'Veinte' en la Biblia
Y aconteció que al cabo de veinte años que Salomón había edificado la casa de Jehová y su casa,
Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de Seba al rey Salomón.
Juntó luego Amasías a Judá, y con arreglo a las familias les puso jefes de millares y de centenas por todo Judá y Benjamín; y puso en lista a los de veinte años arriba, y fueron hallados en ellos trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.
Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.
Porque Peka, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres.
También a los que eran contados entre los sacerdotes por las familias de sus padres, y a los levitas de edad de veinte años arriba, conforme a sus cargos y grupos;
sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Y en el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuviesen cargo de la obra de la casa de Jehová.
Y a Hasabías, y con él a Jesahías de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;
Y de los sirvientes del templo, a quienes David puso con los príncipes para el ministerio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo; todos los cuales fueron declarados por sus nombres.
Además veinte tazones de oro, de mil dracmas; y dos vasos de bronce bruñido muy bueno, preciados como el oro.
Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de los tres días, a los veinte del mes, el cual era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel asunto, y también por causa de la intensa lluvia.
Palabras de Nehemías, hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susán, capital del reino,
Y sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y lo di al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,
También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
Los hijos de Harim, trescientos veinte.
camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil doscientas libras de plata.
Y lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor está entre ellos, como en el Sinaí, así en el santuario.
Y la comida que has de comer será por peso de veinte siclos al día; de tiempo a tiempo lo comerás.
La longitud del pórtico veinte codos, y la anchura once codos, al cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una de un lado, y otra de otro.
Y la anchura de la puerta era de diez codos; y los lados de la puerta, de cinco codos de un lado, y cinco de otro. Y midió su longitud de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos.
Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del templo; y me dijo: Éste es el lugar santísimo.
Y entre las cámaras había anchura de veinte codos por todos lados alrededor de la casa.
Frente a los veinte codos que había en el atrio de adentro, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos.
Asimismo veinticinco mil de longitud, y diez mil de anchura, lo cual será para los levitas ministros de la casa, por su posesión, con veinte cámaras.
Y el siclo será de veinte geras. Veinte siclos, con veinticinco siclos, y quince siclos, os serán una mina.
Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores, que estuviesen en todo el reino.
¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella grande ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte.
Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho.
¿O qué rey, yendo a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si con diez mil puede salir al encuentro del que viene contra él con veinte mil?
Y en aquellos días Pedro se levantó en medio de los discípulos (el número de las personas allí reunidas, era como de ciento veinte), y dijo:
y echando la sonda, hallaron veinte brazas, y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.