'Toda' en la Biblia
Y el rey juró, diciendo: Vive el SEÑOR, que ha redimido mi alma de toda angustia,
Yo voy por el camino de toda la tierra; esfuérzate, y sé varón.
para que confirme el SEÑOR la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren su camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón, y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón del trono de Israel.
el hijo de Hesed, en Arubot; éste tenía también a Soco y toda la tierra de Hefer.
Baana hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido, y en toda Bet-seán, que es cerca de Saretán, abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;
Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, y en la tierra de Sehón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán; y además de éstos había un gobernador general en toda la tierra.
Porque él señoreaba en toda la región que estaba al otro lado del río, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río; y tuvo paz por todos lados en derredor suyo .
Que fue mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.
Dio pues Hiram a Salomón madera de cedro, y madera de haya toda lo que quiso.
Y edificó asimismo el colgadizo en derredor de toda la Casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con vigas de cedro.
Vistió pues de oro toda la Casa hasta el cabo; y asimismo vistió de oro todo el altar que estaba delante del oratorio.
Mas su casa la edificó Salomón en trece años, y la acabó toda.
el cual era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y su padre había sido de Tiro; que labraba en bronce, lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de bronce. Este pues vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.
Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas, y cuencos. Así acabó toda la obra que hizo a Salomón para la Casa del SEÑOR:
Así se acabó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la Casa del SEÑOR. Y metió Salomón lo que David su padre había dedicado (Heb. las santidades de David ), es a saber , plata, y oro, y vasos, y lo puso todo en guarda en las tesorerías de la Casa del SEÑOR.
Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que a él se había juntado, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar.
Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba en pie.
Y se puso Salomón delante del altar del SEÑOR, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo,
toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga de su corazón, y extendiere sus manos a esta Casa;
y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti hacia su tierra, que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y la Casa que yo he edificado a tu nombre;
Y fue, que cuando acabó Salomón de orar al SEÑOR toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar del SEÑOR con sus manos extendidas al cielo;
y se puso en pie, y bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta:
asimismo todas las ciudades donde Salomón tenía municiones, y las ciudades de los carros, y las ciudades de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón deseó edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.
Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la Casa que había edificado,
Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; no había plata; porque en tiempo de Salomón no era de estima.
Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír su sabiduría, la cual Dios había puesto en su corazón.
enviaron y le llamaron. Vino pues Jeroboam y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:
Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil hombres escogidos de guerra, para hacer guerra a la casa de Israel, y reducir el reino a Roboam hijo de Salomón.
Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del pueblo, diciendo:
Mas los altos no se quitaron; pero el corazón de Asa fue perfecto para con el SEÑOR toda su vida.
Entonces tomando Asa toda la plata y oro que había quedado en los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa real, los entregó en las manos de sus siervos, y los envió el rey Asa a Ben-adad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo:
Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, e hirió a Ijón, y a Dan, y a Abel-bet-maaca, y a toda Cineret, con toda la tierra de Neftalí.
Lo demás de todos los hechos de Asa, y toda su fortaleza, y todas las cosas que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Con todo eso en el tiempo de su vejez enfermó de sus pies.
Y cuando él vino al reino, hirió toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta raerlo, conforme a la palabra del SEÑOR que él habló por su siervo Ahías silonita;
Y luego que llegó a reinar y estuvo sentado en su trono, hirió toda la casa de Baasa, sin dejar en ella meante a la pared, ni sus parientes ni amigos.
Así rayó Zimri toda la casa de Baasa, conforme a la palabra del SEÑOR, que había hablado contra Baasa por medio del profeta Jehú;
Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel y le habló diciendo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto los sirios han dicho, el SEÑOR es Dios de los montes, no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy el SEÑOR.