JAH. Y su humo subió para siempre jamás.