'Ungüento' en la Biblia
y harás de ello el aceite de la santa unción, superior ungüento, obra de perfumador, el cual será el aceite de la santa unción.
Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de su pueblo.
Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de las cosas preciosas, plata, oro, y especiería, y el ungüento precioso; y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrara, así en su casa como en todo su señorío.
Hace hervir como una olla el mar profundo, y lo vuelve como una olla de ungüento.
Hombre necesitado será el que ama el deleite; y el que ama el vino y el ungüento no enriquecerá.
El ungüento y el incienso alegran el corazón; así la dulzura del amigo con el consejo del alma.
Mejor es el buen nombre que el buen ungüento; y el día de la muerte que el día del nacimiento.
En todo tiempo serán blancos tus vestidos, y nunca faltará ungüento sobre tu cabeza.
Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al ungüento del perfumador; así una pequeña locura, al que es estimado por sabio y honorable.
Por el olor de tus suaves ungüentos (Ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te amaron.
Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta el Seol.
No comí pan delicado, ni entró carne ni vino en mi boca, ni me unté con ungüento, hasta que se cumplieron tres semanas de días.
vino a él una mujer, teniendo un vaso de alabastro de ungüento de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.
Porque este ungüento podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
Porque echando este ungüento sobre mi cuerpo, para sepultarme lo ha hecho.
Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de ungüento?
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Y estando detrás a sus pies, comenzó llorando a regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento.
No ungiste mi cabeza con óleo; y ésta ha ungido con ungüento mis pies.
(Y María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con ungüento, y limpió sus pies con sus cabellos).
Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.