'Ti' en la Biblia
Y se llegó Aod a él, el cual estaba sentado solo en una sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla.
y yo atraeré a ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?
Entonces Débora dijo a Barac: Levántate; porque éste es el día en que el SEÑOR ha de entregar a Sísara en tus manos. ¿No ha salido el SEÑOR delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él.
De Efraín salió su raíz contra Amalec, tras ti vino Benjamín contra tus pueblos; de Maquir descendieron príncipes, y de Zabulón los que solían manejar punzón de escribiente.
Y él respondió: Yo te ruego, que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.
Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que a ti vuelva, y saque mi presente, y lo ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.
Y el SEÑOR le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.
y envió sagazmente mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y he aquí, que han cercado la ciudad contra ti.
Y por la mañana al salir el sol te levantarás y acometerás la ciudad; y él y el pueblo que está con él saldrán contra ti, y tú harás con él según que se te ofrecerá.
Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.
Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa tornamos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza a todos los que moramos en Galaad.
Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo haciéndome guerra; el SEÑOR, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.
Entonces Manoa dijo al ángel del SEÑOR: Te ruego permitas que te detengamos, y aderezaremos un cabrito que poner delante de ti.
Y al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos?
Y lloró la mujer de Sansón delante de él, y dijo: Solamente me aborreces y no me amas, pues que no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado; y ¿te lo había de declarar a ti?
Y los espías estaban escondidos en casa de ella en una cámara. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando siente el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.
Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en una cámara. Mas él rompió las cuerdas de sus brazos como un hilo.
Y ella las aseguró con la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.
Y ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él, cuando se despertó de su sueño, dijo entre sí : Esta vez saldré como las otras, y me escaparé; no sabiendo que el SEÑOR ya se había apartado de él.
Y luego que él hubo vuelto a su madre los mil cien siclos de plata, su madre dijo: Yo he dedicado este dinero al SEÑOR de mi mano para ti, hijo mío, para que hagas una imagen de talla o de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo.