'Suerte' en la Biblia
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos, una suerte por el SEÑOR, y otra suerte para el macho cabrío expiatorio.
Aarón ofrecerá el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte para el SEÑOR, haciéndolo ofrenda por el pecado.
Pero el macho cabrío sobre el cual cayó la suerte para el macho cabrío expiatorio, será presentado vivo delante del SEÑOR para hacer expiación sobre él, para enviarlo como macho cabrío expiatorio al desierto.
si éstos mueren como mueren todos los hombres o si sufren la suerte de todos los hombres, {entonces} el SEÑOR no me envió.
Pero la tierra se dividirá por suerte. Recibirán su heredad según los nombres de las tribus de sus padres.
Según la selección por suerte se dividirá la heredad entre el {grupo} más grande y el más pequeño.
``Y heredaréis la tierra por sorteo, por vuestras familias; a las más grandes daréis más heredad, y a las más pequeñas daréis menos heredad. Donde la suerte caiga a cada uno, eso será suyo. Heredaréis conforme a las tribus de vuestros padres.
A todos los habitantes de la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot-maim, a todos los sidonios, los expulsaré de delante de los hijos de Israel; solamente reparte la tierra por suerte a Israel como heredad tal como te he mandado.
por suerte {recibieron} su heredad tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés, a las nueve tribus y a la media tribu.
La {parte} que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, hacia el sur, hasta el desierto de Zin al extremo sur.
Tocó en suerte a los hijos de José desde el Jordán {frente a} Jericó (las aguas de Jericó) al oriente, hacia el desierto, subiendo desde Jericó por la región montañosa a Betel.
Esta fue la suerte {que le tocó} a la tribu de Manasés, porque él era el primogénito de José: a Maquir, primogénito de Manasés, padre de Galaad, por cuanto era hombre de guerra, se le otorgó Galaad y Basán;
Entonces los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué me has dado sólo una suerte y una porción como heredad, siendo yo un pueblo numeroso que hasta ahora el SEÑOR ha bendecido?
Y habló Josué a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Eres un pueblo numeroso y tienes gran poder; no te tocará {sólo} una suerte,
Y salió la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín conforme a sus familias, y el territorio de su suerte estaba entre los hijos de Judá y los hijos de José.
La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias, y su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá.
La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus familias. Y el territorio de su heredad llegaba hasta Sarid.
La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus familias.
La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias.
La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos de Neftalí conforme a sus familias.
La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias.
Y la suerte cayó en las familias de los coatitas. Y a los hijos del sacerdote Aarón, que eran de los levitas, les tocaron en suerte trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín;
y al resto de los hijos de Coat les tocaron en suerte diez ciudades de las familias de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
A los hijos de Gersón les tocaron en suerte trece ciudades de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán.
Y los hijos de Israel dieron por suerte a los levitas estas ciudades con sus tierras de pasto, como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.
y fueron para los hijos de Aarón, una de las familias de los coatitas, de los hijos de Leví, porque la suerte {fue} de ellos primero.
Y las ciudades de la tribu de Efraín fueron dadas por suerte a las familias de los hijos de Coat, los levitas, el resto de los hijos de Coat.
Todas {estas fueron} las ciudades de los hijos de Merari conforme a sus familias, el resto de las familias de los levitas y su suerte {fue} doce ciudades.
Mirad, os he asignado por suerte, como heredad para vuestras tribus, estas naciones que aún quedan {junto} con todas las naciones que he destruido, desde el Jordán hasta el mar Grande, hacia la puesta del sol.
Saúl entonces dijo al SEÑOR, Dios de Israel: Da {suerte} perfecta. Y fueron señalados Jonatán y Saúl, pero el pueblo quedó libre.
Y estas son sus moradas, conforme a sus campamentos dentro de sus territorios. A los hijos de Aarón, de las familias de los coatitas (pues a ellos les tocó la suerte {primero}),
A los demás hijos de Coat {fueron dadas} por suerte diez ciudades de la familia de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
A los hijos de Merari {fueron dadas} por suerte, según sus familias, de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón, doce ciudades.
Dieron por suerte de la tribu de los hijos de Judá, de la tribu de los hijos de Simeón y de la tribu de los hijos de Benjamín, estas ciudades que se mencionan por nombre.
Así fueron divididos por suerte los unos y los otros; porque eran funcionarios del santuario y funcionarios de {la casa de} Dios, tanto los descendientes de Eleazar como los descendientes de Itamar.
La primera suerte salió para José, de {la casa de} Asaf; la segunda para Gedalías que con sus parientes e hijos {fueron} doce;
Y la suerte para la oriental cayó a Selemías. Entonces echaron suertes {para} su hijo Zacarías, consejero entendido, y le tocó en suerte la del norte.
En el mes primero, que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero, se echó el Pur, es decir la suerte, delante de Amán para cada día y cada mes hasta el mes doce, que es el mes de Adar.
Pues Amán, hijo de Hamedata, agagueo, enemigo de todos los judíos, había hecho planes contra los judíos para destruirlos, y había echado el Pur, es decir, la suerte, para su ruina y destrucción.
Aun echaríais {suerte} sobre los huérfanos, y especularíais con vuestro amigo.
Pues ¿qué le importa la suerte de su casa después de él cuando el número de sus meses haya sido cortado?
El SEÑOR es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.
echa tu suerte con nosotros, todos tendremos una bolsa;
La suerte se echa en el regazo, mas del SEÑOR {viene} toda decisión.
La suerte pone fin a las contiendas y decide entre los poderosos.
El sabio {tiene} ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas. Pero yo sé también que ambos corren la misma suerte.
Entonces me dije: Como la suerte del necio, así también será la mía. ¿Para qué, pues, me aprovecha haber sido tan sabio? Y me dije: También esto es vanidad.
Porque la suerte de los hijos de los hombres y la suerte de los animales es la misma: como muere el uno así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento {de vida;} el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad.
Y he visto que no hay nada mejor para el hombre que gozarse en sus obras, porque esa es su suerte. Porque ¿quién le hará ver lo que ha de suceder después de él?
A todos les sucede lo mismo: Hay una misma suerte para el justo y para el impío; para el bueno, para el limpio y para el inmundo; para el que ofrece sacrificio y para el que no sacrifica. Como el bueno, así es el pecador; como el que jura, así es el que teme jurar.
Este mal hay en todo lo que se hace bajo el sol: que hay una misma suerte para todos. Además, el corazón de los hijos de los hombres está lleno de maldad y hay locura en su corazón toda su vida. Después {se van} a los muertos.
Vi además que bajo el sol no es de los ligeros la carrera, ni de los valientes la batalla; y que tampoco de los sabios es el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los hábiles el favor, sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos.
Al tiempo de la tarde, he aquí, {hay} terror. Antes de la mañana ya no existen. Tal {será} la porción de los que nos despojan, y la suerte de los que nos saquean.
Entre las {piedras} lisas de la quebrada está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; también para ellas has derramado libación, has ofrecido ofrenda de cereal. ¿He de aplacarme con estas cosas?
Esta es tu suerte, la porción que ya he medido para ti --declara el SEÑOR-- porque me has olvidado, y has confiado en la mentira.
Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte,
y cambiaré la suerte de Egipto y los haré volver a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino humilde.
Y cada uno dijo a su compañero: Venid, echemos suertes para saber por causa de quién nos {ha venido} esta calamidad. Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás.